SOCIEDAD
ACUSADO POR ‘PROMOCION A LA CORRUPCION AGRAVADA’

Cartas secretas del Vaticano complican a un cura argentino

Por orden de Francisco, la Santa Sede envió la declaración que el presbítero Justo José Ilarraz realizó en el año 1997, y en la que le pidió perdón a la Iglesia.

imputado. Justo Ilarraz daba misa en la ciudad tucumana de Monteros cuando estalló el escándalo de los abusos.
| Cedoc Perfil

La desclasificación de los documentos secretos del Vaticano, en las investigaciones internas por sospechas de abusos de miembros de la Iglesia, puso contra las cuerdas a un presbítero argentino que está siendo investigado en el país por delitos sexuales ocurridos entre los años 1991 y 1993 en la provincia de Entre Ríos.

Por decisión del papa Francisco, la Santa Sede envió esta semana, vía Cancillería, dos sobres con la declaración que Justo José Ilarraz realizó el 18 de febrero de 1997 ante el Tribunal Eclesiástico. Casi veinte años pasaron para que se conociera el contenido de la versión que el religioso brindó en el Vaticano, y que obligó a las autoridades a separarlo de su cargo por un tiempo en aquellos años.

Los sobres fueron abiertos en el despacho de la jueza Susana Paola Firpo, quien está a cargo de la causa caratulada como “promoción a la corrupción agravada”. Según fuentes judiciales, la carta que revestía mayor interés estaba firmada por el presbítero y contenía detalles de su declaración.

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“Es un documento que estaba oculto y que fue firmado por Ilarraz en el año 1997. Estuvo 19 años oculto y por disposición del papa Francisco se ordenó abrir la documentación relacionada con casos de abusos”, explica a PERFIL Marcos Rodríguez Allende, abogado querellante. “Es una prueba fundamental”, asevera. En el escrito Ilarraz no sólo “pide perdón” sino que además muestra “arrepentimento por su conducta desviada de carácter sexual”.

No obstante, el letrado aclara que en ningún momento el presbítero reconoce los abusos y que “niega ser homosexual”. Sin embargo, asegura que en el escrito dice que se “siente sucio de espíritu”.

Por su parte, Jorge Muñoz, uno de los abogados de Ilarraz, manifesta a PERFIL que, “si bien en los documentos el sacerdote hace un reconomiento, lo hace bajo exclusiva presión, y enseguida dice que no es homosexual y que no tuvo un desorden de ese tipo”.

Juan Angel Fornerón, el otro defensor del presbítero imputado, no sólo entiende que se hizo una interpretación errónea del escrito, sino que además destaca que el documento no tendría validez legal.

“Es una copia simple, una fotocopia sin legalizar y sin ninguna rúbrica original en donde consta una nota de Ilarraz que aparenta estar suscripta por él y en la que pide perdón. No tiene encabezado y es una nota en la que hace una confesión a la Iglesia. Pide perdón por haber tenido conductas desordenadas, más bien en el campo disciplinario, según la interpretación que hacemos nosotros, pero niega haber tenido relaciones con seminaristas. Y niega, en forma categórica, masturbaciones y ser homosexual”, dice a este diario.

Para Fornerón, su cliente “habla de conductas desordenadas, de demostraciones de afecto, pero no dice relaciones sentimentales, relaciones amorosas ni sexuales. Lo que plantea es que esas conductas desordenadas, de alguna forma le fueron reprochadas por las autoridades. Reconoce haber tenido esas conductas y pide perdón, pero esto no tiene que ver con la situación de abuso”. Además, afirma que “el documento no modifica en absoluto la situación de Ilarraz porque toda esta prueba es extrajudicial”.

Imputado. Ilarraz enfrenta actualmente dos procesos: uno, que es el cuerpo principal, por los supuestos abusos contra seminaristas, en el que hay un auto de procesamiento firme y se está a la espera del requerimiento de la elevación a juicio por parte de la jueza de instrucción; el otro es por un incidente de excepción previa, que se está tramitando en la Corte por el pedido de prescripción de la acción, que actualmente tiene un dictamen que no es favorable al sacerdote.

¿Dónde está? Según allegados se encuentra recluido en la zona norte de San Miguel de Tucumán. Vive en la casa de la hermana y no posee ningún tipo de restricción judicial. Por eso, suele viajar a las ciudades de Monteros o Concepción, donde también tiene familiares. “No sale de la provincia, excepto que sea llamado por cuestiones procesales a Entre Ríos”, explica el abogado Jorge Muñoz, y enseguida aclara que sí existe “una medida cautelar de hace tres años que le impide salir del país”.