A raíz de la pandemia, aquellas personas con otras patologías tuvieron dificultades para ser atendidas y muchos de ellos han suspendido los tratamientos y estudios. La cuarentena afectó esencialmente la salud mental de aquellas personas que sufren enfermedades crónicas.
“Se sabe que los pacientes con enfermedad cardiovascular tienen más depresión y ansiedad que la población general y ese es un factor de riesgo que tiene casi el mismo peso que tiene la hipertensión arterial o el fumar cigarrillo”, explicó el coordinador de la unidad corazón-cerebro del ICBA, Augusto Vicario.
Además añadió: “Esto condiciona la aparición de un infarto miocardio, también condiciona su pronóstico futuro y tiene efectos directos que aumentan las posibilidades de arritmias y de muertes por arritmias”. “La depresión se duplicó”, comentó Vicario.
La situación se agravó porque los pacientes abandonaron sus tratamientos. “La enfermedad cardiovascular aumentó, siendo la principal causa de muerte en la Argentina ya que mata 100.000 personas por año”, expuso.