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El "royal train" se jubila: el ahorro llevó a Carlos III a desterrar el medio de transporte favorito de los Windsor

El ferrocarril de la realeza británica entró en servicio en 1977 para conmemorar los 25 años de reinado de Isabel II y ahora será desmantelado. La monarquía tiene su propio tren privado desde los tiempos de la reina Victoria en el siglo XIX.

El tren de la realeza británica
El tren de la realeza británica | RailTech.com

Siguiendo su deseo de tener una monarquía más barata y más moderna, el rey Carlos III decidió poner fin al uso del "Royal Train", el servicio de tren al servicio de la familia real británica desde la época victoriana. El tesorero del palacio anunció que el monarca aprobó desmantelar el tren debido a los altos costos de mantenimiento y aumentar el uso de dos helicópteros para transportar a los miembros de la casa real.

El proceso para poner fin al tren de nueve vagones comenzará en 2026, unos treinta años después de que la reina Isabel II -fallecida en 2022- "jubilara" el Yate Real Britannia. Carlos III, de 76 años, brindó una "emotiva despedida" al tren, que incluye un vagón especialmente creado para él en la década de 1980. "El tren real, por supuesto, ha formado parte de la vida nacional durante muchas décadas, amado y cuidado por todos los implicados", dijo el tesorero James Chalmers.

El rey Carlos III
El tesorero del rey Carlos III anunció que se aprobó el uso de dos helicópteros para transportar a la casa real y desmantelar el tren debido a los altos costos.

Chalmers describió la medida del rey Carlos como un ejemplo de "disciplina fiscal" para una monarquía cuyo presupuesto -destinado a las obligaciones de los miembros de la familia real y el mantenimiento de los palacios, se mantuvo 118,5 millones de dólares en 2025-. "Así como muchos aspectos del trabajo de la casa real se han modernizado y adaptado para reflejar el mundo actual, también llegó el momento de dar una emotiva despedida, mientras buscamos ser disciplinados y previsores en la asignación de fondos", añadió.

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El Tren Real, una tradición de la Era Victoriana

El tren real es una tradición real británica desde la llamada Era Victoriana, el nombre dado al reinado de la célebre reina Victoria (1837-1901), tatara-tatara abuela del rey Carlos. El esposo de Victoria, el príncipe consorte Alberto, de convertirse en la primera monarca del mundo en viajar en tren cuando abordó un vagón desde la estación Slough, cercana al castillo de Windsor, hacia Paddington, en Londres. El viaje duró 25 minutos y la reina quedó fascinada.

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Pese a que en el siglo XIX se creía que viajar en trenes rápidos podía volver "locos" a los usuarios a causa de su velocidad, Victoria encargó un tren especial para que pareciera un palacio sobre ruedas, con los vagones decorados con pintura de oro de 23 quilates y adornados con sedas y satén. Se agregaron luces eléctricas en 1890, así como un inodoro a bordo, que Victoria se negó a usar, prefiriendo que el tren se detuviera para ir al baño cada pocas horas.

El royal train fue utilizado después por los reyes Eduardo VII y Jorge V, y por Jorge VI y su familia durante la Segunda Guerra Mundial. Dados los peligros de la guerra y los bombardeos alemanes (que tenían por objetivo aniquilar a la realeza británica), los vagones se hicieron a prueba de balas y el tren fue cubierto por un techo blindado de 56 toneladas.

En 1977, cuando la reina Isabel II cumplió 25 años de reinado, se formó por primera vez un solo conjunto de vagones del "Royal Train" y permaneció en servicio desde entonces, reemplazando los vehículos de 1941 utilizados por Jorge VI. Hasta ahora, cuando los vagones están fuera de servicio, como lo están durante gran parte del año, el tren se mantiene estacionado en un lugar secreto para garantizar la seguridad de la realeza.

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El vagón privado de Carlos III cuenta con aire acondicionado y calefacción eléctrica que contiene un dormitorio con una cama individual, una sala de estar, un escritorio para trabajar durante el viaje, un comedor y un baño completo con una bañera de tamaño completo. Todos los vagones del tren están decorados con cuadros de paisajes y grabados.

El trabajo más prestigioso en los ferrocarriles británicos es el del "conductor del Tren Real", que cuenta entre sus tareas la de detener la puerta del ferrocarril perfectamente alineado con la alfombra roja del andén. Los conductores también se enorgullecen de llegar a cualquier destino dentro de los 15 segundos de la hora de llegada indicada.

Los funcionarios de la realeza creen que el tren ofrece la mejor opción para la seguridad, la protección, la eficiencia y la mínima interrupción para los demás. Para Carlos III, reconocido como un protector del medioambiente, el tren real también era una buena opción ecológica, pero el mantenimiento de este medio de transporte era demasiado costoso.