UNIVERSIDADES
Nueva educación

Consejos para el buen uso de las nuevas tecnologías

Es fundamental comprender que los espacios virtuales adquieren sentido en el uso, porque cuanto más se utilicen y se valoren sus potencialidades, mayor será su aprovechamiento.

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Entornos. Docentes y alumnos deberán desarrollar competencias tecnológicas para utilizar las herramientas disponibles y así aprovechar las plataformas virtuales. | cedoc

Atravesar una pandemia como la que se generó a partir del coronavirus requiere tomar medidas que afectan diferentes servicios, como lo es la educación. En esta coyuntura, la enseñanza presencial se ve resentida con el objeto de extremar las medidas de prevención ya que las clases, sin duda, generan aglutinamiento y ello pone en riesgo la salud de todos. 

Los diferentes niveles del sistema educativo –inicial, primario, secundario y superior– se ven afectados, y si bien difieren las medidas que están siendo adoptadas en cada uno de ellos, hay un factor que tienen en común: la intención de que el proceso de enseñanza y de aprendizaje no se vea suspendido y que resulte lo menos afectado posible. En este sentido, cada institución como entidad organizativa y cada docente desde lo personal combinan sus esfuerzos para no interrumpir el comienzo y el desarrollo del año lectivo. 

Dos instituciones. De la noche a la mañana se puso de manifiesto que existen dos tipos de instituciones educativas: las que ya contaban con experiencia en la virtualidad (modalidad a distancia, online, semipresencial o blended learning) y las que no. Las primeras siguen su curso con normalidad, cuentan con docentes capacitados y avezados en la modalidad online y con alumnos acostumbrados a manejar sus tiempos de estudio, a ser más autónomos y a aprovechar los espacios de interacción que brindan las nuevas tecnologías. Muy distinto es el caso de las instituciones sin experiencia, o con muy poca, en estas nuevas formas de enseñar donde no solo intervienen la mediación tecnológica y el mundo digital sino que el rol del docente debe correrse del de poseedor del saber para convertirse en un facilitador del aprendizaje. 

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En este contexto, se vislumbran diferentes alternativas para concretar la enseñanza bajo la modalidad online o a distancia. La normativa de nuestro país, por resolución del Ministerio de Educación 2641/2017, la comprende como “la opción pedagógica y didáctica donde la relación docente-alumno se encuentra separada en el tiempo y/o en el espacio, durante todo o gran parte del proceso educativo, en el marco de una estrategia pedagógica integral que utiliza soportes materiales y recursos tecnológicos, tecnologías de la información y la comunicación, diseñados especialmente para que los/as alumnos/as alcancen los objetivos de la propuesta educativa”.

Oportunidades. En este sentido, lo que se pretende es aprovechar al máximo las potencialidades de la enseñanza online a través de entornos virtuales. Claramente todos los actores involucrados deberán desarrollar competencias tecnológicas para utilizar las herramientas disponibles, lo cual posibilitará aprovechar al máximo las potencialidades de las plataformas virtuales. Pero no todo se resuelve con la tecnología. Para los docentes que asumen la responsabilidad de generar propuestas de enseñanza a distancia, el desafío no es menor ya que además de tener en cuenta los lineamientos de cada institución, deberán:

◆ Brindar materiales de estudio con contenidos pertinentes y recursos en diferentes formatos y lenguajes (artículos, videos, audios, presentaciones).

◆ Diseñar actividades de aprendizaje alineadas con los objetivos fundamentales que se deben alcanzar en cada espacio curricular.

◆ Proponer instancias de interacción sincrónicas y asincrónicas, tales como chats, foros, wikis y mensajería.

◆ Orientar a los alumnos durante todo el proceso y asumir el compromiso de responder y estar presentes en los entornos virtuales.

También es aconsejable que los estudiantes sigan ciertas recomendaciones para estudiar a distancia, entre ellas:

◆ Administrar sus tiempos: resulta fundamental armar una agenda de trabajo, fijar metas a corto plazo y procurar alcanzarlas día a día.

◆ Organizar el espacio de estudio: disponer en lo posible de un ámbito personal, preferentemente con una PC con conexión a internet, o de lo contrario una tablet o celular.

◆ Desarrollar una actitud proactiva y emprendedora: resulta fundamental para quien estudia a distancia porque el aprendizaje requiere de esfuerzo e interés por parte de quien pretende aprender. 

◆ Mantener un alto nivel de autonomía, responsabilidad y compromiso con las tareas: los estudiantes deben estar convencidos del valor de lo que están haciendo y aprendiendo.

◆ Lograr constancia en el estudio: se considera clave que el estudio tenga cierta continuidad para que el proceso de aprendizaje sea fecundo y duradero.

◆ Aprovechar los canales de comunicación que ofrecen las tecnologías para interactuar con los docentes y compañeros: el aprendizaje es indudablemente un proceso social. Estudiar en la modalidad online no implica estudiar en soledad, por ende, resolver dudas e inquietudes a tiempo será fundamental para que el proceso de aprendizaje prospere.

Esta coyuntura que nos toca vivir hoy pone en evidencia la necesidad de usar medios alternativos a la enseñanza presencial en todos los niveles del sistema educativo. Las instituciones necesitan aggiornarse y estar preparadas para diferentes circunstancias que ponen en peligro la presencialidad. Es esencial comprender que los espacios virtuales adquieren sentido en el uso, porque cuanto más se utilicen y se valoren sus potencialidades, mayor será su aprovechamiento y más profundo y duradero será el cambio. Es evidente que las nuevas tecnologías tienen grandes posibilidades, pero las instituciones y sus docentes deben poner sus esfuerzos en no reproducir prácticas de enseñanza tradicionales y así poder desplazar el eje del protagonismo, que no deberá estar en los docentes sino en los estudiantes. 

Argentina y el mundo atraviesan con sorpresa e incertidumbre un contexto de amenaza global sin precedentes que puede convertirse en una oportunidad única para que todos los actores del sistema educativo asuman su protagonismo y desarrollen todas las competencias necesarias para encarar el estudio de forma virtual a fin de lograr que el aprendizaje no solo no se detenga, sino que se enriquezca con nuevos modos de enseñar.

Política institucional

Ante esta situación de crisis, las instituciones educativas deben, más que nunca, delinear políticas claras respecto del régimen de enseñanza que adoptarán para que los estudiantes no pierdan el semestre. Para ello, resulta apremiante forjar una política institucional de enseñanza que aliente y acompañe estas medidas, un equipo de asesoramiento que oriente a los docentes y un soporte tecnológico que posibilite las interacciones sincrónicas y asincrónicas. Estas políticas requieren de firmeza en las decisiones y paciencia por parte de quienes las implementan. Los cambios no suceden en un abrir y cerrar de ojos y, en el caso de las instituciones con escaso desarrollo en la virtualidad, el cambio llevará tiempo, pero con certeza será un gran paso para la innovación en la enseñanza y para el aprendizaje de las organizaciones.

 

*Licenciada en Educación.

**Licenciada en Comunicación. */**De la Secretaría de Desarrollo e Innovación Educativa-Universidad Blas Pascal (UBP).