Adolfo Rubinstein participó de una conferencia de prensa organizada por estudiantes de Periodismo de la Escuela de Comunicación de Editorial Perfil, en la que destacó a la secretaria de Salud, Carla Vizzotti, como la figura "más representativa" que ha tenido el Gobierno para manejar la pandemia, a la vez que criticó al ministro de Salud Ginés González García: "Me parece que, en lo personal, derrapó en este último tiempo".
El ex funcionario a cargo de Salud durante el gobierno de Mauricio Macri dijo que entendió las razones de los que organizaron la marcha del 17 de agosto, pero aclaró: "Desde el punto de vista médico y sanitario, como epidemiólogo, obviamente, la desaconsejé". Y confesó que cuando se degradó el Ministerio de Salud estuvo "a punto de renunciar" en contra de la medida. "Fue una decisión equivocada" , declaró Rubinstein en el Ciclo de Entrevistas a cargo de Rodrigo Lloret, director de Perfil Educación.
—¿Cuáles son las diferencias que tiene con el ministro Ginés González García?
—Él las tiene, yo no las tengo. Lo conozco hace muchísimos años. Él ha sido siempre un referente de la salud pública, pero me parece que, en lo personal, derrapó en este último tiempo. Básicamente, las diferencias personales son las de él, cuando se refiere a mi y dice sus declaraciones: "El peor ministro de la historia" o "El peor ex ministro del mundo mundial". Me parece que es una exageración que no lo deja bien parado a él. Pero, la realidad es que en lo ideológico no tengo grandes diferencias con Ginés. Más allá que pertenecemos a espacios políticos distintos, venimos casi del mismo movimiento de la salud pública.
—Con respecto al 17A y a la aglomeración de visitantes en Villa Rosa, ¿cree que hay una doble vara en el discurso del oficialismo?
—Respecto a la marcha del 17 de agosto, desde el punto de vista médico y sanitario, como epidemiólogo, obviamente la desaconsejé. No es el momento de tener grandes aglomeraciones en la calle. No creo que pueda haber consecuencias. No lo sé. Pero, entiendo las razones por las cuales se hizo la marcha. Entiendo las razones que tienen que ver con el enorme hartazgo social, sea por necesidad o por fatiga. Además, porque el Gobierno puso en agenda temas que son prioritarios para la sociedad como la reforma judicial que, en realidad, contamina. En este momento, cuando se está viendo las consecuencias sanitarias de la pandemia, sumadas a las consecuencias económicas y sociales, no parece muy acertado poner ese tema en agenda. Lo de Villa Rosa entiendo que sí, que hay una doble vara. De hecho, también hay una doble vara en cuestiones simbólicas como la foto del Presidente, con su señora, Hugo Moyano y su hijo Pablo. La verdad que no le hace bien a la sociedad ver eso. Es un mensaje muy contradictorio, cuando se le está pidiendo un esfuerzo gigante a la gente, eso desvaloriza mucho la palabra.
—¿Qué piensa de la gestión de Carla Vizzotti en esta pandemia?
—Carla es una funcionaria que tiene bastante experiencia. Diría que ha sido la figura pública más representativa que ha tenido el Ministerio de Salud, muchísimo más que el ministro de Salud. Me parece que es un rol muy difícil estar donde está ella. Es una posición no sólo de extrema responsabilidad sino de extrema exposición y la verdad que lo está haciendo bastante bien.
—¿Por qué cree que Mauricio Macri bajó el Ministerio de Salud al rango de Secretaría y por qué lo aceptó?
—Fue muy mala decisión y se tomó en un momento muy particular. Recordemos también que a veces hay que analizar el contexto en que se toman tales decisiones. Fue una decisión que se tomó en septiembre de 2018 cuando se empezaba a desbarrancar absolutamente todo. En ese momento el Gobierno entendió que debía concentrar la estructura decisional en menos cabezas. Además, ya había un fuerte reclamo, llámese del círculo rojo o del establishment, para reducir la estructura del Ministerio. Visto a la luz de la pandemia parece una decisión absolutamente ridícula. Fue una decisión equivocada, lo planteé en su momento y confieso que estuve a punto de renunciar. Si no renuncié fue porque me lo pidieron. Así que "me tragué el sapo" ese que todavía me lo están "facturando". A mí me "facturan" dos cosas: el ministerio y las vacunas. Pero, lamentablemente. fue una decisión equivocada. Se lo hice saber al Presidente.
—En vista del anuncio de la vacuna producida en la Argentina, ¿cómo ve la cercanía entre Hugo Sigman, empresario de laboratorios, y Alberto Fernández?
—Hugo Sigman tiene un conglomerado, un holding industrial farmacéutico de producción de vacunas, de productos biológicos, de medicamentos muy grande. Es el empresario farmacéutico más importante del país. En 2009 y 2010, ya había realizado un acuerdo para la producción y distribución de la vacuna antigripal, la vacuna antineumocócica, la vacuna contra el virus del papiloma humano (VPH) casi de manera exclusiva y con contratos que están vigentes hasta el 2022. O sea que ha tenido relación con Manzur, pero no sé si tiene o no una relación especial con el Presidente. Pero, definitivamente, hay un acercamiento entre el oficialismo y Hugo Sigman. Más que eso no puedo decir. No hay otro grupo, por lo menos en la Argentina, que tenga esa estatura en la producción de vacunas. Eso también es así.
—¿Qué gestión le parece que ha sido la más acertada durante la cuarentena entre Horacio Rodríguez Larreta y Axel Kicillof?
—No es muy difícil. Es una pregunta fácil. La gestión de Larreta fue muy superior a la de Kicillof. Pero, sobre todo, por varias razones es una estrategia basada en datos y en evidencias, mucho más transparente; diría mucho más directiva y mucho más exitosa en sus resultados. Creo que la diferenciación que hay, más allá de todas las cosas que se dicen entre lo que está ocurriendo en la ciudad de Buenos Aires versus los partidos del Conurbano, tienen mucho que ver con la capacidad de gestión de la pandemia que hubo en la Ciudad versus los partidos del Conurbano.
—¿Cuál es su punto de vista, como médico, sobre lo que pasó con Solange Musse, que no pudo ver a su padre en el último de vida debido al protocolo?
—Es una barbaridad. Me pareció, diría, algo inenarrable. El caso tiene un aspecto casi icónico. Lo que sucedió fue terrible. Tiene mucho que ver con todo lo que ha sido el avance de episodios de brutalidad policial, como el caso de Facundo Astudillo Castro y muchos otros en todo el país. Todo este abuso que se va instalando, naturalizando, tiene mucho que ver con el aprovechamiento de diferentes actores de la pandemia y la cuarentena. Claramente, es una barbaridad y me alegro que esto haya saltado de esta manera y provocado tamaña reacción. Esperemos que no vuelva a pasar.
—Agradecemos su participación en el Ciclo de Entrevistas y lo invitamos a realizar un comentario final para cerrar este reportaje.
—Concluiría con esto: muchas veces uno viene con unas ideas cuando entra a la función pública y de golpe se da cuenta que las cosas son diferentes y que tiene que gestionar las crisis de una manera distinta. Esto me pasó a mí y, por supuesto, le está pasando al ministro actual, donde, probablemente, él haya pensado que venía, de alguna manera, a coronar su carrera sanitaria y su carrera política. Sin embargo, se encontró con la pandemia, con la recesión, con lo que está ocurriendo en la cuarentena y con estas consecuencias.
Por Jorge De La Reta, Rubén Lescano y Yanina Passarello
Estudiantes de Periodismo
Escuela de Comunicación del Grupo Perfil