POLITICA
Vendría a la Argentina en 2020

Señalan nexos entre Alberto Fernández, el papa Francisco y la Iglesia argentina

El Financial Times indicó que el Pontífice lo ayudó a reconciliarse con Cristina. Los religiosos aceptan lazos, pero niegan esa versión.

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Visita. En 2018, Alberto participó de una audiencia privada con el Papa junto al chileno Carlos Ominami y el brasileño Celso Amorim. | twitter

Con cada evento político argentino, el mundo se pregunta qué relación tiene el papa Francisco. Esta vez fue el Financial Times quien lo vinculó con la reconciliación de Alberto y Cristina Fernández, eje de la coalición opositora. En la Iglesia argentina reconocen que muchas personas cercanas a Alberto tienen diálogo con los obispos locales. Pero también aclaran que muchas de las figuras que se vinculan con el Papa y rodean al principal candidato opositor no reflejan un apoyo a su candidatura ni mucho menos.

En el artículo titulado “Los inversores se preguntan qué Fernández va a gobernar”, su autor, Benedict Mander, aseguró que “Francisco promovió la reconciliación de Alberto con Cristina”. Lo indica en base a fuentes cercanas al candidato opositor, quienes sugirieron que “la reunión de Fernández con el Papa”, realizada el año pasado, habría sido “un paso clave para unificar la oposición peronista”.

La última foto del Pontífice con Alberto es de su encuentro junto al ex canciller de Lula, Celso Amorim y el senador chileno Carlos Ominami, de agosto del año pasado. El encuentro estaba marcado por la situación del presidente brasileño Lula, detenido por la causa del Lava Jato. El ex ministro brasileño contó que  Francisco los “recibió durante una hora más o menos, y el asunto principal de la conversación fue el presidente Lula”. Amorim también acompañó a Fernández en julio, ya investido como precandidato a Presidente, a una visita en el penal donde está el brasileño.

Desde la Iglesia y desde el Vaticano se ha indicado, en innumerables ocasiones, que Francisco no se involucra en la política argentina. Quienes mejor lo conocen admiten, no obstante, que está informado sobre lo que ocurre en su país.

Fuentes de la Iglesia argentina sostienen que dos figuras frecuentemente vinculadas al Papa, que fueron parte de la formación del Frente de Todos, Juan Grabois y Eduardo Valdés, ex embajador ante el Vaticano, no indican un nexo entre el Pontífice y el armado opositor. En el caso de Grabois, él mismo, con su vuelco a la política, se ha alejado de la Iglesia y del Pontífice. En el caso de Valdés, los audios que se difundieron sobre sus contactos con el ex funcionario detenido Juan Pablo Schiavi y sus menciones al Pontífice marcaron un distanciamiento definitivo.

Más allá de las especulaciones, si el resultado de las PASO se repite en octubre, Fernández sería confirmado como Presidente. Y tendría, el año próximo, el honor de recibir por primera vez a un Papa argentino en su tierra. En junio, Oscar Ojea, titular de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), había dicho, a Télam: “Hay quienes dicen que el Papa no quiere venir a la Argentina, pero a mí me ha dicho que desea hacerlo y que ya está pensando cuándo. Me dijo que no puede venir en lo inmediato, pero que, tal vez, a fines del 2020 o durante el 2021 ya sería posible que estuviera visitando el país”.

Piden prudencia

La Iglesia Argentina evitó inmiscuirse hasta ahora en el conflicto político que atraviesa sus horas más críticas. La estrategia trazada desde el inicio del período electoral ha sido la de no involucrarse en el proceso con declaraciones ni dar visibilidad a los contactos con la dirigencia política. Esta semana, el encuentro de la Comisión Permanente del Episcopado, que coincidió con el proceso electoral, no motivó más que un señalamiento general sobre las PASO que conmocionaron el panorama político, por la victoria de Alberto Fernández con una ventaja mayor a los 15 puntos. Celebraron una elección “en paz y sin contratiempos” y expresaron su deseo de que “esa actitud ejemplar se refleja ahora en todos los sectores de la comunidad nacional”, además de pedir cuidar el bien común y privilegiar a los “pobres, que son los que más sufren”. Fuentes eclesiásticas coincidieron en señalar la actitud de la Iglesia como  “prudencia”.

MC