Las milanesas fueron el menú oficial del almuerzo que encabezaron ayer el jefe de Gabinete, Marcos Peña, con la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Si bien el encuentro – sin el presidente Mauricio Macri, quien estaba en Santa Fe- sirvió para debatir sobre lo que será el Presupuesto 2019 y el ajuste que se viene, por lo bajo, en plena crisis económica, se viene desatando una “guerra fría” entre el jefe de ministros y los dos mandatarios.
Si bien en público no lo demuestran –y se cuidan mucho en privado– las formas, y el fondo, para encarar la turbulencia económica los enfrentaron. Hoy el binomio Larreta-Vidal, inseparable, sigue pensando que lo mejor para el Gobierno es achicar la cantidad de ministerios, ir a un gran acuerdo con el PJ en el Congreso y con los gobernadores opositores, y rearmar el esquema de decisiones de la Casa Rosada. Enfrente, la resistencia de Peña, quien no quiere resignar poder, y en muchas cuestiones el propio Mauricio Macri.
“Mauricio jamás entregaría a Marcos, primero porque cree que es su asesor más importante y por otro lado porque piensa que después van a ir por él”, confía una histórica fuente del PRO. Es que bajar la cantidad de ministerios de 20 a 15 ó 13 y, además, cambiar algunos nombres y empoderar a los otros implicaría desarmar el esquema de poder con dos vicejefes de Gabinete “controladores” que hoy siguen trabajando y que le dieron a Peña un inmenso poder. Por el contrario, en la visión del binomio Vidal-Larreta se transformaron casi en secretarios de Estado y la crisis requiere ministros fuertes.
En privado, la gobernadora bonaerense no suele elogiar al jefe de Gabinete, pero no lo ataca. Confía que no pocas veces se lo critica para “no meterse con Mauricio (Macri), entonces se la agarran con él”. En su círculo de confianza, Larreta asegura que “es un disparate” que esté enemistado con Peña: “hablamos casi todos los días con Marcos”. Por su lado, el jefe de Gabinete admite que hay críticas internas y externas a su figura, dentro del “círculo rojo” pero también en el macrismo pero las naturaliza: “Vienen con el cargo”, minimiza. Ayer se mostró contenedor, en especial de Vidal.
Apoyos. Vidal y Larreta no son los únicos que apuntan a más cambios de gabinete y a acordar con el peronismo. Uno de los que los apoya, por su lado, es Nicolás Caputo, el empresario íntimo amigo de Macri. “Nicky” es un férreo crítico de Peña y el optimismo que reinó durante dos años y medio en el primer piso de la Casa Rosada.
Otro que vio en los últimos meses un “Macri que no escucha” fue Daniel “el Tano” Angelici, hoy con un vínculo más distante con el Presidente pero con una confianza que pocos tienen. Angelici deslizó en varias oportunidades que bajar la cantidad de ministerios no sería una mala opción y desliza que una posibilidad sería unir el ministerio de Justicia con el de Seguridad. Una chicana encubierta al ministro Germán Garavano, quien debe deambular entre el angelicismo y la mesa jurídica de los abogados del Presidente encabezada por José Torello y Pablo Clusellas, el secretario Legal y Técnico, junto a Fabián Rodríguez Simón, el abogado personal de Macri.
De todas formas, si algo supone la “guerra fría” es que, además de la coyuntura, hay una mirada a futuro: de ellos tres saldrá el futuro sucesor de Macri en Balcarce 50. Vidal intenta desligarse de esa pelea para no generar roces. Los otros dos lo mantienen aún en las sombras.
Almuerzo. Paralelamente, ayer en la residencia presidencial de Olivos, además de Peña, Larreta y Vidal, se sumaron Rogelio Frigerio, el ministro del Interior; Nicolás Dujovne; el ministro de Hacienda, y funcionarios porteños y bonaerenses. Discutieron los primeros trazos del recorte y del Presupuesto 2019. Larreta estuvo con el vicejefe Diego Santilli y su ministro de Hacienda, Martín Mura.
El binomio ahora está discutiendo el traspaso de Edenor y Edesur, en materia energética, y Aysa, en cloacas y agua potable, de Nación al área Metropolitana. En el caso de la energía está avanzado pero falta la letra chica. En el segundo no es tan sencillo.
Otro de los ejes fueron los fondos específicamente de la Provincia. Allí, Federico Salvai (jefe de gabinete bonaerense) con Hernán Lacunza, el ministro de Economía, repitieron un argumento clave: la Provincia produce el 37% del PBI del país y recibe el 23%. Peor aún: para compensar esa falta la Nación siempre le entregó subsidios y transferencias, en el mejor de los casos, sin resolver la cuestión de fondo. Frigerio aceptó que había que modificar las inequidades hacia el futuro con otro esquema de coparticipación federal con todos los gobernadores. De esto seguirán discutiendo en el Consejo Federal de Responsabilidad Fiscal con todos los ministros de Economía. Un arduo trabajo bajo la sombra de las internas políticas.
Olivos: de los picados a las mesas políticas
La residencia presidencial de Olivos se transformó en un ámbito de distensión, para picaditos de fútbol o asados, pero también en el lugar de las “mesas políticas” miércoles y viernes. Es que esos días Mauricio Macri hace “home office” y o bien no concurre a la Casa Rosada o corta sus actividades temprano.
En esa marco ayer, además de la cumbre de Peña-Larreta y Vidal por el recorte presupuestarios, se sumó otra reunión de coordinación los viernes por la tarde donde se suelen sumar Frigerio, Dujovne, Jorge Triaca, el canciller Jorge Faurie, los vicejefes de Gabinete, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, entre otros.