El doctor Luis Buonomo renunció a la dirección de la Unidad Médica Presidencial (UMP) luego de siete años en el cargo y fue designado en su lugar Marcelo Ballesteros.
Así se estableció mediante los decretos 847 y 849 publicados hoy en el Boletín Oficial, con las firmas de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.
Buonomo sufrió en la primera semana de mayo un preinfarto. Le debieron colocaron cinco stents y le recomendaron alejarse de situaciones de estrés. Por eso, la UMP, integrada por 18 médicos, quedó a cargo de Marcelo Ballesteros, quien mantiene dedicación full time. Buonomo se alejará tras once años. Quedará como asesor externo, según había adelantado el Diario PERFIL.
El trabajo de Buonomo durante estos años no fue fácil, ya que la salud del matrimonio Kirchner lo obligó a estar siempre alerta. Tantas situaciones médicas que debieron afrontar generaron que, incluso, el doctor no hubiera estado en el lugar de los hechos en el momento justo, algo que fue siempre resaltado por sus críticos.
En septiembre de 2010, cuando Néstor sufrió un infarto en Buenos Aires, Buonomo estaba en Río Gallegos. Un mes después, cuando el ex presidente muere, producto de un paro cardíaco en El Calafate, él estaba en Buenos Aires. Asimismo, la salud de Cristina lo tuvo maltraer con algunos diagnósticos fallidos. La historia clínica de la Presidenta, mientras tanto, además del adenoma folicular de la tiroides incluye una operación en 2004 por un pólipo benigno en el útero (también se pensó que era un tumor), picos de estrés y una serie de lipotimias.
Buonomo fue designado como titular de la Unidad Médica Presidencial en febrero de 2007, cuando Néstor le asigna el rango y la jerarquía de secretario de Estado. Antes, desde noviembre de 2003, se desempeñaba como director de Sanidad.
En esa época formó parte de la comitiva presidencial en más de una decena de viajes oficiales. Graduado con medalla de honor de la Universidad de Buenos Aires, conoció a Néstor en 1985. Entre 1992 y 1994, fue director del Hospital Regional de Río Gallegos.
