Cuando todavía falta toda una jornada completa de la primera Expo Cannabis que se realiza en el país, ya se agotaron las entradas. Así lo cuentan los organizadores de la megamuestra organizada por la revista THC, que detallan que antes del comienzo ya se habían vendido más de 6 mil entradas anticipadas. “La compra de localidades en la puerta supera por seis a la adquisición previa”, dice Martín Armada, editor de la publicación. El público, estiman, superará las 35 mil personas. El viernes y ayer hubo talleres de cultivo, se enseñó cómo producir aceite medicinal y se asistió en consultorios especializados sobre las dudas terapéuticas y legales, y también se enseñará cómo tratar el tema con los chicos (ver aparte).
Además de la venta de productos y materiales para el cultivo, como luces, sustratos de tierra y fertilizantes, el cierre de la exposición estará apuntado a usos medicinales que no son tan conocidos. La primera novedad estará a cargo del veterinario Rolando Rey González, quien desde las 19 brindará un taller sobre aceite de cannabis para mascotas. “El sufrimiento de un perro o un gato es algo muy extremo de ver y tolerar, porque son parte de la familia. Nuestros pacientes tienen la capacidad cognitiva de un niño de dos años, por eso cuando sufren no comprenden lo que les pasa”, cuenta el docente de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad de Buenos Aires y que atiende en su propio consultorio de Belgrano.
Uso medicinal del cannabis: la experiencia canadiense
El médico dice que “el taller surge por el crecimiento de las consultas para utilizar aceite de cannabis en las mascotas”, que empezó a notar hace tres años. “El medicamento es igual que en los humanos, porque ambos sintetizan endocannabinoides. Pero para los animales no solo hay pocos estudios científicos, sino que la ley tampoco lo avala”, cuenta el especialista, que también trabaja en el Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria.
González le presentará al público casos de sus pacientes que mejoraron la salud por utilizar cannabis. “Le indico cuántas dosis debe consumir y sigo el tratamiento”, dice el veterinario que asesora a conseguir el medicamento y enseña a administrarlo con una jeringa sin aguja. “Siempre les digo que se inclinen por el autocultivo, porque es la mejor forma de saber cómo está compuesto el aceite”, cuenta González. El veterinario también tiene su propio cultivo con el que estudia qué genéticas son las indicadas para cada enfermedad de las mascotas. “En cualquier momento puede venir un allanamiento a mi casa. Vivo con miedo y la ilegalidad frena mi trabajo, pero lo hago igual porque el cannabis genera un compromiso muy grande. Ver el resultado positivo es espectacular”, asegura González.
En embarazadas. La otra sorpresa del mundo cannábico será el taller que dará la doctora Marisol Bocetti, desde las 13.30. Graduada de la Universidad Nacional de La Plata, es especialista en medicina familiar y asegura que “no está comprobado que el cannabis afecte la formación de un feto, aunque toda la comunidad científica invite a dejar el consumo durante el embarazo”. Incluso, Bocetti cuenta que tiene sus usos positivos, que hasta no hace tantas generaciones pasadas era común para las madres por parir.
Esperan 30 mil personas en la primera Expo Cannabis
“En los primeros meses de embarazo, fumar cannabis o consumir el aceite ayuda a reducir las náuseas y los vómitos; mientras que en el momento del parto disminuye el dolor”, explica Bocetti sobre una práctica que era recetada en los Estados Unidos hasta 1937, cuando se decretó la ilegalidad de la planta. “Hoy en día las mujeres lo usan en Canadá”, cuenta la médica, que también es autora y docente en la cátedra Introducción al Cannabis Medicinal de la carrera de Medicina en la Universidad Nacional del Sur.
Para Bocetti, “el taller sacará del closet el estigma de las embarazadas consumidoras de cannabis, porque si queremos que se legalice hay que tratar todos los temas de antemano”, dice sobre las regiones estadounidenses donde es legal, pero Servicios Sociales les quita los niños a las madres que utilizan marihuana. “En Argentina el consumo aumenta cada vez más, incluso entre las mujeres. Como médicos, hay que acompañar la reducción de riesgos y que las pacientes se animen a contarlo. Es tan grande el punitivismo que mujeres que la utilizaron durante el embarazo recién lo ‘confiesan’ muchos años después”, concluye.
Marihuana y chicos: de eso sí se habla
“Los adultos somos hijos de la prohibición de la marihuana, pero los chicos tienen otra cabeza. Indira (6) participó de tantos talleres que hasta podría dar una charla sobre el cannabis”, dice Martín Palacios (40) sobre su hija, quien fue a la Expo Cannabis también junto a otro hijo bebé y su esposa Victoria Ruiz (39). Al igual que ellos, cientos de familias fueron los principales asistentes a la expo.
Otro caso es el de Marilú Manrique (65), Rodrigo Rueda (43) y Ramiro (11). Ellos son abuela, hijo y nieto. “Vinimos a aprender a cultivar para generar nuestro propio aceite, porque hace un año que lo consumo después que me detectaron cáncer”, cuenta Rueda. Desde ese momento, su madre también consume la medicina. “Antes pensaba que era la marihuana era mala, una droga; como cualquiera de mi generación. Pero después de ver lo bien que le hizo a mi hijo entiendo lo equivocada que estaba”, dice Manrique.
Mientras que había una gran cantidad de adultos mayores que fueron a la expo para comprar aceite medicinal, algo que no estaba permitido, otros se fueron a interiorizar sobre la legalidad. “Produzco aceite de cannabis y vinimos a informarnos sobre la legalización”, dice Luna Flores (23), que fue con su hija Coral (1) y su prima Brisa (13). “Para la familia es supernormal la marihuana, porque mis padres siempre consumieron. Yo no fumo ni tomo aceite. Está muy bueno que vengan los niños y se interioricen más, porque la planta es algo bueno que sale a la luz”, asegura Flores.
Los organizadores ya esperaban que hubiera una gran convocatoria de público familiar. Por eso, hoy también se dará un taller sobre cómo hablar del cannabis con los hijos, a cargo del psiquiatra Jorge Garramuño. “Los adultos suelen tener el prejuicio de que el cannabis es una droga mala. Pero actúan así por miedo a lo que desconocen y por la información falsa que circuló durante mucho tiempo”, dice Garramuño. Además, el especialista dice que “el tema se suele ocultar”. “Cuando un adulto toma vino todas las noches, no existe la misma dificultad para visibilizarlo como con el cannabis. De eso vamos a hablar en el taller”, dice.