“Hay periodistas mercenarios que tergiversaron la realidad del accidente”, dijo esta semana la legisladora provincial Carolina Moisés, quien protagonizó un accidente que terminó en escándalo en su pueblo natal.
Moisés también fue diputada nacional por Jujuy y tuvo un fuerte protagonismo durante el debate de la Ley de Medios, además de ser una asidua invitada al ciclo 678.
Junto a su abogado, la legisladora adelantó que iniciará acciones legales a dos periodistas, uno de los cuales tituló así la noticia ocurrida una semana atrás: “Borracha, Carolina Moisés atropella a un motociclista, lo abandona, vomita, defeca, invoca fueros, y se da a la fuga”.
El hecho. En la madrugada del domingo pasado, la legisladora atropelló a un motociclista en San Pedro de Jujuy, donde es intendente su padre Julio Moisés. Tras el impacto, se acercaron varios vecinos del asentamiento Néstor Kirchner, ubicado a metros de la ruta. Los primeros periodistas que llegaron al lugar recogieron el testimonio de esos testigos quienes aseguraron que Carolina y su acompañante estaban arrastrando el cuerpo del accidentado al carril contrario al que venía, para modificicar la escena del accidente.
Los vecinos optaron por impedir que se moviera el Subaru azul, patente FAJ 111 y además comenzaron a enrostrarle a la legisladora la actitud de su padre, el intendente Moisés, quien había anunciado que desalojaría en los próximos días al asentamiento.
El sitio local Servi-Pren relató que cuando llegaron unos asistentes de la legisladora se produjo una escena escatológica: “Ante personal policial de la comisaría 35ª, los recién llegados invocaron el fuero parlamentario de la conductora, quien, para sorpresa de todos, y a la vista de todos, primero vomitó, y luego se despojó de su ropa interior, sentándose y haciendo sus necesidades fisiológicas. Finalmente la mujer fue introducida en otro vehículo por familiares y abogados, dándose a la fuga”.
Buena prensa. Los Moisés, padre e hija, comparten ahora la rara virtud de atacar al periodismo tras sus errores. El padre, que también tuvo su banca, se lo bautizó “el diputado torturador”: de pasado menemista, fue procesado por haber castigado con azotes a un sobrino y a uno de sus hijos, algo que admitió ante una cámara oculta que le hizo el programa Puntodoc. Pero en la político, es un ganador: la intendencia local la ganó en 1991, 1995, 2003 y 2011.
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