“Las consultas que empezamos a recibir en Instagram (@BromatologiaEnCasa) y luego en Twitter (@BromEnCasa) nos impulsaron a informar más y a repetir una y otra vez procedimientos para lavar frutas y verduras, cómo desinfectar superficies, alertar sobre plagas y enseñar a leer las etiquetas de los productos que consumimos a diario. Nos dimos cuenta de que hay más desinformación que información seria sobre el uso y manipulación de los alimentos, el contenido real de la comida que compramos en el súper, cómo mantener la casa limpia y hasta el punto de cocción de la hamburguesa”.
Quienes aseguran haberse tomado la bromatología como misión son dos expertas en alimentos –la técnica Mariana Al y la ingeniera Erica Pitaro Hoffman– y la ingeniera agrónoma Daniela Crimer, que ya eran un furor en redes sociales antes de la pandemia pero luego de 2020, mucho más. Tanto, que convirtieron esos consejos y recomendaciones diarias en un libro y buscan “llegar a las casas y a los colegios, para sembrar en ambos espacios los buenos hábitos de higiene. No se olvidan a futuro y son una gran forma de prevención de enfermedades”, cuentan a PERFIL.
“Durante la pandemia, todos tomamos más conciencia de la importancia del lavado de manos como medida básica para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades, y también sobre cómo el mantenimiento de la limpieza y desinfección del hogar nos permite vivir en un ambiente más seguro”, dicen. Y dan las claves que, una vez incorporadas, no deben abandonarse jamás: “El lavado de manos, la higiene frecuente del hogar, la sanitización de vegetales y la desinfección de envases con alcohol al 70% luego de la compra son prácticas que todos hemos adoptado y deberíamos mantener una vez finalizada la pandemia”.
Se renuevan Cortes y Precios Cuidados: ahora con frutas, verduras y comercios de proximidad
Si bien ahora se sabe que el covid no se transmite por superficies, la desinfección de los envases ayuda a disminuir la carga de microorganismos, explican las expertas. “No tenemos que olvidar que, durante la cadena de distribución, la mercadería pasa por depósitos, transportes, cámaras de frío y góndolas que pueden resultar espacios sucios. Luego de la compra, nosotros llegamos a casa y los guardamos en las alacenas o en la heladera, contaminando todo el ambiente que debería mantenerse constantemente limpio y seguro”.
Otro mito que no es tal es el de los alimentos vencidos: “Consumirlos no es una práctica segura. La fecha de vencimiento indica su validez sin pérdida de inocuidad, es decir que hasta esa fecha son seguros, pero una vez vencidos el elaborador no es responsable de su integridad y consumirlos puede ser riesgoso”, dicen en su libro.
Por ejemplo, es probable que la fecha de vencimiento de un alimento fresco esté determinada por la cantidad de microorganismos presentes de forma aceptable según la normativa. Pero la vida útil de un alimento no perecedero, como un paquete de galletitas, tiene otras reglas: la fecha estipula sus características de textura y sabor que se pueden alterar con el paso del tiempo.
Claves
¿Qué creen que es lo principal que la gente cree que sabe en materia de cuidados y efectivamente no sabe o hace mal?, quiso saber PERFIL. “Una de las prácticas en las que más errores comete la gente es en la limpieza. Muchas veces se cree que usar químicos de limpieza puros limpia mejor, cuando es todo lo contrario: los químicos requieren diluirse en agua para que los principios activos funcionen correctamente, por lo que utilizarlos puros solo hará que limpien mal y derrochen producto”, dicen.
También existe la costumbre de mezclar los químicos, como detergente con lavandina, esperando que hagan un mejor trabajo juntos, cuando por el contrario ambos se inactivan y producen vapores tóxicos, dañinos para la salud. “Nuevamente, es importante recordar que solo deben mezclarse con agua tal cual las indicaciones del fabricante, y siempre por separado”, agregan.
¿Y los zapatos? “Quitárselos antes de ingresar a casa es una medida efectiva para evitar contaminación en el interior del hogar, con posibles microorganismos que transportamos desde la calle, y ayuda a mantener los pisos limpios por más tiempo. Lo mismo sucede con la ropa, lo ideal es llegar a casa y cambiarnos por completo para estar en contacto con nuestros hijos, familiares mayores y antes de comenzar a cocinar”, aseguran Al, Crimer y Pitaro Hoffman.
Reglas de oro
- Lavado de manos con agua y jabón antes de manipular alimentos y luego de ir al baño, tocar la basura o utilizar el celular.
- Limpieza con agua, detergente, acción mecánica y enjuague; y luego, desinfección,
- Conservación de la cadena de frío, con atención en el rotulado de los alimentos.
- Correcta cocción de los alimentos por encima de 72° C . Evitar carnes, huevo y pescado crudo.
- No a la contaminación cruzada: separar en heladera y usar tablas distintas para cada cosa.
- Uso de agua potable para beber y cocinar. Ante la duda, hervirla.
- Compra de alimentos siempre en comercios habilitados.
- Usar paños diferentes para limpiar los distintos sectores de la casa. Es bueno separarlos por colores y no mezclarlos.