Una denuncia en redes sociales sobre las condiciones de trabajo de las enfermeras del servicio de oncología del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde (ex Casa Cuna) abrió el debate acerca de la posibilidad de "contraer cáncer" por brindar tratamientos de quimioterapia sin la protección adecuada.
El autor del mensaje fue el precandidato a jefe de Gobierno porteño por el Frente de Izquierda Unida, Gabriel Solano, quien advirtió en Twitter: “Los enfermeros de Casa Cuna que hacen quimioterapia no cuentan con los medios de seguridad necesarios. Están expuestos a contraer ellos mismos cáncer. ¿Qué hace Larreta? Nada”.
Si bien la principal crítica a su denuncia se enfocó en la interpretación de que el referente de izquierda se refería al “contagio” de la enfermedad oncológica (algo que no es posible porque el cáncer no es una enfermedad que se propague de persona a persona), sus dichos no son erróneos.
Paro y marcha del personal de salud en defensa de los enfermeros
Especialistas consultados por PERFIL aseguraron que si bien el riesgo de que el personal técnico expuesto a drogas oncológicas enferme de cáncer es muy bajo, los tratamientos siempre deben hacerse bajo estrictas normas de seguridad internacionales.
"En el mundo hay una tendencia a normatizar la manipulación de drogas oncológicas, porque tienen un alto nivel de toxicidad. Sin embargo, las probabilidades de desarrollar cáncer son muy pequeñas y solo podría ocurrir ante una exposición directa y continua", dijo a este medio el médico José María Lastiri, presidente de la Asociación Argentina de Oncología Clínica (MN 70432).
En este sentido, señaló que "lo más importante es la preparación de los fármacos. Debe hacerse en una farmacia centralizada y utilizando una campana de flujo laminar, que es lo que comúnmente vemos en las películas cuando se manipula material radioactivo, y que también se utiliza para drogas oncológicas".
La enfermería, columna vertebral del sistema de salud
Durante la "reconstitución de los fármacos" (que es como se denomina a la preparación), los medicamentos utilizados para la quimioterapia se diluyen y se pasan a un sachet de acuerdo a la dosis específica para cada paciente. “Si se respetan las normativas internacionales, es discutible que esto genere cáncer. Solo podría darse con una exposición exagerada. Los efectos más comunes tienen que ver con afecciones cutáneas en las manos y en los ojos”, completó el médico oncólogo.
Ante la consulta de PERFIL fuentes del Ministerio de Salud porteño indicaron que en el Hospital Elizalde los tratamientos de quimioterapia se realizan en la Sala de Cuidados especiales y moderados (CEM), del Servicio de Oncología. “Las drogas de quimioterapia llegan de farmacia selladas, rotuladas y con las medidas de bioseguridad internacionales. La medicación de quimioterapia se prepara en la farmacia para citostáticos que consta con flujo laminar, y no existe riesgo de contagio. Esta farmacia fue una obra realizada hace un año”, agregaron en este sentido.
No obstante, las trabajadoras del centro de salud denuncian incumplimientos. "Pasamos quimio en sala común, ni siquiera tenemos salas habilitadas", dijo a este medio una de las afectadas que prefirió resguardar su identidad. Entre otros síntomas, contó que la mayoría del personal del servicio sufre pérdida anormal de cabello y que el contacto con los medicamentos es constante a través de la orina y las heces de los pacientes.
Las deudas pendientes de la salud pública en la Ciudad
Reveló, además, que en el servicio oncológico trabajan cinco enfermeras por turno, cuando lo recomendado es que haya una enfermera cada dos pacientes. A su vez, puntualizó en el incumplimiento de la extensión de la jornada laboral, que debería ser de cuatro horas por tratarse de un trabajo insalubre, pero en la actualidad se extiende a seis. Otros de los reclamos tiene que ver con la falta de los controles de salud regulares y obligatorios, y la imposibilidad de acceder a la jubilación anticipada, tal como ocurre en otras "áreas críticas" del mismo hospital como Infectología.
Las "tareas insalubres" están contempladas en el artículo 24 de la ley 24.004 de enfermería, que incluye en el listado la atención de pacientes oncológicos. Este régimen contempla la reducción horaria, licencias, jubilación, condiciones de trabajo y provisión de elementos de protección "para resguardo de la salud física o psíquica" del personal. Sin embargo, la reforma impulsada por el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, y aprobada en noviembre de 2018 desconoce a los técnicos en enfermería como profesionales y los considera personal administrativo, provocando que los alcances de la ley en este caso se vuelvan difusos.
De acuerdo a fuentes oficiales, el hospital recibe entre 60 y 80 pacientes nuevos por año entre leucemias linfomas y tumores sólidos. Sumado a las patologías beningnas (que incluyen púrpuras, anemias, leucopenias, anticoagulados) se atienden unos 50 pacientes diarios de los cuales 20 realizan tratamientos en el hospital de día.
MS/ CP