Néstor Speziale, el papá de Camila (21), la activista de Greenpeace detenida en Rusia, viajará hoy a la ciudad portuaria de Murmansk, donde espera poder ver a su hija, aunque todavía no le informaron si tendrán permiso para recibir visitas. “No tengo la seguridad de poder verla, pero mi idea es ir para que ella sepa que estamos ahí afuera y que no está sola en todo esto”, sostuvo ayer a PERFIL, cuando se cumplió un mes de la detención. En principio, estima que estará en Rusia unos diez días, aunque todo dependerá de si puede o no ver a su hija.
Camila es la mayor de sus seis hijos. El lunes, la Justicia rusa le negó la posibilidad de acceder a la libertad bajo fianza, al igual que a otros veinte activistas. Ese día, Camila usó la remera con las manos estampadas de toda su familia que le enviaron desde Buenos Aires.
La audiencia del marplatense Hernán Pérez Orsi (40) se suspendió el jueves pasado por problemas con el traductor, por lo que pasó para la semana que viene. Su mujer, Margarita Malig, está esperando la confirmación de que podrá visitarlo para viajar junto a su hija Julia, de un año.
Esta semana ninguno de los dos activistas pudo comunicarse con sus familiares, algo que esperaban pudiera darse al menos una vez por semana. Camila está en una celda individual, con calefacción y un televisor, donde deberá permanecer al menos hasta el 24 de noviembre, cuando culmine la investigación. Hernán, en tanto, comparte celda con un preso ruso. Ambos están en contacto con el cónsul argentino Jorge Zobenica.
Ayer, en el marco de una acción global para exigir la liberación de los treinta activistas, voluntarios de la ONG colgaron un cartel con la leyenda “Camila y Hernán presos por las petroleras” en una de las estaciones de servicio Shell de Capital Federal. Los argentinos fueron detenidos junto a otros 28 activistas acusados de piratería cuando intentaron trepar una plataforma petrolera de Gazprom –empresa estatal asociada con Shell–, que busca perforar el Artico