SOCIEDAD
Aniversario de su fallecimiento

Tato Bores, el mejor cronista de la realidad argentina

Hoy 11 de enero se cumplen 26 años del fallecimiento del autodenominado "actor cómico de la nación".

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Tato Bores. | CEDOC PERFIL

El 11 de enero de 1996 falleció Tato Boresvíctima de la enfermedad que no se quiere nombrar y que atacó su sistema óseo. A pesar de que se vuelve a escribir primero como noticia y luego como aniversario, esa muerte no se la cree nadie. Ninguna evidencia pudo matar a Tato Bores; quizás haya muerto Mauricio Borensztein aquel 11 de enero del ’96, en su casa del barrio de Palermo y rodeado de su familia: su esposa Berta Szpindler y sus hijos Alejandro, Sebastián y Marina.

Mauricio Borensztein había nacido un 27 de Abril del 1925. Pero Tato Bores, el mayor cronista político de la Argentina, el que utilizando la herramienta de lo cómico recorría de cabo a rabo la historia de este país y contaba las más crudas realidades de la actualidad de su tiempo con un humor crítico e inteligente.

El mayor cronista político de la Argentina

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Y hay muchas razones para que esto suceda pero solamente se puede intentar enumerar algunas. Puede que porque los artistas nunca mueren o, mejor pensado quizás porque Tato Bores paralizó durante años, frente a la pantalla del televisor a los argentinos los domingos por la noche desde su debut en 1960 y por más de tres décadas.

Su talentoso show solamente fue interrumpido por conductas autoritarias de gobiernos de turno que tienen la mala costumbre de prohibir y hasta proscribir artistas que se deben a sus públicos y no a ellos. La diferencia es que la gente recuerda a sus artistas y a veces, los inconvenientes con gobiernos y con jueces pueden ser considerados hasta un honor. No todo el mundo sabe captar el humor, es un talento.

“Pasan veranos, pasan inviernos. Quedan los artistas”

Hubo una temporada de Good Show que Tato no pudo terminar. Aquel show, en la pantalla de Telefe, había optado en su iconografía por la misma del disco La Banda de los corazones solitarios del sargento Pepper que los Beatles habían estrenado en 1967. Tato cerraba el programa dirigiéndose a sus “queridos cichipíos” y aconsejando  vestido con su frac típico: “Atentas las neuronas, a seguir laburando. Vermut con papas fritas y good show”.

Los restos de Mauricio Borensztein descansan en el apacible cementerio privado Jardín de Paz de la ciudad de Pilar pero Tato sigue en la imagen y el sonido de las 19 películas en las que participó y en las tantísimas obras de teatro. Su recuerdo está inalterable y vigente hasta el día de la fecha en  sus monólogos,  porque  como el mismo se auto-nombraba, fue el “Actor cómico de la Nación”.

Eximios libretistas como Landrú, Adolfo Castelo, Juan Carlos Mesa, Jorge Guinsburg, Pedro Saborido, Carlos Abrevaya y sus propios hijos Alejandro y Sebastián se encargaron de escribir sus monólogos con la sutileza necesaria y la ironía mordaz que lo acompañó por todos los canales: el canal 7, el canal 9, el canal 11 (que después se llamó Telefe), Teledos y el canal 13.

Escapando como podía a la mirada estrecha de la censura, Tato continúa en la retina de los argentinos y cualquier guiño de su parte los hace reír hasta la fecha.