Esta semana, el operativo de seguridad en La Salada que culminó con el secuestro de millones de pesos y la detención de su administrador, Jorge Castillo, volvió a poner el foco en cómo opera el comercio informal en el país. Actividad que, según recoge un informe realizado por CAME, sólo en el mes de mayo facturó casi $ 6 mil millones, que proyectados anualmente superan los $ 70 mil millones; por encima de la facturación de los shoppings, y que le cuestan al Estado más de $ 15 mil millones en evasión de impuestos.
Ropa, calzado, películas, productos de electrónica, comida, cigarrillos y hasta medicamentos “truchos”, son algunos de los productos que se comercializan por el mercado ilegal, en ferias llamadas “saladitas”, que en los últimos años se fueron extendiendo por todo el territorio, hasta en puestos o mantas ubicadas en la vía pública.
La Ciudad y la provincia de Buenos Aires son los puntos donde más se concentra este tipo de ferias –sobre todo en Liniers, San Telmo; Lomas de Zamora, La Matanza y La Plata–; sumados a San Salvador de Jujuy, Córdoba y San Miguel de Tucumán. Allí se concentra, según el “mapa de la ilegalidad” de CAME, más de la mitad del comercio de tipo informal que alcanza en total a más de 80 mil vendedores trabajando en las más de 600 “saladitas” en más de 400 ciudades relevadas.
“Lomas de Zamora es el segundo aglomerado urbano con mayor cantidad de vendedores ilegales. La Salada en mayo pasado reunió unos 7 mil puestos entre los fijos y los que se juntan en la feria ubicada a la vera del Riachuelo. A ellos hay que adicionarle que casi todos llegan a rotar hasta tres veces al día, estimándose que habría unos 21 mil comerciantes informales trabajando en ese espacio”, aporta el informe.
En Jujuy, en tanto, la Unión de Empresarios de esa provincia señaló a la agencia Télam que sólo en la Capital –considerada la tercera ciudad del país con más puestos ilegales– se contabilizan unas 18 “saladitas”, con más de 6 mil tiendas con mercadería de todo tipo a las que asiste más del 70% de la población.
“Hay localidades del país donde la venta irregular es tan invasiva que se verifica un mantero cada 23 habitantes. Se trata especialmente de los centros con perfil más turístico o fronterizo a países de alto contrabando”, advierte en otra parte el informe.
Y tal como sucedió en CABA, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, aseguró que la intención no es cerrar el predio La Salada –donde se contabilizan más de 7 mil puestos sumados a los que se ubican al costado del Riachuelo–, sino que el objetivo último sería alcanzar el paso a la “formalidad” de los feriantes. Y no descartó que parte de los puesteros sea reubicada en el Mercado Central, en Tapiales.
En el mundo. ¿De dónde vienen las falsificaciones? Un reciente estudio de la OCDE y la Unión Europea da cuenta de cómo opera a nivel mundial el comercio ilegal –que en 2013 ya representaba el 2,5% del comercio global-, determinando de qué países provienen los productos que se comercializan y hacia dónde van.
El estudio, que fue publicado por El País de España, especifica que “China es el principal país productor de productos falsificados y pirateados, que se venden en todo el mundo, mientras que Hong Kong, Emiratos Arabes Unidos y Singapur se destacan como los países donde estos productos hacen escala antes de llegar al consumidor”.