Luego de que la prueba de la vacuna Pfizer arrojara un 90% de efectividad en los estudios de Fase 3, RePerfilAr dialogó con Marina Diksaitis, una de las 4.500 voluntarias que se aplicaron la dosis en el país.
La voluntaria relató que hace un mes y medio fue por primera vez hasta el Hospital Militar, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires, donde estuvo alrededor de 3 horas.
Allí, en primera instancia tuvo una reunión con un médico "con quien me saqué todas las dudas y repasé mi historia clínica". Además, le realizaron un análisis de sangre, una prueba de PCR para confirmar o descartar la presencia del virus, además de un test de embarazo. Finalmente debió firmar un contrato de consentimiento.
Fernán Quirós: "La vacuna de Pfizer no va a eliminar la circulación del virus en la sociedad"
Posteriormente, le aplicaron la primer dosis y -a las tres semanas- le dieron la segunda.
Sobre la primera aplicación Marina comentó que "no tuve ningún dolor, ni efecto adverso. No sentí nada", aseguró. Y puntualizó que, en la segunda aplicación, apenas sintió un "leve cansancio", pero que no llegó siquiera "a calificar como fatiga".
Sin embargo, cabe destacar que -por el momento- desconoce si a ella le aplicaron placebo o la dosis. Eso se lo informarán una vez que la vacuna haya sido aprobada por la Anmat.
Por último, al ser consultada sobre el motivo que la incentivó a presentarse como voluntaria para colocarse la vacuna en proceso de experimentación, Marina respondió: "Quise aportar mi granito de arena, soy joven, no soy paciente de riesgo, no soy esencial. Cuando esté lista la vacuna y empiecen a vacunar a gran escala, yo voy a ser de las últimas, entonces aprovecho, pongo mi aporte ahora para las pruebas, y luego ya estaré vacunada".
