“Hoy es el día de mi boda”, escribió Stella Moris en una carta que publicó el diario inglés The Guardian. Esta sudafricana es la pareja de Julian Assange con quien además tiene dos hijos, Gabriel y Max, de 4 y 2 años. Vestida con un traje de la famosa diseñadora británica Vivianne Westwood y su pareja Andreas Kronthaler, se casó con el fundador de Wikileaks. La boda de Julian Assange y Stella Moris se realizó en Belmarsh, una cárcel de máxima seguridad de Inglaterra. En la ceremonia mínima –por supuesto– estuvieron los padres de Assange, su hermano y los dos hijos de la pareja.
“A la hora del almuerzo, cruzaré las puertas de la prisión de alta seguridad más opresiva del país y me casaré con un preso político, el fundador de WikiLeaks, Julian Assange. (...) Por supuesto, esta no es la boda que deberíamos tener. Julian ha pasado casi tres años detenido injustamente en nombre de la potencia extranjera que planeó matarlo en las calles de Londres”, dice Stella Moris en la mencionada carta.
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En otro de los párrafos de la misiva, la ahora oficialmente esposa de Julian Assange detalla los impedimentos que el Ministerio de Justicia de Inglaterra les puso para evitar que se difundan fotos de la ceremonia. Y que por eso se les prohibió el ingreso a la misma de los testigos que Assange y Stella propusieron porque eran periodista y fotógrafos. “La prisión de Belmarsh afirma que nuestra foto de boda es un riesgo para la seguridad porque podría terminar en las redes sociales o en la prensa. ¡Qué absurdo!. ¿Qué tipo de amenaza a la seguridad podría representar una foto de boda? Belmarsh permite regularmente las fotos”, denuncia la mujer de Assange. Y argumenta que en esa cárcel incluso se permitió que condenados den reportajes a la televisión.
Según detalló Stella Moris, la negativa a que se publiquen fotos de la boda tiene una clara intención política: invisibilizar la figura de Assange. “Julian no está acusado de ningún delito en el Reino Unido; los cargos que enfrenta en Estados Unidos tienen, según Amnistía Internacional, motivaciones políticas. Y según todas las principales organizaciones de libertad de prensa, los cargos también son un ataque al periodismo en sí mismo, porque criminalizan el periodismo y abren las puertas al encarcelamiento de periodistas por hacer su trabajo.”
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“Estoy convencido de que temen que la gente vea a Julian (Assange) como un ser humano. (…) Su miedo revela que quieren que Julian permanezca invisible para el público a toda costa, especialmente el día de su boda. Para que desaparezca de la conciencia pública”, escribió Stella Moris. “Julian se está convirtiendo en el prisionero X, una abstracción que no se ve ni se escucha y, por lo tanto, no existe. Julian está siendo desaparecido porque su encarcelamiento es una desgracia nacional, una vergüenza para el estado británico”.
Chris Hedges, periodista norteamericano y ganador de un Pulitzer, estuvo en la puerta de la cárcel de Belmarsh junto a seguidores de Assange. Allí dijo: "Es la batalla más importante de nuestra época por la libertad de prensa y si la perdemos será devastador no sólo para Julian y su familia sino para nosotros”. De ser extraditado a Estados Unidos, la condena para Julian Assange sería de 175 años de cárcel.
