SOCIEDAD
conectar con la naturaleza

Hacen tours que usan la energía del bosque como terapia antiestrés

En Villa La Angostura, se dan ‘baños’ con una técnica milenaria japonesa. Y en Miramar, organizan salidas de trekking en una gran reserva natural.

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En grupo. La recorrida por los bosques en Villa La Angostura incluye momentos de reflexión colectiva. Van guiados por Juan Aubert. Las técnicas incluyen conectarse con los árboles. | gza. aubert

Conectar con la naturaleza y olvidarse del estrés. Algo que quienes viven en ritmos frenéticos durante el año en las grandes ciudades ansían cuando piensan en las vacaciones se convierte, como una alternativa de veraneo, en una realidad posible. En la Patagonia y la costa atlántica, hay circuitos que permiten, justamente, esa conexión a través de –aseguran– “poderes energéticos” de los bosques. En el mundo, la práctica viene de Japón y se extiende a Europa, de la mano de expertos y manuales para llevarlo adelante (ver aparte).

Coby Broxs es la directora de la Biblioteca Popular 9 de Julio de San Martìn de Los Andes, tiene 67 años “cronológicos” y llegó a Villa La Angostura, donde se hacen “baños de bosque” guiados, a través de un amigo. “Después de la vivencia, la naturaleza y precisamente los bosques que nos rodean en la región fueron en mí una magia sanadora”, contó tras participar de una excursión que puso en juego todos los sentidos de su cuerpo.

La experiencia, que se realiza de forma exclusiva en Villa La Angostura, es parte de la terapia Baños de Bosque, una práctica milenaria que tiene su origen en Japón y desde la década de los 80, se lleva adelante en distintas regiones de Europa, Asia y América del Norte. En noviembre de 2019 se instaló en la provincia de Neuquén, bajo el mando de Juan Aubert y el aval del Instituto Europeo de Baños de Bosque. Según detalló el instructor, durante el paseo se realizan actividades individuales y grupales con el objetivo de “conectarse con el ambiente en forma directa, utilizando todos los sentidos, tocando, oliendo y degustando una infusión propia de la región con el objetivo de mejorar la calidad de vida”. Durante el verano, los paseos se realizan todas las semanas en Villa La Angostura, y la técnica se realizará por distintos puntos del país a partir del mes de febrero a cargo del guía certificado.

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“En un recorrido que dura dos horas, los turistas pueden liberar el cansancio mental por medio de la naturaleza. Al caminar descalzos sobre el pasto, tocar un árbol o saborear un rico té de hierbas obtendrán la ‘medicina del bosque’. El objetivo es controlar el estrés laboral, reducir la ansiedad, mejorar los índices cardiovasculares y optimizar el estado de ánimo”, aseguró el guía, que es además el primer argentino en implementar la técnica Shinrin-yoku en el país. Del mismo modo, las participantes comentaron que en el paseo, que cuesta 25 dólares, “construyeron su propio hábitat, escucharon la música de las hojas crujiendo y compartieron un brindis de té con las mismas hojas que el bosque brinda, en agradecimiento a la madre tierra”.

Ana Casale es oriunda de Bariloche y también hizo la salida. “Muchas veces no les damos importancia a las sensaciones, solo nos importa lo visual. Es por eso que durante la caminata pude descubrirme a mí misma ya que me conecté con la naturaleza y pude descubrir de manera plena el gusto, el olfato, el tacto y la audición”, contó.  En ese sentido, María Laura Suárez, del barrio porteño de Palermo, aseveró que “la experiencia es un poco loca, diferente, pero la ayudó para complementar su viaje espiritual y la meditación que practica a diario para calmar su mente”.

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Por su parte, Alex Gesse, guía certificado de Forest Therapy, formador de guías y fundador del establecimiento internacional, explicó que someterse a la desconexión total de los aparatos tecnológicos y “entregarse a la naturaleza” para relajar el cerebro permite múltiples beneficios. En ese sentido, resaltó: “Los estudios médicos realizados después de llevar adelante un paseo demuestran que mejora el equilibrio de la tensión arterial, hay una mejoría del sueño, se siente más energía, la gente encuentra una mayor creatividad en la resolución de problemas y se impulsa el sistema inmunológico”. Del mismo modo, destacó que invita a todos aquellos que quieran probar la terapia a consultar después a su doctor para comprobar al progreso.  

En Miramar, el bosque energético es una de las principales atracciones de la ciudad costera, está ubicado en el tramo final de la ruta 11, que culmina en Mar del Sur y que convoca a miles de turistas cada verano. Tal como indican los habitantes del lugar, allí “se respira una energía muy particular, ya que tiene características que llaman a la reflexión y provocan calma y serenidad”. Es habitual que en el lugar haya visitantes meditando o abrazándose a los árboles, con el fin de liberar el estrés mental y corporal.

Muchas son las leyendas que resuenan en el Bosque del Vivero Florentino Ameghino; una de ellas afirma que un meteorito cayó sobre la superficie y provocó que el suelo se cubra de energía positiva. La teoría incitó a la investigación de psiquiatras, científicos de distintos rubros y de la NASA.

Las visitas guiadas se realizan todos los días de 9 a 19 y tienen un costo de 150 pesos para mayores de 18 años y 75 para niños mayores de 6 años. Del mismo modo, se puede ingresar al lugar con mascotas.

Consecuencias. “Los efectos positivos de estar en contacto con la naturaleza están relacionados con la producción de endorfinas, el placer y el bienestar. El contacto físico, como abrazar árboles, caminar descalzos nos permite recuperar la relación con el hábitat natural, tan alienado por la vida de la ciudad”, resaltó el doctor Fernando Daniel Lutz, médico cirujano y psicoterapeuta cognitivo conductual, y añadió que “puede relacionarse con experiencias cumbre –momentos de felicidad que se dan a partir de sensaciones y percepciones profundas– en las que se produce una conexión con el entorno cercano y una desconexión con lo demás”.

Si bien la actividad se realiza por lo general de forma individual para conectarse con uno mismo y la naturaleza, Aubert resaltó que la terapia no solo ayuda al desarrollo personal, sino que también brinda herramientas para “sobrevivir” en el mundo laboral. En ese sentido, el guía de turismo resaltó que “la terapia Shinrin yoku se recomienda para grupos corporativos con el fin de mejorar el clima entre compañeros”, agregó el guía.

Los efectos sobre la salud

P.P.

“Vivimos abstraídos en ciudades, escenarios urbanos y paisajes grises. Con el paso del tiempo, hemos olvidado el impacto que nos puede causar la ausencia de naturaleza”, escribió Alex Gesse en su libro Sentir el bosque, donde invita a probar los baños de bosque. En este escrito, el fundador del Instituto Internacional Baños de Bosque, que está ubicado en España, ahonda en la técnica y comparte una serie de ejercicios para realizar en la naturaleza. Además, reúne una veintena de experiencias reales de Shinrin-yoku para inspirar a otros a encontrar la armonía y hallar el equilibrio.

Por su parte, el inmunólogo japonés Qing Li publicó en abril pasado El poder del bosque, una investigación con fines científicos donde explica las reacciones positivas que tiene sumergirse en el paseo y demuestra cómo a personas que participaron de la experiencia en Japón se les redujo la tensión arterial y el estrés, y mejoró su salud cardiovascular y metabólica.