Desde la aparición de la pandemia de coronavirus, particularmente desde que se diagnosticaron los primeros casos en el país, vivimos el día a día en alerta a lo que sucede y con especial interés en lo que vendrá. Ansiedad, angustia, miedo, incertidumbre, y problemas para dormir son algunas de las manifestaciones que muchos, en tiempos de aislamiento social obligatorio, sienten a diario.
¿Cómo esas emociones nos afectan, qué significan y qué podemos esperar de los cambios que estamos viviendo? ¿Es posible proyectar un posible antes y un después de la pandemia de Covid-19? José Eduardo Abadi, médico psiquiatra, psicoanalista y escritor dialogó con PERFIL sobre estos temas.
“La pandemia aparece como algo inédito, como algo amenazante que compromete nuestra salud. Lo que dispara en todos es el asombro traumático, y una búsqueda de herramientas y de consejos para saber cómo poder defendernos de esta enfermedad ante la ansiedad y la incertidumbre que nos genera” explica Abadi en diálogo telefónico con este medio. Esto último sumado al miedo, sostiene, a veces nos impide aprovechar eficazmente la información que se nos puede dar para protegernos.
- ¿Cómo actuar ante la incertidumbre que nos genera la pandemia?
El psiquiatra alude a la idea de estimular el “miedo útil”. “El miedo útil es el criterio de realidad, mientras que el ‘pánico inútil’ es la fantasía apocalíptica del fin de mundo, que no sirve para nada y no termina de dimensionar adecuadamente a que nos enfrentamos”, expone el profesional. Esta idea de “aprovechar” el miedo, dice, “nos permite dimensionar aquello que enfrentamos con lucidez”, que nos protege de un pánico que nos bloquea y no nos deja tomar las herramientas eficaces.
“El miedo útil es saber que el miedo es un aliado, y no un enemigo. Está ligado a la valentía, a la lucidez. Nos permite objetivar claramente aquello a lo que nos enfrentamos, y por lo tanto nos permite decidir cómo nos enfrentamos a las cosas con una capacidad de razonar adecuadamente, sin quedar capturados en una emoción”, resume el docente.
Argentina: coronavirus, crisis y cambios
Todo el tiempo estamos rodeados de información. La televisión, la radio y los diarios y portales informan sobre el coronavirus, pero también las redes y las conversaciones con nuestros amigos y familiares suelen estar atravesadas por la pandemia. En ocasiones, incluso recibimos información que luego corroboramos que es falsa.
- ¿Cómo incide la en nosotros la sobreinformación sobre el coronavirus y cómo evitarla?
Abadi considera que las recomendaciones que nos dieron y las medidas que se impusieron "son todas útiles" y que "tener esa información nos ha dado varias conductas para preservar nuestra salud, y vale la pena que uno las recuerde".
Sin embargo, aclara que las repeticiones y opiniones en abundancia son perjudiciales. "Que la información se convierta en una abrumadora cantidad de repeticiones, de opiniones que no hacen a la esencia de la cosa, que hable todo el mundo de todo, me parece inadecuado. Creo que abruma, aplasta, angustia, y termina siendo perjudicial", dice.
En ese sentido, recurre a una frase para resumirlo: “Estemos en contra de la desnutrición, pero también en contra del empacho: las dos cosas hacen mal”, recomienda Abadi.
- ¿Qué pasa con la ansiedad y con quienes tienen problemas para dormir e insomnio?
“El nivel basal de la ansiedad naturalmente subió con esto. Hay un clima colectivo de ansiedad que es mayor al estar zambullidos en esta preocupación”, sostiene Abadi.
En las últimas semanas, además, fueron frecuentes en las redes sociales los comentarios de muchos sobre las dificultades para conciliar el sueño, o de poder dormir sin despertarse durante la noche. "La angustia es una carga que no terminamos de disipar antes de dormir. Uno normalmente disipa esa tensión que guarda en la vigilia, para poder conciliar el sueño. Cuando hay mucha angustia a veces no lo logramos, entonces aparece la dificultad para conciliar el sueño, o si se consigue inicialmente, puede despertarse en varias ocasiones durante la noche", manifiesta.
Esto, señala el psiquiatra, también tienen una interpretación psicoanalítica e inconsciente que nos excede: la fantasía de estar alerta y "no distraerse" ante el virus, "el enemigo”. “Si me duermo quedo expuesto, débil, de algún modo distraído frente a la potencial amenaza. Es inconsciente, no necesariamente responde a un pensamiento”, explica. La razón por la que no podemos dormir o nos despertamos repetidas veces, dice entonces, “es una idea de que hay que estar siempre de centinela para que el virus no me ataque”.
Encuesta: el estado de ánimo cayó un 40% desde el inicio del aislamiento obligatorio
Si bien no hay certezas sobre cuánto tiempo más tendremos que lidiar con esta situación de pandemia, prevalece la idea de que una vez que esto pase, habrá cambios estructurales a nivel social, sobre todo a nivel colectivo y en la convivencia con los otros.
- ¿Se puede pensar a futuro en un cambio trascendente?
Abadi apunta a que seguramente habrá cambios, pero que en gran medida estarán sujetos a cómo se decida trabajar sobre lo que nos pasa. “Siempre que ha habido heridas agudas quedan cicatrices, siempre algunos cambios hay. La magnitud de los cambios a nivel individual, grupal y colectivo dependen del trabajo que se haga: por generación espontánea o magia no pasan las cosas”, advierte.
“Si se trabaja podrían haber cambios en la convivencia, en la empatía por el otro, en el ejercicio de la compasión, en la capacidad de escuchar y aprender, que tendrán un lugar en el individuo y en lo colectivo”, opina el psiquiatra, aunque recalca: “Cuánto será depende de cómo se lo encare y se lo elabore. El antes y el después como una especie de iluminación divina, no. Es siempre ejercicio de nuestra dedicación”, cierra.
A.G./