Ante la preocupación de algunos inversores por la sindicalización progresiva de sus empleados norteamericanos, Starbucks levantó el bati-teléfono y llamó a un ex directivo de la compañía para que por tercera vez regrese a la compañía. Howard Schultz pasará a ocupar el cargo de Kevin Johnson a partir de abril próximo, y éste último pasa al directorio de Starbucks como asesor pero sólo hasta septiembre de este año. Una salida elegante, decorada con la información que señala que Johnson ya había anticipado su deseo de dejar la empresa.
Un grupo de inversionistas que detentan acciones de Starbucks por 1.200 millones de dólares se mostraron preocupados porque se expanda la sindicalización de empleados que se inició en un local de Buffalo (Nueva York) y luego sumó a otros cinco locales. De hecho ya 130 tiendas de Starbucks en 27 estados del país del norte, pidieron votar para definir si se sindicalizan o no.
En Google, también empleados armaron un sindicato en Silicon Valley.
El pedido de estos inversionistas es que Starbucks aplique “una política global de neutralidad para los futuros intentos de los trabajadores de organizarse”, además busque acuerdos "justos y oportunos" y negocie con quienes ya votaron a favor de la sindicalización. Asimismo se mostraron contrarios a la respuesta de Starbucks a los acciones pro gremial. En la misiva que enviaron al directorio, sugiere que la compañía se “alejó de las normas y estándares internacionales (…) Nuestras preocupaciones incluyen las actividades de Starbucks en las tiendas que se organizaron después de las elecciones de Buffalo, como los supuestos despidos de empleados como represalia”.
El primer local de Starbucks de EE.UU. se sindicalizó en diciembre de 2021, luego se sumaron otros cinco.
Howard Schultz fue director ejecutivo de Starbucks de 1987 a 2000, luego de 2008 a 2017, y a partir de abril próximo asumirá como CEO interino hasta que se designe uno nuevo. A fines de 2021, Schultz visitó el local de Starbucks de Buffalo (Nueva York) en los albores de la sindicalización que se daría ese diciembre. Como aconsejan algunos libros de marketing corporativo en el capítulo “crear un sentimiento de equipo y paridad”, el empresario llama “socios” (partners) a los empleados y dejó una carta para desalentar la formación sindical en los Starbucks de Estados Unidos. La misma dice: “Es Starbucks, ningún socio (empleado) ha necesitado nunca que un representante le consiga cosas que todos tenemos como socios. Me entristece y preocupa escuchar que alguien piensa que eso (la sindicalización) es necesaria ahora”.
Esa carta de Howard Schultz quizá anticipa el por que Starbucks lo convocó en este momento. También que la compañía no se mostraría favorable a lo enunciado por Joe Biden en su discurso de febrero de 2002 por los cien días de su mandato. Allí, hizo una fuerte defensa de las organizaciones sindicales y del derecho a pertenecer a un sindicato. “Hay hombres y mujeres buenos en Wall Street, pero Wall Street no construyó este país. Lo construyó la clase media. Y los sindicatos construyeron la clase media. Por eso pido al Congreso que apruebe la ley de protección del derecho a la organización que me la envíen para que podamos apoyar el derecho a sindicalizarse.”