El célebre escritor tucumano Hugo Finkelstein murió a los 81 años en la Ciudad de Buenos Aires y dejó una prolífica producción de obras de ensayo, poemas y teatro macadas por la neuropsicología, la disciplina que marcó su manera de ver la vida. Su historia estuvo marcada por la superación de las pérdidas, algo que logró a través de la escritura, una pasión que desarrolló desde chico y que le sirvió de refugio.
"Soy Hugo Fiinkelstein. Soy producto de mi decepción. Te voy a contar cómo llegué a esto que soy", dijo quien fue poeta, docente, ensayista, periodista, dramaturgo y psicólogo, en uno de los videos que lo inmortalizaron.
Finkelstein nació en San Miguel de Tucumán el 13 de enero de 1952 en el seno de una familia conformada por una inmigrante ucraniana y uno rumano que habían huido de la guerra en Europa. "Todos hablan de libertad, pero ven a alguien libre y se espantan", dijo alguna vez el autor de "El libro del no amor".
"No me peguen, soy un poeta"
El vínculo con las letras le vino desde chico y surgió a partir del bullying que sufrió en manos de un grupo de vecinos que le pegaban "por ser judío" durante sus paseos en bicicleta. Era la época de tensión que siguió a la Segunda Guerra Mundial que, si bien tuvo como escenario a Europa, tuvo repercusiones en la mentalidad de la sociedad argentina de aquel entonces.
Según el relato que compartió en su canal de YouTube, cuando tenía 8 o 9 años Finkelstein escribió su primer poema. El sujeto de la pieza era nada mas ni nada menos que Eva Perón, cuya muerte le había generado un gran impacto. Contó que se dirigió hacia la sede del diario La Gaceta para que se lo publicaran y fue interceptado por los matones, tal como era costumbre.
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En esa oportunidad los enfrentó y les dijo: "No me peguen, soy un poeta". Un momento que lo marcó para siempre. "¿Sabes lo que pasó? No me pegaron… y yo seguí. ¿Sabes qué pasó después? Me pasé la vida escribiendo. Para defenderme, para que no me peguen, para poder soportar las pérdidas. Y así llegue a ser un escritor", agregó.
La carrera literaria y científica de Hugo Finkelstein
Finkelstein estudió Psicología en la Universidad Nacional de Tucumán, sin embargo, más adelante aseguró que "había algo que no le cerraba" de esa disciplina. "No existía la objetividad de la respuesta", dijo al respecto.
Tras incursionar en la filosofía, el escritor se volcó a la creación de obras de teatro por lo que fue becado para asistir al Festival Internacional del Teatro de las Naciones que tuvo lugar en París, donde permaneció dos años hasta que volvió a la Argentina para terminar sus estudios de grado.
Durante la dictadura militar se exilió en Madrid, donde publicó El libro del no amor que alcanzó las 17 ediciones y Canción de cuna de un padre ausente, uno de sus grandes éxitos que fue reeditado como Querido hijo, querido papá, entre otros libros. Entre sus 30 publicaciones figuran Imaginación a 40 grados, Uno, Uno mismo y el otro y El amor, ese pretendido bien.
De regreso en Argentina, Finkelstein se recibió de Doctor en Psicología e impulsó una corriente conocida como "Clínica de la afectividad" que lo llevó a recorrer América Latina y otros países del mundo. Luego se interesó por otros aspectos de índole científica, en línea con su inclinación por la "neuropsicología", tal como se definió hasta el final de sus días. Obtuvo un Máster en Psicoinmunoendocrinología y publicó las obras científicas Psicopatología del dolor e Introducción a la psico-neuro-inmuno-endocrinología.
Su rol como periodista
Finkelstein buscó orientar su conocimiento hacia el público por lo que participó como columnista en programas televisivos como 20 mujeres y otros programas de radio, entre ellos “Emociones y pensamientos” en Radio Mitre; “Emociones” en FM La Isla y ”Emociones y sentimientos”, en Radio Splendid. Hacia el final de su trayectoria dirigió dos obras de teatro (Muros y Juegos del No Amor), condujo el programa de televisión "Dignos de ser" y se convirtió en youtuber, donde publicaba material relativo a la psicoterapia y la literatura.
"Soy doctor, soy magíster, pero los títulos están sobredimensionados. Es suficiente ser doctor para no darse cuenta de lo que está abajo o al costado de eso. En México hablan de licenciados, en Argentina son doctores todos porque si no se doctora o no se esta en televisión no existe. Así que bueno yo soy Hugo Finkelstein, en realidad me nombro porque puedo y cuando no me pueda nombrar más estaré terminado", dijo en uno de sus últimos videos publicados.
CD/ CP