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Conducta animal

¿Quién dijo que a los gatos no les gusta el agua?

Cazadores natos y dormilones incansables, los gatos provienen de Oriente Medio y llevan en los genes la indiferencia al agua. Sin embargo, un video lo desmiente: ¡ni el agua del inodoro se salva!

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gatos en contacto con agua | SHUTERSTOCK

A pesar de que todos los felinos son excelentes nadadores, no les gusta el agua. A menos que un león tenga que cruzar un río, nunca se tirará al agua. Sin embargo, los tigres y los jaguares pueden ser eximios cazadores dentro del agua.

La mayoría de los felinos provienen de Oriente Medio, una zona mayormente desértica y los etólogos atribuyen a este origen geográfico la aprensión gatuna al agua.

De hecho, los gatos disfrutan mucho del agua en cualquiera de sus presentaciones, una vez que vencieron su rechazo inicial. Ya se trate de la lluvia, el regador del jardín, un lago congelado, la canilla de la cocina o incluso el inodoro, los gatos disfrutan del agua, como lo demuestra el video que acompaña este artículos. Pero ese cambio de actitud difícilmente se manifieste de forma espontánea, el amo tiene que entrenarlo.

Que eviten el agua no significa que no hayan desarrollado esa empatía, que quedó eclipsada en las sucesivas migraciones de la especie.

¿Como hacerlo? Primero aproximándolos al contacto con agua tibia. Siempre es preferible que sea lejos de extraños, cuando el gato está tranquilo. Se puede comenzar a mojar alguna parte de su cuerpo con un trapo húmedo, que será cada vez más mojado a medida que el animal se acostumbre. Así, llegará el día en que se bañe de cuerpo entero.

e todos modos, los veterinarios dicen que no es conveniente que los gatos domésticos se bañen ya que esto puede neutralizar las feromonas esenciales que les permiten conectarse con sus pares. Además ya sabemos que el gato solo bien se lame, gracias a su lengua rugosa y a su propia saliva que les permite darse un buen baño o al menos una buena lamida cada tanto. 

De todos modos, si no se lo acostumbra desde pequeño, más vale nunca intentarlo. Algunos científicos opinan que más que el contacto con el agua, al gato doméstico le llama la atención el juego de luces y el sonido del agua.

Aún así, algunas razas gatunas son más acuáticas que otras. Por ejemplo, el Angora turco, el gato egipcio Abisinio, el Gato de Bengala, el Pixie Bob, el Maine coon, e incluso el Van turco, al que también se llama “el gato nadador”. También deberían sumarse a esta lista el gato del Bosque de Noruega, acostumbrado al contacto con la nieve, y el Savannah, de origen africano.

Lo que sí es indudable, en todos, es que les encanta dormir al sol, sentirse cazadores y arañar para afilar las uñas.