PROTAGONISTAS
Herencia en disputa

Para una parte de la familia, Bartolomé Mitre dejó un "patrimonio pobre"

Por inventarios de bienes demorados, disputas familiares, y diferencias en las acciones de La Nación, Esmeralda Mitre logró que la Justicia habilite un veedor externo que controle la sucesión.

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Los Mitre (de izq. a der.): Esmeralda, Rosario, Santos, Nequi Galotti, Bartolomé (h), y Dolores. Sentado, Bartolomé Mitre. | INTAGRAM

En la Justicia argentina se desangra a paso lento un apellido con prosapia. Con la muerte de Bartolomé Mitre el 25 de marzo pasado, el carácter aglutinador del último patriarca de ese clan estalló con la sucesión. Y ahora se suma un nuevo capítulo: Paulina Gowland, abogada de los tres hijos mayores, argumentó que Bartolomé Mitre dejó “un patrimonio pobre” para oponerse a la inclusión de un veedor externo en la sucesión.

Quién es quién en la esta disputa por al herencia de Bartolomé Mitre.

Los herederos del que fuera uno de los directores de La Nación están divididos en tres bloques. Por un lado, los mayores, Dolores, Bartolomé (hijo) y Rosario -hijo de Mitre y Dolores González Alzaga-; luego Esmeralda Mitre -hija del segundo matrimonio con Isabel Alvarez de Toledo-; y finalmente, Santos, el menor e hijo de Nequi Galotti.

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El pedido del veedor fue hecho por Esmeralda Mitre y la argumentación de la misma fue que Nequi Galotti no está profesionalmente capacitada para manejar todas las cuestiones que comprende una sucesión de este tipo. A eso se sumó que seis meses de la muerte del empresario, no hay atisbo alguno de presentación de inventarios pedidos con el detalle de los bienes que hay en la casa de Bajo Belgrano donde vive Galotti, el campo de Baradero, e incluso no se le habilita legalmente el ingreso a Esmeralda y su abogado a la oficina de su padre en el edificio de La Nación para ver sus papeles.

Es difícil imaginar a Esmeralda Mitre en el directorio de La Nación pero para ella es uno de sus objetivos.

Ante el escenario en cuestión, la Justicia hizo lugar al pedido de Esmeralda Mitre y activó la designación de un veedor que mencionaremos como L.J.O.  Y esto sacudió el tablero: puso a dos bloques contra uno. Es decir, Esmeralda quedó en solitario. El trio de los hijos mayores, a través de la abogada Paulina Gowland -quien casualmente también tiene estrecha relación con el directorio de La Nación-, se opuso a esa decisión judicial con el argumento de que “el pobre patrimonio” de Bartolomé Mitre no necesita de un veedor para la sucesión.

Por supuesto, Mitre no integra ni nunca estuvo en la lista los más ricos de la Argentina pero tampoco se lo podría incluir en un empresario de “pobre patrimonio”. Al menos sumando lo que está “a la vista” el patrimonio a heredar por sus hijos y viuda dista de ser "pobre". Lo otro, lo que se estima podría estar en cuentas en el exterior, es objeto de exhortos a Suiza que son de trámite lento y de resolución aún más lenta.

La abogada que impugnó al veedor judicial en la sucesión dio dos porcentajes contradictorios de las acciones a nombre de Mitre.  

Y en la sucesión queda también la cuestión que parece inquietar a gente no sólo de la familia Mitre: las acciones de La Nación. En escritos diferentes, la doctora Paulina Gowland habría detallado porcentajes diferentes respecto de un grupo de acciones -no todas- que tendría Bartolomé Mitre en La Nación. Esa diferencia en ese grupo de acciones sería de unos cuatro millones de dólares en perjuicio de los herederos. Y eso generó un pedido de explicación de parte de los abogados de Esmeralda Mitre.