La tendencia negativa parece inevitable: una encuesta nacional hecha por el Ministerio de Salud en 2013 concluyó que el 57,9% de la población argentina padecía sobrepeso u obesidad. Para 2019 se repitió esa misma investigación y la prevalencia de exceso de peso aumentó, llegando al 61,6% (36,3% sobrepeso y 25,3% obesidad). Además, comparando esa cifra con la del año 2005, la obesidad se incrementó nada menos que en un 73,3%. A grandes rasgos, hoy se calcula que, al menos seis de cada diez argentinos mayores de 18 años están excedido de peso y uno de cada cuatro es obeso. Todas cifras preocupantes que tomaron un nuevo resalte ayer, 4 de marzo, cuando se recordó –con preocupación– un nuevo Día Mundial de la Obesidad.
Esta situación es claramente global: datos recientes publicados desde la Organización Mundial de la Salud sugieren que el fenómeno de la obesidad en los últimos cincuenta años se ha triplicado. Y para 2016, unos 1.900 millones de adultos padecían sobrepeso. De estos, más de 650 millones eran directamente obesos.
¿Por qué este signo –en tiempos no tan lejanos asociado a la “buena salud”– es hoy un mal indicio? “Porque hoy sabemos que los kilos de más, la “acumulación excesiva de grasa corporal”, pueden acarrear otro tipo de enfermedades complejas como diabetes o hipertensión”, responde el médico Jorge Harraca, presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía de Obesidad (SACO). Y agregó: “Hoy consideramos que la obesidad es una enfermedad multifactorial, y los factores que la provocan son varios. Van desde el seguir dietas desequilibradas, a cierta predisposición genética, cambios hormonales y se suman diferentes problemas psicológicos”.
Además, el experto recordó que existen distintos niveles de esta problemática social llegando a la “obesidad mórbida”, en el punto más agudo del sobrepeso. Pero todos los excesos de kilos provocan, en mayor o menor medida, una pérdida de calidad de vida de las personas y también provoca una reducción de la expectativa de vida.
“Por otra parte”, advirtió este experto, “Argentina es uno de los países de mayor índice de obesidad entre su población de toda Latinoamérica”.
Consecuencias. ¿Cuáles son las consecuencias que acarrean los kilos de más, a lo largo de los años? Según un documento emitido por la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC), “la obesidad es un factor de riesgo independiente que acelera el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, tales como insuficiencia cardíaca y arritmias. Y Ezequiel Forte, director del Consejo de Cardiometabolismo de la SAC, detalló que “la obesidad es la responsable del desarrollo de gran parte de las denominadas “enfermedades no transmisibles”. En concreto, según Forte, el exceso de grasa corporal o su anormal distribución producen un estado inflamatorio y se asocian con distintas complicaciones metabólicas como diabetes tipo 2, hipertensión arterial, alteraciones endocrinológicas e inmunológicas, e –incluso– ciertos tipos de cáncer, hígado graso, dificultades para dormir, depresión e infertilidad, entre otras condiciones”.
Estas consecuencias en la salud no son las únicas. Desde el punto de vista de la economía, también tiene su costado. Un estudio publicado en 2018 dio cuenta de que, si se analizan los valores que afrontan los sistemas de salud, el sobrepeso ocasiona un aumento del 20% en los costos de atención sanitaria y, en caso de las personas obesas, este incremento sería del 50%. Este problema se agrava más si se suman a la ecuación los costos indirectos tales como un aumento en el ausentismo laboral y una disminución en la productividad.
Un punto importante en esta problemática es el que apunta Juliana Mociulsky, endocrinóloga y directora de Codyn (Consultorio de Obesidad, Diabetes y Nutrición). Se trata de cómo “ve” y considera la sociedad a las personas con sobrepeso u obesidad. “En estos temas suele prevalecer el prejuicio, equivocado, de que aquellos con kilos de más podrían controlar su cuadro si decidieran comer menos y hacer ejercicio físico. Se lo suele considerar como si fuera un simple problema de falta de voluntad. “Pero la realidad”, asegura esta experta, “es mucho más compleja: es una patología con un origen multicausal, por lo que solo puede ser abordada en forma integral y considerando las particularidades de cada caso en particular, ya que no afecta de la misma manera a todas las personas”.
En resumen, el sobrepeso es hoy la enfermedad crónica más prevalente y una en la que la sociedad, y también muchos médicos, siguen teniendo una percepción que la subestima. Sin embargo, enfrentar la obesidad en forma efectiva lograría reducir la mortalidad, mejorar la calidad vida y, en ese camino, reducir los gastos sanitarios.
Números
◆ Según la Organización Panamericana de la Salud (PAHO), en América la obesidad afecta a un 28% de la población adulta.
◆ La PAHO aprobó su plan para la prevención de la obesidad en la niñez y la adolescencia en 2014.
◆ En 2019 los problemas de salud relacionados con esta enfermedad representaron más de 5 millones de muertes a nivel mundial.
◆ El 98% de las personas que buscan una solución al problema recurriendo únicamente a una dieta fracasa.
El manifiesto de los pacientes
Para este Día de la Obesidad, una docena de asociaciones de pacientes presentaron su “Manifiesto”. Se trata de un documento que recibió el apoyo de grupos tales como la Federación Argentina de Diabetes, Fundación de la Hemofilia, Fundación Lupus Córdoba, Fundación Atención Comunitaria Integral al Paciente Oncológico, Esclerosis Múltiple Argentina, entre otros y que recuerda que “la obesidad es una pandemia que causa al menos 2,8 millones de muertes cada año”. Uno de sus voceros, Gabriel Lijteroff –director del Comité Científico de la Federación Argentina de Diabetes–, recordó que “la obesidad es una enfermedad multifactorial que se puede abordar y tratar para evitar las complicaciones que puede acarrear”. Y agregó que, entre las recomendaciones, propone la existencia de “programas de prevención de salud regulados por políticas públicas que promuevan hábitos de vida saludables; educación que facilite conductas saludables y abordar el origen multifactorial de la obesidad y disminuir el estigma social que conlleva”. Finalmente abogó por lanzar campañas de comunicación efectiva para concientizar sobre prevención.