Un festejo medido. Ese fue el espíritu de Mauricio Macri y los candidatos de Cambiemos. Los resultados nacionales lo acercan al ballottage y cumplió, en parte, con lo que se había propuesto: quedar a menos de diez puntos de Daniel Scioli y que el postulante del Frente para la Victoria no supere los 40 puntos.
Según las primeras evaluaciones que se realizaron en el macrismo, fue un papel que no superó sus expectativas pero alcanzó para sostener la teoría de que Macri puede terminar en un cabeza a cabeza con el gobernador bonaerense.
Minutos después de las 23 horas, el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri estrenó el traje de candidato a presidente de la Nación por el Frente Cambiemos, junto con Elisa Carrió y Ernesto Sanz, que se comprometieron a “recorrer el país” junto a su fuerza. “Vamos a poner al Estado al servicio de la gente”, lanzó.
En su clásico búnker de Costa Salguero, el líder del PRO se mostró eufórico después de conocidos los primeros resultados oficiales, que ubicaban a Cambiemos apenas seis puntos detrás del Frente Para la Victoria. “Hoy tenemos mucho que festejar, porque se consolida una alternativa de cambio en la Argentina”, empezó.
Después, Macri llamó a todos los ciudadanos a “sumarse” a su espacio: "Aprendí mucho a lo largo de la historia del radicalismo. También reconozco el valor del peronismo en nuestra historia y dialogando con los peronistas he aprendido el valor de las banderas de la justicia social, que espero que se sumen".
Hubo macristas que reconocieron que no estaba en los planes que el Frente Renovador tuviera esa performance. Incluso, algunos se lamentaban: “está claro que si cerrábamos con Sergio gobernador hubiéramos ganado”, confió uno de los dirigentes del PRO. La catarsis de varios dirigentes y el llamado de Massa a dialogar en la semana hace pensar que podría reabrirse la puerta de un trabajo conjunto a futuro.
En el búnker también hubo referencias a las dificultades que enfrentaron en la Provincia. “Hicimos una elección histórica en la Provincia, nos robaron boletas durante todo el día, no parábamos de reponer y sin embargo ahí estamos”, evaluó ante PERFIL el primer candidato a diputado nacional, Fernando Niembro.
El candidato. Macri llegó pasadas las 21 al búnker, justo cuando su candidata a gobernadora, María Eugenia Vidal, daba su discurso. Saludó a todos en el VIP y se encaminó hacia la parte trasera del escenario de Costa Salguero. Allí estaban esperándolo los radicales Ernesto Sanz y Lucas Llach (su vice) y Elisa Carrió con su vice, Toty Flores. El líder del PRO, acompañado por su mujer, Juliana Awada y su pequeña hija, Antonia, estaba tranquilo y sonriente.
Durante el día no había podido jugar al paddle producto de la lluvia, y tras regresar de su quinta en Malvinas Argentinas, estuvo de paseo en la casa de un amigo para distenderse.
Ahora le queda el desafío de construir un escenario de polarización e intentar volcar el voto útil en su favor. Además, tendrá que intentar reforzar el conurbano bonaerense pero también estará obligado a crecer en el norte del país, donde Scioli hizo una gran elección, y en varias provincias del sur. A pesar de ello hoy se irá a descansar con una sonrisa: quedó en reunirse nuevamente en estos días con Lilita y con Sanz con el objetivo de asegurar un piso mayor a 30 puntos con el que, asegura, podrá obligar al Frente para la Victoria a ir a segunda vuelta, acaso su objetivo cuando se lanzó a la Presidencia.