En febrero de 2019, un informe científico realizado por expertos en salud y publicado en la revista The Lancet Infectious Diseases anticipó un rebrote del sarampión y de otras enfermedades, como la malaria, el mal de Chagas, el dengue, la fiebre chikungunya y el virus del zika en América Latina a causa de la crisis social y económica que atraviesa Venezuela.
“Además del retorno del sarampión y otras enfermedades infecciosas prevenibles por vacunación, las condiciones están favoreciendo la aparición y transmisión sin precedentes de enfermedades transmitidas por vectores", dijeron los científicos. "El resurgimiento de muchas enfermedades transmitidas por vectores representan una crisis de salud pública en Venezuela y presenta la posibilidad de socavar severamente los esfuerzos de eliminación regionales a estas enfermedades", indicaba el estudio.
El informe advertía que, debido al aumento en los viajes aéreos y la migración humana, “la mayoría de los países de la región de América Latina y el Caribe, así como ciudades estadounidenses con una diáspora venezolana, como Miami y Houston, tienen un riesgo elevado del resurgimiento de enfermedades infeccionas”. Indicaba además, que Brasil, uno de los principales países receptores de migrantes venezolanos, sería uno de los más afectados por el contagio en aumento de las personas en Venezuela, en particular de malaria.
Los investigadores destacaron en su informe que por muchas décadas Venezuela fue líder en el control de enfermedades transmitidas por vectores, muchas de las cuales pueden resultar mortales, y en las políticas de salud pública en América Latina, pero en los últimos años la recesión económica, caracterizada por una escasez de alimentos y medicamentos, perjudicó los esfuerzos de las autoridades sanitarias. Actualmente el país -del cual casi 5 millones de personas migraron hacia otros países de la región, incluida Argentina- atraviesa una severa crisis sanitaria, provocada por la escasez de suministros, de vacunas, medicinas y de profesionales, obligados a escapar del país.
En el marco de "una grave crisis económica", decía el informe de The Lancet, "la provisión de salud pública se ha visto afectada particularmente" en Venezuela. “Así como el retorno del sarampión y de otras enfermedades que se previenen con vacunas, el incremento sostenido en la malaria podría llegar a ser incontrolable en poco tiempo”, anticipaba Martin Llewellyn, doctor y académico de la Universidad de Glasgow, en Inglaterra, que dirigió el estudio y anticipó el aumento a nivel regional de algunas enfermedades transmitidas por vectores -aquellas propagadas por insectos como mosquitos y garrapatas-.
Consultado por PERFIL, el infectólogo Roberto Debbag (MN: 60.253) confirmó que la situación económica de algunas naciones es uno de los principales factores del rebrote de enfermedades: “Una de las responsables de esto son las crisis sociales sanitarias que viven los países que no pueden implementar programas de vacunación ni adquirir vacunas. Las poblaciones están desprotegidas porque tienen baja cobertura, es el caso de Venezuela, Haití y Nicaragua en nuestro continente”. “Eso lo que produce es que el gran movimiento de desplazamiento población, por ejemplo el que hay en Latinoamérica, sea un factor acelerador del contagio”, precisó el infectólogo. Los movimientos migratorios hacen que la tasa de vacunación de los estados receptores disminuya. Además, esta población es susceptible de contraer la enfermedad por no estar vacunada.
ONU: "Los viajes y el movimiento de personas contribuyen a llevar el sarampión a otros países"
El sarampión resurgió en las Américas en 2017 luego de que la región fue declarada libre del virus en 2016. Debido a que el virus seguía circulando en otras regiones del mundo, el riesgo de importación y reintroducción era permanente. El brote en Venezuela está bajo control, dijo el pasado 30 de enero la Organización de Naciones Unidas (ONU). Desde que comenzó el brote en julio de 2017 hasta 2019, el país notificó 7.054 casos confirmados y 84 fallecimientos. En 2018, hubo 5779 casos confirmados y 75 muertes, mientras que en 2019 se reportaron 548 casos confirmados, 91% menos que el año anterior, y tres fallecimientos. Poco más del 62% de todos los casos fueron niños menores de 5 años.
“El resurgimiento del sarampión a nivel global desde 2018 ha provocado un incremento de importaciones de este virus en las Américas, lo cual pone en alto riesgo la sostenibilidad de la eliminación del sarampión a nivel regional y global”, dijo la ONU en su último informe sobre esta enfermedad. En 2018, la Organización Mundial de la Salud (OMS) 16.822 casos en América con 91 muertes, mientras que en 2019 el último dato indicaba 19.530 casos y 15 muertes. “Los viajes y el movimiento de personas han contribuido a llevar el sarampión a otros países, donde el virus infectó a personas susceptibles y comenzó a propagarse nuevamente”, afirmó la oagrnización. “Los casos notificados en otros seis países de la región tras el brote venezolano están asociados con ese brote”, afirmó la ONU.
DS