En la semana que hoy culmina rebotaron en muchos medios, globales y locales, dos conceptos médicos relacionados con la pandemia de coronavirus que llegaron a titulares preocupantes: la llegada de la “flurona” y la aparición de una variante deltacron. Ambas agravaron la preocupacióngeneral por los “nuevos” riesgos. A tal punto se extendió la noticia, que desde los máximos expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) hasta las autoridades del Ministerio de Salud de Nación intervinieron con sendas publicaciones en redes sociales para minimizar la gravedad de esas informaciones erradas y negando, además, que fueran “nuevas”.
El término “flurona” apareció mencionado en un diario de Israel a principios de enero, cuando originalmente en dicho país –y luego también en EE.UU. y Brasil– se documentaron casos recientes de personas infectadas en simultáneo con el virus de la gripe (“flu” en inglés) y el SARS-Cov-2 (coronavirus). En consonancia, a principio de esta semana, las autoridades de salud de la provincia de Santa Fe identificaron un caso similar en el Hospital de Niños Dr. Orlando Alassia de esa ciudad.
La síntesis del nombre resulta atrapante, pero no es novedosa ni –por ahora– grave. Así y todo, el crecimiento de esta desinformación llevó a que la doctora Maria Van Kerkhove, epidemióloga e integrante del staff del Programa de Emergencias Sanitarias de la OMS, publicara una desmentida en su cuenta oficial en Twitter: “Por favor, no usemos palabras como ‘flurona’ o ‘deltacron’. Implican la combinación de dos virus y variantes que no estamos viendo”, escribió. Y agregó: “Ya hemos registrado coinfecciones de covid-19 e influenza a lo largo de los últimos dos años”. De hecho, en el propio diario PERFIL se publicaron notas al respecto ya en mayo de 2020.
También las autoridades provinciales bajaron expectativas: Rodrigo Mediavilla, funcionario del Ministerio de Salud santafesino, sostuvo que “no es una nueva variante sino una coinfección. Los síntomas son los mismos de una gripe. Queremos llevar tranquilidad a la población; el paciente está estable”, explicó. Y desde la cartera de Salud de Nación, confirmaron que, “ante la reciente difusión de un caso de coinfección de estos dos virus, se informa que no representa una situación extraordinaria en el marco de la pandemia ya que es común hacer codetecciones de virus respiratorios. Esto no representa la aparición de una nueva variante o cepa que cause covid-19”.
Durante 2021, la prevalencia de coinfección por influenza entre pacientes con covid fue estimada en un 0,8%
Según los expertos de Nación, “la cocirculación de covid-19 e influenza puede ocurrir particularmente en los meses de otoño e invierno y ante la dinámica actual epidemiológica es probable detectar estas coinfecciones virales”. Y sumó un dato estadístico: durante 2021, la prevalencia de coinfección por influenza entre pacientes con covid fue estimada en un 0,8%”.
Parecidas
“Ambas patologías muestran similitudes y diferencias”, le dijo a PERFIL la pediatra Raquel Piazza. Y agregó: “Los síntomas, por ejemplo, son muy parecidos: fiebre, dolor de cabeza y garganta, mialgias, malestar y decaimiento. En el covid-19 se agrega, a veces, la perdida del gusto y el olfato. Pero los períodos de incubación y contagio de ambas patologías son diferentes. En el covid, la incubación es variable y va de 2 a 14 días. En cambio, la gripe presenta un período de incubación de 1 a 4 días. La posibilidad de contagiar covid-19 a otras personas se la fija desde dos días antes de la aparición de los síntomas y se la extiende hasta ocho días después. Aunque en el CDC de USA aclaran que esta información incluye a todas las variantes excepto ómicron, dado que aún faltan algunos datos. En cambio, la infección por influenza puede darse desde un día antes de las manifestaciones clínicas y hasta 4 o 5 días después”. Y la experta finalizó: el mensaje común para disminuir la posibilidad de enfermar y morir por cualquiera de estas dos virosis, ya sea por separado o como coinfección, es la importancia de reforzar el sistema inmunológico. Y para eso la mejor herramienta que tenemos es la vacunación”.
Una cepa que no existe
A principios de este mes, llegó desde la isla de Chipre una versión periodística de que sus científicos habrían identificado una nueva cepa viral que parecía surgir de la combinación del genoma de la variante delta con la ómicron. Pero en pocos días la preocupación por esta nueva “super-variante”, que sería muy contagiosa y más letal, cedió. Según la doctora Van Kerkhove, de la OMS, “lo más probable es que se haya tratado de una contaminación ocurrida en el laboratorio tras algún paso erróneo ocurrido durante el procedimiento de secuenciación”. Y algo similar aportó un destacado científico inglés: “El tipo de combinación genética visto en la deltracron sugiere fuertemente que se debe a una coinfección del paciente o a una contaminación de las muestras en el momento del análisis genético”, sugirió el profesor Ewan Birney, director general adjunto del Laboratorio Europeo de Biología.