Las palabras de Francisco “Yo también me arrodillo en las calles de Mynmar”, haciendo alusión a la foto de la hermana Ann de rodillas ante la policía de ese país, encabeza esta edición. En el interior de este nuevo ejemplar del L´Osservatore Romano en lengua española, se incluye el texto completo de la Catequesis, al final de la cual el papa Jorge Bergoglio expresó que: “Una vez más y con tanta tristeza siento la urgencia de evocar la dramática situación de Myanmar, donde tantas personas, especialmente jóvenes, están perdiendo la vida para ofrecer esperanza a su país. Yo también me arrodillo en las calles de Myanmar y digo: ¡que cese la violencia! Yo también extiendo mis brazos y digo: ¡que prevalezca el diálogo! El derramamiento de sangre no resuelve nada. ¡Que prevalezca el diálogo!”.
En esa audiencia general del miércoles 17 de marzo concluyendo la doble catequesis —la primera la pronunció el día 3— sobre la oración como relación con la Trinidad el Sumo Pontífice explicó que «Es el Espíritu quien escribe la historia de la Iglesia y del mundo…Todo el trabajo espiritual dentro de nosotros hacia Dios lo hace el Espíritu Santo. Trabaja en nosotros para llevar adelante nuestra vida cristiana hacia el Padre con Jesús». También esta semana, a causa de la pandemia del Covid-19, el Pontífice habló desde la Biblioteca privada del Palacio apostólico vaticano, sin la presencia de fieles, que pudieron seguirlo a través de los medios de comunicación.
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Como es habitual, se incluye también en forma completa y oficial la esperada palabra del Papa Francisco en el Ángelus dominical. Al finalizar el mismo , después de haber lanzado un sentido llamamiento por Siria cuando se cumplen 10 años del inicio del conflicto. Asomándose a medio día a la ventana del Estudio privado del Palacio apostólico expresó que «El próximo viernes 19 de marzo, solemnidad de San José, se abre el Año de la Familia Amoris Laetitia... para poner a la familia en el centro de la atención de la Iglesia y de la sociedad». La reflexión del Ángelus, frente a los fieles presentes en la plaza de San Pedro, el Pontífice comentó el Evangelio correspondiente al cuarto domingo de Cuaresma.
En la página sexta de esta edición del periódico vaticano, se expone la respuesta de la Congregación para la doctrina de la fe a un “dubium” que se había presentado sobre la bendición de uniones de personas del mismo sexo. La Iglesia no dispone del poder de impartir la bendición a uniones de personas del mismo sexo, que por tanto no puede «ser considerada lícita». Y por tanto no es lícito que los sacerdotes bendigan a las parejas homosexuales que piden una especie de reconocimiento religioso a su unión. El Papa ha sido informado y «ha dado su asentimiento» a la publicación de la respuesta y de la nota explicativa que la acompaña firmada por el prefecto, el cardenal Luis Francisco Ladaria Ferrer, y el secretario, el arzobispo Giacomo Morandi.
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Al inicio de la declaración hay afirmaciones y algunas praxis. El documento se incluye en el cuadro «de la sincera voluntad de acogida y de acompañamiento de las personas homosexuales, a las cuales se proponen caminos de crecimiento en la fe», según lo establecido también en la exhortación Amoris laetitia, que habla de la «ayuda necesaria» ofrecida a las personas homosexuales «para comprender y realizar plenamente la voluntad de Dios en su vida». Por lo tanto, hay que valorar los proyectos y las propuestas pastorales al respecto, y entre ellas están las que se refieren a las bendiciones a las uniones. En el texto de la Congregación es fundamental la distinción entre las personas y la unión. La Congregación para la doctrina de la fe precisa finalmente que la respuesta al “dubium” no excluye «que se impartan bendiciones a las personas individuales con inclinaciones homosexuales, que manifiesten la voluntad de vivir en fidelidad a los designios revelados por Dios», mientras sí declara ilícita «toda forma de bendición que tienda a reconocer sus uniones».
Este ejemplar del L´Osservatore en español también incluye información importante de la Santa Sede como un comentario de Andrea Tornielli sobre el presupuesto vaticano para este año . «Los gastos presupuestados para 2021 son los más bajos de la historia reciente de la Santa Sede, pero el ahorro se ha realizado sin disminuir el servicio a la misión del Papa y defendiendo los salarios y los puestos de trabajo de los empleados. Necesitamos el apoyo de los fieles». El padre Juan Antonio Guerrero Alves, prefecto de la Secretaría para la Economía, el jesuita que ha recibido del papa Francisco la tarea de gobernar los hilos de la cartera de la Santa Sede en este momento tan difícil, no parece desanimado. El camino de la transparencia está ahora tomado y debe ser seguido para dar cuenta a los fieles esparcidos por el mundo de cómo se utilizan los recursos donados al servicio de la misión universal del Sucesor de Pedro.