Cuando terminó su mandato como diputado provincial en Santa Fe, en diciembre, Jorge Abello se instaló en Buenos Aires para estudiar. Pero para ello debía trabajar. Y decidió convertirse en chofer de Uber, la app para pedir vehículos particulares que tiene en pie de guerra a los taxistas y enfrenta varios frenos judiciales.
“Desde lo ideológico, como peronista me hace un poco de ruido con los compañeros taxistas. Esa es la realidad. No sé si está bien o mal, pero no podía comprometerme a trabajar ocho horas diarias en un taxi”, se justifica Abello, que destaca una y otra vez la importancia de “regularizar el servicio” de la empresa en el país.
En realidad, Abello tenía interés en probar de qué se trataba la app, incluso antes de que entrara en funcionamiento en Argentina: “Venía siguiendo el movimiento y los conflictos que atravesaba en otras ciudades”, argumenta.
La usó en Colombia, y apenas se enteró de que llegaría a Buenos Aires se registró como chofer. Hasta ahora sólo encontró satisfacciones en este nuevo trabajo: cuenta que los que más suben a su auto son extranjeros –a quienes disfruta llevar porque “aprende idiomas”–, que los empresarios y famosos son viajeros frecuentes, y que muchos pasajeros aún le piden usar el asiento de adelante “por seguridad”. No sufrió agresiones ni aprietes: “Si tengo que hablar con algún compañero taxista, le explicaré de la mejor forma por qué hago esto. No vengo a sacarle trabajo a nadie. Hay para todos”, asegura.
Un día promedio de Uber para el ex diputado implica subirse al auto con la app activa desde las 6 de la tarde hasta las 2 o 3 de la mañana. Hace entre 18 y 20 viajes por jornada. Y, de yapa, Abello les cuenta su historia a los pasajeros. “No tengo nada que ocultar. Está bueno que se sepa que el político trabaja para ganarse la vida”, dice. “Es un sistema que funciona muy bien, es seguro, y tienen una organización digna de imitar. Muchos que hoy enfrentan dificultades para pagar sus cuotas encuentran en Uber un ingreso”, que puede ir de $ 12 mil a $ 25 mil por mes.
Tras la banca. Durante su vida legislativa presentó 17 proyectos de ley. Una de sus primeras memorias políticas es que en el 72 fue detenido con su padre por pegar pancartas. Se define “peronista hasta la médula”, y el año pasado viajó al Vaticano a ver al papa Francisco y proponerle una iniciativa contra la trata de personas. Ahora trabaja como asesor y piensa retomar la política activa en 2019. “Por mi formación ideológica entiendo al gremio de taxis, pero el diálogo es la solución. Si puedo ser el nexo entre Uber, los taxistas y el Gobierno para llegar a un entendimiento, bienvenido sea”, señala.
Una app para taxistas porteños
La Ciudad ya prepara su propia app para contraatacar a Uber. La propuesta, que lleva de nombre BA Taxi, se filtró a través de las redes sociales en un comunicado que las autoridades de la Secretaría de Transporte enviaron a los choferes de taxis. “Ante el avance de Uber, que intenta brindar servicios de transporte ilegal sin autorización, desde el Gobierno de la Ciudad estamos tomando todas las medidas necesarias para cuidarte y proteger tu trabajo”, señala el mensaje firmado por el secretario de Transporte Juan José Méndez que publicó ayer La Nación. Aunque no hay detalles oficiales, la app sería similar a otras que ya existen en el mercado, donde el pasajero solicita un taxi y registra los vehículos más cercanos. “Impulsamos el servicio de tarjeta de crédito en los taxis porteños”, se agrega.