El gobierno ya tomó la decisión: el país tendrá de diciembre de 2020 a marzo de 2021 la temporada turística de verano siempre y cuando se establezcan los protocolos sanitarios para contrarrestar los efectos de la enfermedad del nuevo coronavirus.
"Para poder tener temporada de verano, que la ratificamos desde el gobierno, estamos trabajando de manera articulada con todas las provincias a través del Consejo Federal de Turismo y con el sector privado", dijo la secretaria de Promoción Turística del Ministerio de Turismo y Deportes, Yanina Martínez.
La funcionaria destacó en conferencia de prensa que se elaboraron nueve protocolos para dar seguridad y confianza al potencial turista en las distintas aperturas que se hacen en las provincias del país.
"La actividad turística se ha visto muy afectada. Por ello, el Estado está presente a través de la implementación de distintos protocolos en toda la cadena de valor del turismo. Hemos realizado nueve protocolos. Son protocolos homogéneos y consensuados con el sector privado para ser aplicados en todo el territorio nacional", subrayó.
Los protocolos se implementarán para la gastronomía, hotelería, agencias de viajes, enoturismo, turismo rural y turismo de reuniones, para que brinden seguridad a los viajeros, remarcó la funcionaria.
Martínez dijo que el gobierno argentino buscó sostener a las empresas del sector a través de distintas iniciativas, como subsidios para pequeñas y medianas empresas turísticas por el plazo de seis meses y el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción, que postergó o redujo el pago de contribuciones patronales a unas 19.000 empresas del sector e incluyó el pago por parte del Estado del 50 por ciento del salario de unos 211.000 trabajadores del rubro.
La Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) dijo el martes que el turismo regional perdió ingresos por 77.890 millones de pesos entre marzo y agosto, como consecuencia de la cuarentena que inició el 20 de marzo ante la Covid-19. "El balance es por los seis fines de semana largos perdidos por la cuarentena y las vacaciones de invierno. Incluye lo que se hubiera gastado en forma directa por turistas y excursionistas. Fue un duro golpe al sector y a las economías regionales, porque lo que se perdió no se recupera", advirtió la entidad en un comunicado.
Cómo se prepara Villa Gesell para el verano post pandemia
El informe puntualizó que la COVID-19 "dejará un alto costo en uno de los sectores de más impacto en la distribución del ingreso entre regiones y entre segmentos socio-económicos". Destacó además que a la pérdida estimada en 77.890 millones de pesos debe añadirse lo que dejó de ingresar por la ausencia de congresos y convenciones, de turismo estudiantil y educativo, de turismo social, de turismo corporativo, religioso, de salud y deportivo.
La CAME señaló también que "por la dura situación económica que se espera en los meses siguientes, confiando en que se normalice la crisis sanitaria y la economía, se hace difícil hasta pensar en una temporada de verano fuerte". "El turismo deberá aguardar como mínimo hasta marzo del año próximo para posiblemente volver a los niveles pre-crisis, sin ninguna capacidad de recuperación de los ingresos perdidos", subrayó.
DS/FF