“Estoy convencida de que temen que la gente vea a Julian (Assange) como un ser humano”, dijo Stella Moris en un extenso texto que se publicó horas antes de su casamiento con el fundador de WikiLeaks. “Ese miedo revela que, a toda costa, quieren que Julian permanezca invisible para el público, especialmente el día de su boda. Para que desaparezca de la conciencia pública. (…) Julian se está convirtiendo en el prisionero X, una abstracción que no se ve ni se escucha y, por lo tanto, no existe. Julian está siendo desaparecido porque su encarcelamiento es una desgracia nacional, una vergüenza para el Estado británico”.
Desde 2019, Julian Assange está en la prisión de Belmarsh –en las afueras de Londres–desde que, al asumir Lenín Moreno –alineado con Estados Unidos– como presidente de Ecuador, le retiró el asilo político que le había concedido el ex mandatario Rafael Correa desde 2012, asilo que le permitió al fundador de WikiLeaks estar en la sede diplomática que ese país tiene en la capital británica. El miércoles 23 de marzo, fue en la mencionada cárcel de máxima seguridad donde Assange y Stella Moris se casaron.
Fotos prohibidas. De la boda propiamente dicha, que se realizó en una capilla de la prisión de Belmarsh, no hubo fotografías. De hecho, Moris detalló que no le habilitaron siquiera esa posibilidad. La negativa a que se publicaran fotos de la boda tiene una clara intencionalidad política. Según ella argumentó, es una estrategia de diluir la figura de Assange para convertirlo en un “desaparecido” –concepto que en Argentina se entiende a la perfección–, invisibilizarlo totalmente. “La prisión de Belmarsh afirma que nuestras fotos de boda suponen un riesgo para la seguridad porque podría terminar en las redes sociales o en la prensa”, escribió. “¡Qué absurdo! ¿Qué tipo de amenaza a la seguridad podría representar una foto? Belmarsh permite regularmente las fotos”. Y detalló que en esa cárcel incluso se permitió que condenados dieran reportajes a la televisión. “Julian no está acusado de ningún delito en el Reino Unido; los cargos que enfrenta en Estados Unidos tienen, según Amnistía Internacional, motivaciones políticas. Y según todas las principales organizaciones de libertad de prensa, los cargos también son un ataque al periodismo en sí mismo, porque criminalizan el periodismo y abren las puertas al encarcelamiento de periodistas por hacer su trabajo”.
De abogada a esposa. Stella Moris y Julian Assange se conocieron en 2011, cuando la contrataron como parte del equipo legal. Ella es abogada y experta en derecho internacional. Tiene 39 años y nació en Johannesburgo como Sara González Devant. Recién en 2012 se cambió el nombre como forma de protección personal y de su familia. Su padre es un arquitecto sueco de ascendencia cubana; su madre, española y directora de teatro. Ambos formaron parte de un colectivo cultural que tuvo una intensa actividad contra la segregación racial que implicó el apartheid en Sudáfrica. Recién en 2015, la relación laboral con Assange se convirtió en personal y durante el asilo en la Embajada de Ecuador en Londres tuvieron a Gabriel, de 4 años, y Max, de 2. Con ambos pequeños y junto a su suegro, su cuñado y dos familiares más, ingresaron a la cárcel para la boda mencionada. Afuera esperaron amigos de la pareja y personas que respaldan el reclamo de no extradición de Assange a Estados Unidos. Entre ellos, Chris Hedges, periodista norteamericano y ganador de un Pulitzer, quien dijo: “Es la batalla más importante de nuestra época por la libertad de prensa y si la perdemos será devastador no solo para Julian y su familia sino para nosotros”. De ser extraditado, la condena sería de 175 años de cárcel.
"Julian se está convirtiendo en el prisionero X, una abstracción", dice su mujer
Punk y fan. Si bien no estuvo presente en la puerta de la cárcel, una defensora de la causa Assange se encargó de vestir a la pareja: Vivienne Westwood y su pareja, Andreas Kronthaler. La diseñadora “punk” británica es una famosa activista de este caso. Para juntar fondos para solventar gastos de la defensa legal, Westwood diseñó remeras unisex con su cara –la de ella–y la leyenda “I am Julian Assange” .También hizo una acción performática en pleno Londres: vestida de amarillo dentro de una jaula, decía: “Si mandan a Julian a Estados Unidos, es lo peor que podría pasar en el mundo para la justicia y la libertad de expresión. Esto les puede pasar a todos los periodistas.”
Un blanco permanente para EE.UU.
Julian Assange crea WikiLeaks en 2006 pero en julio de 2010, cuando a través de ella se publican decenas de miles de documentos secretos, archivos militares estadounidenses clasificados de la Guerra de Afganistán y de Irak, y se viraliza el video donde, desde un helicóptero de Estados Unidos, asesinan a doce civiles en Bagdad, WikiLeaks se convierte en un peligro. Le siguieron la publicación de más documentos secretos, y Estados Unidos activa judicialmente para extraditarlo desde Inglaterra. Desde entonces, ese pedido sigue firme. Assange logra asilo en la Embajada de Ecuador en Londres, y al asumir Lenín Moreno se le quita; desde 2019 está preso en Belmarsh.
