SOCIEDAD
dia del ingeniero

Los cinco ingenieros más reconocidos y sus principales contribuciones al país

El 16 de junio de 1865 comenzó a dictarse la carrera en Argentina. Cinco años después, el primer graduado fue Luis Augusto Huergo.

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Luis Huergo y Elisa Beatriz Bachofen, primeros ingenieros en recibirse en el país. | Cedoc

Este año se cumplen 150 años de la graduación de los primeros ingenieros argentinos en la Universidad de Buenos Aires. En homenaje a Luis Augusto Huergo, primero en obtener su título, el 6 de junio se celebra el Día de la Ingeniería Argentina, y el 16 de junio se conmemora el Día del Ingeniero, ya que un día como hoy pero de 1865, se dio inicio en el país a la enseñanza de la Ingeniería.

El primer ingeniero argentino, Luis Huergo, se graduó el 6 de junio de 1870. Huergo realizó proyectos de ingeniería vinculados a la consolidación de la Argentina como nación, la canalización de los ríos Tercero, Cuarto y Quinto para aumentar el caudal del Salado, el ferrocarril Pacífico de Buenos Aires a Villa Mercedes (un tramo), y el puerto de San Fernando con un dique de carena que fue el primero construido en el país.

Fue ministro de Obras Públicas de la Provincia de Buenos Aires, profesor y decano, por tres períodos, de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires y cofundador y presidente de la Sociedad Científica Argentina. Fue, además, cofundador y presidente del Instituto Geográfico Argentino, del Centro Nacional de Ingenieros (hoy Centro Argentino de Ingenieros).

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Luis Huergo, el primer graduado en Ingeniería, en el año 1870.

Los ingenieros argentinos frente a las epidemias del siglo XIX

Elisa Beatriz Bachofen fue la primera mujer graduada en Ingeniería en Argentina y en toda América del Sur. Se recibió de ingeniera civil en 1917 en la Universidad de Buenos Aires y el tema de su tesis fue Instalación de una fábrica de hilados y tejidos utilizando algodón del Chaco.

Trabajó para la Dirección de Puentes y Caminos como proyectista de puentes, posteriormente en la Dirección Nacional de Vialidad en la organización del departamento y la dirección de obras viales.

Bachofen fue además militante feminista y pionera de la inserción de la mujer en el ámbito de la Ingeniería en el país. Fue una de las socias fundadoras de la Unión Feminista Nacional en 1918, presidenta de la Comisión Técnica del Círculo de Inventores, asesora de empresas y periodista. Además, brindó asesoría técnica a diversas industrias privadas del país, y se desempeñó también como presidenta de la Comisión Técnica del Círculo de Inventores,

 

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Elisa Beatriz Bachofen, la primera mujer graduada en el país y en América del Sur.

Guillermo Villanueva fue parte de la primera promoción de ingenieros graduados en el país, conocidos como los “doce apóstoles” , los primeros doce estudiantes de Ingeniería de la Argentina en obtener el título.

Sanjuanino recibido en 1870 en la Universidad de Buenos Aires, Villanueva presidió la Comisión de Obras de Salubridad entre 1892 y 1911. La Comisión fue una de las primeras empresas estatales que existieron, tras revocarse la concesión privada previa por el incumplimiento de obras después de la crisis de 1890.

Durante su gestión, se extendió el suministro de agua potable a toda la ciudad y se concluyeron las obras cloacales, se construyó el gran depósito de distribución de la avenida Córdoba, se trazaron cinco conductos pluviales y se estableció el sifón de la cloaca máxima bajo el Riachuelo. De este modo, se logró reducir la mortalidad general de la ciudad de 30 a 15 por mil y las epidemias desaparecieron casi por completo.

Villanueva fue también Ministro de Guerra y Marina durante la presidencia de José Evaristo Uriburu, y miembro de la Comisión Nacional Inspectora de Obras Públicas, Inspector General de Ferrocarriles, vicedirector del Departamento de Ingenieros Civiles de la Nación, entre otras funciones.

Argentina celebra el Día de la Ingeniería dando respuestas a la pandemia como hace 150 años

El ingeniero Francisco Lavalle, nacido en 1841, fue otro de los conocidos como “doce apóstoles”. Fue el primer presidente del Departamento de Ingenieros de la Provincia de Buenos Aires, entre el 19 de abril de 1875 hasta el 14 de diciembre de 1881.

En sociedad con el ingeniero Juan Medici, estuvo encargado de la totalidad de las obras de salubridad y aguas corrientes de La Plata, y fue director del Banco Provincia entre 1883 y 1884. En 1894, Lavalle obtuvo el contrato para las obras de clarificación de agua de la capital, y en 1897 dirigió la construcción de la cloaca máxima de Buenos Aires, proyecto complejo por los terrenos que debía atravesar el gran conducto.

En 1904, tuvo a su cargo las obras de saneamiento de la ciudad de Córdoba, que lograron reducir a un tercio la mortalidad general y a un 20% la mortalidad tifoidea.

Un dispositivo diseñado en el país permite que dos pacientes usen un mismo respirador de manera segura

Valentín Balbín, nació en 1851 en San Fernando. Balbín tenía solo 19 años cuando recibió su título de ingeniero referido a Aguas Corrientes de la Ciudad de Buenos Aires. Analizó el limitado alcance de las obras realizadas hasta ese momento y estudió los métodos más convenientes para la purificación de aguas del Río de la Plata.

Su tesis sobre las aguas corrientes obtuvo gran relevancia debido a que en 1870 se presentó el tercer brote de fiebre amarilla en Buenos Aires, por lo cual el gobierno lo convocó para participar del proyecto de construcción del puerto de la ciudad, una de las puertas de entrada del virus. Se incorporó en 1878 a la Comisión de Aguas Corrientes, en 1880 fue nombrado inspector general de Obras Hidráulicas, y publicó su trabajo “Sistema de medidas y pesas de la República Argentina”, que dio pie a la adopción del sistema métrico decimal como medida oficial.

"Es muy significativo cumplir 150 años de ese hito en este contexto, con ingenieros de todas las ramas dando respuestas frente a la pandemia, igual que como pasó en 1870 con los recién recibidos, que se pusieron a trabajar en los sistemas de aguas y cloacas y en infraestructura de la Ciudad que fueron clave para enfrentar las epidemias de cólera y fiebre amarilla", dijo Alejandro Martínez, decano de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires (FIUBA), en diálogo con Télam.

A.G.