“La maternidad de estos chiquitos, me cambió la vida y mi sentido de existencia. Cada momento de la vida, veo que pide y da diferentes contiendas. Sostener a estos cinco chiquitos, me dio una estabilidad que yo intuía que existía, pero no lograba hacerla propia. Me dio paz y confianza en el futuro a construir y fundamentalmente abrió mis ojos al mundo. Tengo una hija grande, que nació cuando yo era muy jovencita y no lograba entender cómo era que sucedían las cosas y el trabajo que debía hacer conmigo misma.” La que reflexiona es Agustina Picasso, argentina, 42 años, artista, madre de seis hijos y mujer de Matt Groening,el creador de Los Simpson.
No hay dudas, lo suyo es una vida de película: con el padre de Bart se conocieron en 2007. Por aquel entonces, ella era conocida por pertenecer a Mondongo, un grupo de arte alternativo. Agustina dejó todo y al año siguiente se fue a vivir con Matt a Los Angeles. “Nació el Simpson argentino”, titulaban los medios en agosto de 2013, cuando vino al mundo Nathaniel Philip Picasso Groening, primer hijo de la pareja, quien fue luego por (mucho) más: en diciembre de 2015 tuvieron al primer par de mellizas, Luna Margaret e India Mia; y en junio de 2018, llegó el segundo par, Venus Ruth y Sol Matthew.
Agustina es además, madre de Camila, su hija más grande, fruto de una anterior relación con Eduardo Costantini (hijo). Camila la hizo abuela casi al mismo tiempo en que Agustina daba a luz a Venus y Sol (Ver recuadro). Ahora Picasso redobla otra vez la apuesta: está esperando su séptimo hijo. “Early, de 3 meses. Una nena, no name. Un milagro que sucediese esta nena”, cuenta Agustina a PERFIL.
El padre de ‘Los Simpson’ tuvo mellizos por segunda vez con su mujer argentina
¿Cómo son las reuniones de este familión con tantos integrantes y tan pequeños? Picasso asegura que son sagradas. “Son momentos maravillosos y son también caóticos, ¡¡¡Como un divino infierno!!! Todos piden a la vez, todos muestran sus logros a la vez, todos llaman la atención a la vez. ¿Y de qué disfrutamos? De estar todos juntos y de que sea así, todo a la vez”, dice entre risas esta mujer quien según describe, cada embarazo la ha vuelto más lúcida: “Me dieron riqueza a mis meditaciones diarias, me hicieron ahondar en el sentido espiritual de la vida, el compromiso con cada niño que llega y con todos los que me rodean. Y dentro de la maternidad, la lactancia fue para mí, una gran experiencia de entrega que aniquila al ego, pues me hizo y hace pensar en función de dar lo mejor de mí con cada chiquito y eso es muy saludable, si bien tiene ese plus de cansancio inmenso que por supuesto, llevo a diario.”
—Seguramente tendrás alguien que te ayude. ¿Sos de delegar o tratás de hacerlo todo vos?
—En casa contamos con la ayuda necesaria para poder ocuparme de todo. No delego y vivo con el placer de entregarme. Casi milagrosamente esta multitud que somos vive en una hermosa armonía que agradezco y bendigo.
—¿Seguís haciendo arte por tu cuenta o la maternidad es algo que te lleva a estar full time con los chicos?
—En estos años el arte es igual a cero a nivel obra. Pero mi mente no deja de reflexionar y crear formas y ángulos de visión que están en mí desde que era niña, y así se siguen generando. Hoy mi mayor arte son unos dibujos malísimos. Pero nunca se sabe y a lo (Marcel)Duchamp, un día después de diez años saldré por esa puerta y volveré a plasmar un modo de pensar y de sentir.
—¿Cómo es Matt como padre?
—Es un padre de ensueño. Yo no me crié con mi papá. Vengo de una familia rota desde que nací, una infancia que fue el laberinto del terror y si haber conocido a Matt como pareja fue un grito de felicidad, conocerlo como padre me conmueve todos los días. El es la razón y el norte de todos estos chicos; él es la paciencia, la palabra serena, el cuidado responsable de cada uno y su sentido sagrado del humor.
—¿Qué cosas extrañás de Argentina? ¿Tienen pensado regresar en algún momento?
—Amo a Argentina, fue el lugar por donde llegué al mundo y donde están las personas que también hicieron que hoy esté aquí. De Argentina extraño muchísimas cosas, pero sobre todo a mi psicóloga Mary Calvo, porque hace muchísimos años ella tuvo fe en mí, en la naturaleza de mi alma, en la fuerza de mi mente y en mi futuro. Con ella tejí un hilo de amor comprometido desde donde no solo curé mis heridas sino que evolucioné, estudié y vislumbré la inconmensurable fuerza constructiva de la vida. Al lado de ella tomé las decisiones más drásticas y contundentes para trazar esta vida que hoy camino. Extraño a mis hermanos porque estuvimos muy juntos de chiquitos y extraño a Mondongo porque me divertía mucho.
—Tu hija fue mamá cerca del momento en que vos atravesabas uno de tus embarazos . ¿Cómo viviste ese momento?
—Ser mamá fue con cada uno y con todos una experiencia desbordante. En un momento, ¡¡¡amamantaba a tres bebes!!! Y lo volvería a hacer. Me preguntan varias veces cómo se siente o cómo se vive siendo abuela y tan joven... Nunca sé qué contestar. Camila es un amor tan fuerte en mi vida, nos hemos comprometido tanto en nuestra relación, que hoy la veo construir su vida y cuidar de su niño y ahí vuelvo a morir de amor con su mundo. Pero la palabra abuela, ahí me pierdo. Creo que sigue siendo madre a diferentes grados de distancia, hay cuidado y respeto.
—Es una familia de artistas, sin dudas. ¿Te gustaría que alguno de ellos siga alguna rama en especial?
—Veo a todos mis hijos y a todos los niños, muy artistas. Les veo el ángel y el don que va con ellos. La infancia me conmueve mucho y descubro en ella el mayor potencial y la más eficaz vacuna para la vida.
—¿Qué es lo que más le gusta hacer a Matt con ellos en su tiempo libre?
—Tiempo libre es lo que no hay. Yo estoy ocupada todo el día con cada niño y con mis escasos momentos para mis meditaciones, hablar con Mary y asistir a cada requerimiento de jardines, colegios, pediatras, juegos... En fin, de todo y todo el día. Y Matt trabaja compulsivamente, lee mucho y está encima de cada tarea que emprende. Es tan brillante que me encanta verlo pensar. Pero siempre hay un instante en donde compartimos el día de cada uno y su tiempo libre lo usa en estar con los chicos, llevarlos, traerlos, cuidarlos, jugar y siempre, ¡su humor!
—El rubio de los chicos, es muy Simpson.
—Ahí ya la genética habrá tejido su hilván. Desde mí, lo rubio viene de mi madre y en Matt... ¡Ahí está el combo! Madre noruega y padre alemán. Simpsoniana familia al mango. Es una historia la nuestra que la hacemos con amor, tolerancia y decisión de amar. Fue siempre esa la apuesta.
Madre y abuela a la vez
El 4 de julio de 2018 Camila Costantini, nieta del empresario del arte Eduardo Costantini, fue mamá a los 24 años. Tuvo a Vicente, fruto de su relación con su pareja, Tino Vivo. Unos días antes, el 17 de junio, su madre, Agustina Picasso, dio a luz a su segundo par de mellizos, Venus Ruth y Sol Matthew. “Estas crianzas tuvieron y tienen una intensidad como nada en mi vida. Hay momentos en que creía enloquecer, en que el cansancio me superaba... Y ahí me detenía a mirarlos y sentía la presencia de Matt”, dice Agustina. En sus cuentas de Instagram, madre e hija fueron retratando el paso a paso de los embarazos con mucha naturalidad. Hoy, ambas comparten el tiempo juntos. “Feliz cumple genio del amor, Vicente sos fuegos artificiales, tu abuela te ama más alla de ellos”, le escribió Agustina en las redes.