Mientras más de un millón de personas se manifestaban por el fin de su poder en el centro de El Cairo, el presidente de Egipto Hosni Mubarak anunció por cadena nacional que no va a renunciar ahora por las masivas protestas, pero adelantó que no se presentará él ni su hijo menor Gamal en las elecciones generales de setiembre.
"Mi intencion es no presentarme en las próximas elecciones. Ya he servido a Egipto durante suficiente tiempo", reconoció el jefe de Estado y así se resignó a "presentarse para dialogar con el próximo legítimo presidente". Por eso, Mubarak le pidió al Parlamento "que se comprometa a acelerar las elecciones y yo seguiré la transferencia del poder que satisfaga las necesidades del pueblo".
En un breve discurso pasadas las 23 hora local y seguido en vivo en todo el mundo, el hombre que ostenta una pseudodemocracia policíaca desde 1981 anunció una "solución" a la crisis social y política. Mubarak adelantó que tal como lo exije la oposición iniciará un "proceso de transición pacífico que dé seguridad a Egipto" hasta el fin de su mandato, en diciembre de 2011.
"He iniciado un nuevo gobierno que hará frente a la necesidad de diálogo con todas las fuerzas. Haremos reformas democráticas y de la Constitución para satisfacer los requerimientos", anunció también. En cuanto a la oposición, la criticó al afirmar que "ha rechazado mi invitación, que todavía está en pie". Es que los partidos disidente le piden directamente la renuncia.
"Soy un hombre del Ejército y mi deslindó mis responsabilidades", sostuvo. Transición pacifica del poder que de seguridad a Egipto.
A su vez, Mubarak expresó: "Quiero pedir a la Policia que protega a la ciudadania y que protega sus derechos y su dignidad". También solicitó "perseguir a los corruptos y responsables" de los disturbios. "Eso es lo que prometo a los egipcios en los meses que me quedan", agregó a modo de despedida.
EE.UU. le suelta la mano. Fuentes diplomáticas indicaron que el enviado especial a Egipto del Departamento de Estado, Frank G. Wisner, comunicó a Mubarak un mensaje de Obama antes del discurso. El presidente estadounidense le decía que no debía presentarse a los comicios presidenciales, según apuntó el periódico El Mundo. Así Estados Unidos le quitó el histórico apoyo a Mubarak.
A todo esto, Mohamed El Baradei, el líder opositor y premio Nobel de la Paz, que participó en la marcha, instó al presidente egipcio a que abandone el poder y salga del país antes de este viernes para evitar "un baño de sangre".
Toda la oposición, incluidos los Hermanos Musulmanes, la gran fuerza islamista de Egipto, llegó a un acuerdo de cuatro puntos: que Mubarak deje el poder, que luego se disuelva el Parlamento, después se crea una nueva Constitución y finalmente entra en funciones un gobierno de transición, según informó el diario El País.
Al mismo tiempo, el balance de víctimas de los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad podría llegar a 300, muy por encima de los 125 manejados hasta ahora, según datos aún sin confirmar de la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, reportó la agencia AFP.
