El 2020 será un año recordado principalmente por la pandemia del coronavirus. Pero otros hechos también marcan la agenda y serán discutidos en el futuro próximo. Uno de ellos es la aparente decisión de la plataformas digitales de terminar con el “vale todo”. Twitter, Snapchat, Reddit y Twicht, entre otras, comenzaron a instrumentar procesos contra los comentarios que “divulgan odio”. En ese contexto, la única gran aplicación que parece oponerse es Facebook y Mark Zuckerberg no para de tener problemas por esa decisión.
Ya pasaron varias semanas desde que el magnate tecnológico aseguró que ninguno de ellos puede ser “árbitros de la verdad”. Desde entonces ha tenido quejas de sus propios empleados, de organización sociales y hasta de empresas internacionales que quitaron el dinero que destinaban a publicitar en Facebook. Coca-Cola, Volkswagen, Unilever y Verizon son solo algunas de las compañías que iniciaron un boicot para que Zuckerberg se una al resto de las plataformas.
Como el nivel de pérdidas para Facebook podría ser inmenso de continuar el boicot (Se estima que tienen ocho millones de empresas que pautan con ellos y eso sería el 98% de sus ganancias anuales según informó el New York Times), tanto él como Sheryl Sandberg, su ejecutiva más importante, optaron por un tono más conciliador. Además, tuvieron una reunión con varios representantes de asociaciones que trabajan por los derechos humanos.
Éxodo de publicidad amenaza el crecimiento de ingresos de Facebook
En las últimas horas se dio a conocer a través de medios de todo el mundo que esa charla no fue para nada positiva. El grupo llevó una lista con varias medidas que podrían tomar pero la mayoría de ellas no obtuvieron respuesta. Solo se comprometieron a contratar a un directivo con experiencia en derechos humanos. “Por fuera de eso solo respondieron lo mismo que responden todos para intentar quedar bien con nosotros sin interesarles nuestras propuestas”, aseguró Jessica González de Free Press.
El grupo que asistió a la reunión con Zuckerberg estima que más de 700 empresas se unieron al boicot contra Facebook. “Les estamos pegando donde les duele”, dicen y esperan que a partir de esa presión comience un cambio con respecto a los comentarios tóxicos y de odio que suelen publicarse sin ningún tipo de repercusión.