Un nene de 11 años murió por asfixia en el baño de su casa de la localidad neuquina de Zapala y la Policía investiga si el deceso se produjo jugando al "Mono espacial", un desafío extremo que reemplaza al "Momo".
El comisario mayor de esa localidad, Julio Ariel Peralta, detalló que el viernes pasadas las 16 y tras un llamado recibido al 101, encontraron al menor sin signos vitales y con un cinto alrededor del cuello. El personal médico constató que había muerto por asfixia por ahorcamiento.
El abuelo del menor fue quien realizó el llamado y aseguró haberlo encontrado después de no obtener respuestas al llamarlo por su nombre y luego de romper la puerta del baño, que se encontraba trabada, según consignó la agencia Noticias Argentinas.
Intervino en el hecho la Fiscalía y médicos forenses, quienes se encargarán de hacer la autopsia correspondiente.
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En qué consiste el "juego" que está en el eje de la investigación. El desafío consta en intentar llegar a un estado de euforia interrumpiendo el acceso de oxígeno al cerebro a través de la autoasfixia. Sin embargo, la interrupción del paso del oxígeno durante unos segundos puede ser letal para los que participen en el reto.
El "Mono espacial" o "flatline", es un juego de moda entre los adolescentes que, en algunos casos, ha provocado incidentes fatales. El más reciente, un estudiantes de Nueva Jersey, Estados Unidos, que falleció a causa del juego, informó el sitio Home News Tribune.
Alerta en Estados Unidos. Los estudiantes entre 9 y 16 años son los más vulnerables a este fatal juego, así lo indicaron los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de ese país, porque ya causó más de 80 muertes.
Nick Markarian, superintentendente del distrito Bernards Township, donde está la escuela del estudiante que murió recientemente, hizo un llamado a los padres de familia para observar las posibles señales de que sus hijos están inmersos en este juego. Con una cuerda, un lazo, un cinturón, una corbata o una bufanda, los participantes buscan lograr un estado eufórico suspendiendo por un breve tiempo el acceso del oxígeno al cerebro.
El funcionario recomendó que los adultos hablen con sus hijos y revisen los historiales de búsquedas en Internet. Además, sugirió estar atentos a cambios en el comportamiento y algunas huellas físicas, como ojos inyectados de sangre, frecuentes dolores de cabeza o marcas en el cuello.
"El cerebro adolescente no procesa la información de la misma manera que un adulto y no es capaz de entender completamente las serias consecuencias", concluyó Markarian.