SOCIEDAD
Debate

"La cuestión de género es importante", dicen las masonas argentinas

La Gran Logia Femenina Argentina cumple 16 años, y esta semana harán actividades abiertas al público. Participaron agrupadas de la marcha del #8M y organizan charlas sobre aborto y violencia de género.

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Reunidas. Mariela Rodríguez Ruiz, la gran maestra, junto a las hermanas en la sede de su logia en Recoleta, con sus mandiles característicos. | Piemonte

“La cuestión de género es importante para nosotras, y cada vez más”, dice Mariela Rodríguez Ruiz, gran maestra de la Gran Logia Femenina de Argentina, la parte femenina de la masonería, que esta semana celebra 16 años. Por eso, durante toda la semana que viene habrá actividades abiertas al público para quienes quieran conocer más acerca de esta organización, que tiene más de 300 años, y si bien siempre estuvo ligada a lo masculino, también tiene una incipiente rama femenina que busca crecer y sacarle el velo de secretismo que en muchos casos terminó tiñéndolo de una mala imagen.

“Es difícil, y querríamos ser muchas más de las que somos. Por eso nos abrimos para que nos conozcan, para sumar brazos”, asegura Rodríguez Ruiz, que en su vida profana, como le llaman, es médica y trabaja en un hospital público. En esa línea, este año decidieron participar de la marcha del 8 de marzo como mujeres masonas. “¿Cómo no íbamos a apoyar los ideales de Ni Una Menos, si nos queremos siendo más? No podíamos estar afuera y decidimos visibilizarnos, porque nunca lo habíamos hecho, y nos pareció el momento ideal: una marcha y una congregación de personas transversal; había partidos políticos, demostraciones religiosas, y nosotros atravesamos todo”, agrega.

El requisito para ser masona es tener más de 18 años y poder pagar una cuota mensual para sostener los talleres y actividades que realizan. Se puede acercar cualquiera, incluso invitan a hacerlo desde su página web o sus redes sociales. Actualmente la integrante más joven de la logia tiene 18 años, y la mayor 80. Hay mujeres profesionales, empleadas, amas de casa. Esa diversidad, dice la gran maestra, es su máxima riqueza, ya que les permite tocar todos los temas que atraviesan a las mujeres: desde el acceso a la educación laica y a la salud pública, de calidad y gratuita, hasta el bullying, la violencia, la discriminación hacia la mujer y el aborto. “Así generamos cultura de lo femenino, del lugar que tenemos que darnos, de valorizarnos y mostrarnos con nuestras capacidades. Nos ocupan todos los temas que ocupan a las mujeres”, agrega.

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La relación con las logias masculinas, que en el país tienen más de cien años e incluyen a casi todos los próceres nacionales (ver aparte), son cordiales, y comparten los mismos ideales, pero así y todo trabajan por separado. En otros países, como Francia, existen logias mixtas, pero en el país casi no hay.

Y si bien como organización no hay una postura respecto del aborto –entre las hermanas hay quienes están a favor y en contra de la legalización–, no son ajenas al tema y darán una charla abierta la semana que viene. “La idea es que todas las que quieran participar estén en conocimiento de qué se trata la ley, cómo se confeccionó, cuáles son las estadísticas. Como institución estamos a favor de la libertad de conciencia y de pensamiento, y de la accesibilidad de la salud pública”, dice la gran maestra.

Encuentros. Hay tres grados entre las masonas: aprendiz, compañera y maestra. La gran maestra se vota cada tres años. Rodríguez Ruiz es la sexta. Sus encuentros son semanales. En las “tenidas”, como se llaman las reuniones que realizan, estudian y debaten sobre temas que les interesan. En la tenida blanca utilizan los mandiles y collarines característicos de la masonería. Si bien esas reuniones son solo para las hermanas, también salen a la calle, no siempre como mujeres masonas, para dar charlas o talleres en escuelas y comedores, por ejemplo.

Y organizan encuentros anuales con las otras logias del país (hay femeninas en Mar del Plata, Azul, Tandil, Córdoba, Rosario, Mendoza, Posadas, Tucumán). El año que viene habrá un encuentro en México de todas las masonas de América.

La masonería es una escuela de vida que sirve para el crecimiento espiritual e intelectual. Y lo que hacemos con estos espacios es justamente invitar a pensar, para crecer en la vida individual y en consecuencia, como sociedad”, asegura Rodríguez Ruiz. Sus principios básicos son los de la Revolución Francesa: libertad, igualdad y fraternidad. No tienen relación con la política, más allá de que siempre se asocie la masonería con una influencia política, económica o social del país.

En Argentina fueron seis las mujeres que iniciaron la logia femenina en 2002, tras viajar a Chile, donde está la segunda logia de mujeres de América que se fundó, después de la de México (ver aparte). Julieta Lanteri, Cecilia Grierson y Alicia Moreau de Justo son algunas mujeres argentinas que sin ser masonas –en su época no existía la rama femenina– representan sus ideales.

Las francesas, pioneras en el mundo

Francia fue el primer país donde las mujeres se organizaron y conformaron su propia logia, y en la actualidad es la más grande del mundo: reúne a 14 mil mujeres y su influencia es tan grande que la gran maestra es fuente de consulta del presidente Emmanuel Macron. En España también son muchas.

En Argentina, las primeras mujeres que se interesaron por la masonería viajaban a Chile, el segundo país americano donde se organizaron (el primero fue México); y empezaron a delinear lo que sería la fundación de la Gran Logia Femenina, fundada en 2002. Fueron seis mujeres, y casi todas tenían alguna relación con hombres masones, en su vida profesional o familias. El próximo domingo habrá un homenaje a dos de esas seis mujeres.

El año que viene se celebrará un encuentro en México entre todas las masonas de América.

Próceres y gobernantes, en las logias masculinas

El templo masónico más antiguo del país está ubicado en San Nicolás, y data de 1858. En la Argentina, los masones tienen más de 160 años de historia, y entre sus representantes hay grandes próceres y políticos: San Martín, Belgrano y Sarmiento son nombres que se vinculan a los masones. Sarmiento, incluso, llegó al grado 33 –el máximo galardón que puede tener un masón– para ser presidente.

La primera logia oficial que se creó en lo que era el Virreinato del Río de la Plata fue la Logia Independencia. Su maestro fue el jurista Julián Alvarez, que más tarde fundaría la Logia Lautaro de Buenos Aires, de la que fue miembro José de San Martín.

En la actualidad, la Gran Logia Argentina de Libres y Aceptados Masones cuenta con miles de miembros, según han contado sus referentes. Su gran maestro es Angel Jorge Clavero, un despachante de aduana. En casi todos los gobiernos nacionales hubo masones, pero una regla de la masonería es que nadie puede revelar si otra persona forma parte o no de una logia, solo esa persona.