SOCIEDAD
Tras el caso de Silvina Luna

Los cuidados que recomiendan expertos en cirugía estética

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Parte médico. La ex Gran Hermano presenta un cuadro de “encefalopatía” y ya respira por “sus propios medios”. | Télam

El acceso a la cirugía estética es un fenómeno social que se populariza y crece en todo el mundo. Pese a que de vez en cuando aparezcan personas que han quedado con secuelas graves tras una intervención, un estudio de la consultora Statista sostiene que es un mercado que, globalmente, ronda los US$ 83 mil millones. Y que en un lustro llegará a los US$ 130 mil millones. Ante este aumento de la demanda, también crece la oferta de profesionales que quizá, no están capacitados para hacer este tipo de operaciones.

“Una persona que quiera hacerse una cirugía estética debería hablar mucho con el cirujano para despejar su dudas”, explicó a PERFIL Juan Manuel di Diego, cirujano plástico y director médico de CRENYF. Y detalló: “El paciente debería interrogarlo sobre su nivel y lugar de formación médica y especializada, tanto de grado como de posgrado y cursos que realizó. No basta con haberse recibido y ni siquiera con tener la especialidad. Es importante saber si asiste a congresos especializados, si hace cursos o si se mantiene actualizado con las novedades de la profesión”.

Por otra parte, también es clave saber si el profesional está avalado por su pertenencia a alguna sociedad científica, si es miembro pleno de esta y si está certificado o recertificado por estas asociaciones de pares.

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Otro punto que se recomienda es que la operación en cuestión, aunque sea menor, se concrete en las instalaciones de una institución mayor. “Lo ideal es hacerlo en una clínica que cuente con el quirófano adecuado, con la aparatología necesaria y con especialistas disponibles para sumarse si apareciera alguna complicación. Las cirugías plásticas, por más chicas que sean, no deben ser banalizadas”.

Los cirujanos deben aclarar al paciente qué tipo de productos van a utilizar, que deben estar aprobados por la Anmat. Además, esto también deben estar respaldados por estudios clínicos publicados, que muestren su uso y seguridad, su inocuidad y hasta sus eventuales problemas.

Obviamente, los médicos no deben aceptar cualquier requerimiento del paciente. "Si detectamos ciertos rasgos de pacientes que nunca están conformes con las cirugías o con su imagen, son menores de edad y piden implantes y otros casos de ese estilo, yo creo que es mejor no encarar la intervención y sugerirle que consulte a algún colega del mundo de la psiquiatría o la psicología", sugiere di Diego. Y concluye: "el buen cirujano es el que también sabe cuando no operar".

La Sociedad Argentina de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora (SACPER) desde su página web explica:  “Quien requiera una cirugía cosmética o reparadora necesita un cirujano que tenga la capacidad y el entrenamiento necesario”. Y detalla que los socios empadronados “son especialistas que han recibido un entrenamiento riguroso, extenso y constan de antecedentes éticos para efectuar estas intervenciones”.

El sitio aclara que "aunque no es imprescindible ser integrante de SACPER para hacer cirugías el pertenecer acredita una sólida formación y la garantía de tener la certificación y recertificación actualizada".

Para facilitar el acceso a estos profesionales, estas entidades publican el listado completo de asociados certificados para hacer este tipo de operaciones. Basta con colocar el nombre del profesional y el buscador mostrará si es un socio entrenado y cuenta con los requisitos éticos necesarios para ejercer la especialidad.