El gueto de Varsovia fue el mayor gueto judío establecido en Europa por los nazis. Fue concebido como un lugar de tránsito de las deportaciones para un destino final: el campo de exterminio de Treblinka. En 1943, un pequeño grupo de adolescentes dirigido por Mordejái Anilevich se preparó para dar batalla contra miles de soldados alemanes, con la idea de que si no podían vivir en libertad al menos elegirían cómo iban a morir.
Los hechos de esta historia son reconstruidos con precisión por el escritor y activista sindical hispano-mexicano Paco Ignacio Taibo II en "Sabemos cómo vamos a morir", que publica editorial Planeta. En una entrevista con PERFIL, el autor contó cómo conoció la historia de los jóvenes rebeldes y explicó que hay cuestiones del pasado que hoy en día se repiten.
Taibo, que fue nombrado en 2019 como director del Fondo de Cultura Económica por el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, también dio detalles sobre las misiones que tiene este grupo editorial sin fines de lucro y sostenido parcialmente por el Estado a la hora de desempeñar un rol social.
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¿Cómo surgió la idea de escribir este libro? Entiendo que la curiosidad es un buen motor.
Las curiosidades insatisfechas son el gran motor de un escritor. Si te interesa mucho, si tienes culpa por no escribirlo... Yo no quería morirme sin haber escrito este libro. Fue una deuda que acumulé a lo largo de mi vida; la primera vez que entré en contacto con Mordejái Anilevich, el protagonista del libro, tenía 16 años.
Me encontré un folleto en un club judío juvenil de la Ciudad de México que tenían una biblioteca maravillosa. Yo estaba ahí no siendo judío tratando de conquistar a una novia judía. Con la novia no pude, pero con la biblioteca sí y me hice un asiduo lector. Así llegué al folleto cuya frase me persiguió por siempre: “Sabemos cómo vamos a morir”.
¿De qué manera esa frase seguía volviendo a su mente?
Yo empezaba a militar en aquella época en la Izquierda. Lo fui acumulando: de repente viajé a la Feria del Libro de Varsovia y vi la tumba de Mordejái, después encontré documentos sobre la SS letona y fui “haciendo armario”, como diríamos en México. Ese armario empezó a crecer.
Durante la primera oleada de la pandemia de coronavirus tuve tiempo y pensé: ‘Ajá, tengo un libro y sé como quiero que sea’: de textos apretados, breves, que no fuera uno más sobre el Holocausto sino de la épica de 150 jóvenes que deciden que saben cómo van a morir y aún así hacen una insurrección en el gueto de Varsovia con cuatro pistolas y ocho botellas de gasolina contra cuatro mil agentes de la SS, tanques y aviones.
Algo que llama la atención es que Anilevich era un scout, no parece que tuviera mucha preparación sobre armas...
Para nada, a lo sumo sabían curarte las raspaduras en la rodilla poniéndote mercurio y cromo. Pero la lógica del scoutismo de entreguerras fue muy importante cuando lo descubrí, porque es la génesis de que esta organización judía de combate: era absolutamente mixta, hombres y mujeres.
En sociedades jerarquizadas, muy machistas y patriarcales, era una ruptura total para la época. Tal es así que entre los combatientes la mitad son mujeres. Y me refiero a combatientes de pistola, ametralladoras y de las tareas más peligrosas, como salir del gueto.
¿Esta historia estaba "escondida" o no había mucho material porque no se había investigado?
En la historia original hay demasiadas culpas de los países occidentales de no haber apoyado el gueto, de hecho en un capítulo cuento cómo se suicidó el representante de las organizaciones judías en Inglaterra. Está la culpa de los polacos de no haber apoyado al gueto; primero dejaron que se creara, después que los aislaran, luego que se los encerrara y finalmente que los asesinaran masivamente a razón de cuatro trenes por día.
Esta historia no era algo que convenía para no estar aireando las culpas de los triunfadores. En años posteriores, se abrió un debate en Israel en torno a la otra corriente que combatió en el gueto, Betar, la más conservadora, y se disminuyó la importancia de esta organización judía de adolescentes. En la medida en la que Israel se fue convirtiendo en un estado más militarista era más simpático narrar historias más épicas y menos progresistas.
Piensa algo, un mes antes del alzamiento estos adolescentes se reúnen en un sótano y cantan la “Internacional”. Eran socialistas de verdad, no pro soviéticos porque no les gusta el estalinismo para nada, pero son socialistas y así esta historia se ocultó por segunda vez.
Ya pasaron más de 70 años y todavía hay personas que siguen negando el Holocausto...
Ese pensamiento, el reaccionario fascista, está generado por idiotas, no voy a poder salvar a ningún a ningún negacionista. Son los que siguen diciendo que la Tierra es plana... Bueno, pues cuando lleguen al borde se caerán.
No son mis lectores, ni los quiero, ni voy a ganar a casi ninguno. No, mis lectores tienen entre 18 y 30 años, son jóvenes y están despistados y admiran al Hombre Araña, lo cual no me parece mal.
Resurgimiento del fascismo
¿Qué opina sobre la frase que Joaquín Sabina dijo hace unos meses, sobre que la Izquierda latinoamericana está a la deriva y eso le rompe el corazón?
Porque no sabe nada… la última vez que estuve con él hace seis meses le dije: ‘Joaquín, no entiendes nada, la próxima vez que vayas a México deja de ir a cantinas y vente a mi casa y te contamos’. Y me parece un tipo encantador, brillante y maravilloso que no habla con la gente indicada.
No tiene percepción porque lee periódicos españoles. Y si quieres no saber lo que pasa en América Latina, lee periódicos españoles.
También en algunos lugares de Europa hubo un resurgimiento del fascismo en gobiernos, como en Italia.
Sí, también en Hungría y en Polonia. Y allí rompieron la tumba de Mordejai, lo cuento en el libro brevemente, porque es otra historia.
Es otra historia, pero vemos cómo esas cosas del pasado continúan hoy en día, parece que nunca se cierran...
Nunca se cierran y siempre están. La historia no es vertical, ni en ascenso. Es pendular, va y viene y tiene curvas.
¿Por qué cree que se da este resurgimiento?
Es un problema neuronal, hay demasiados genes neandertales en los seres humanos que son regresivos. Explícate porque los argentinos cuando ganan un Mundial se suben a los árboles y se caen. Yo fui un claro defensor de Argentina en Qatar 2022, no tenía ninguna duda. Aplaudía, gritaba y todo, pero las imágenes que me fascinaron fue el interés que le puso la televisión mexicana a los que se caían de los árboles.
Pero había unos que era cojonudos. Habían cuatro que se subieron a un semáforo y se van a la mierda con el poste y todo. Entonces yo decía… hay un gen recesivo en los argentinos de carácter neandertal que provocó que se subieran a los árboles. Lo vi con fascinación como fenómeno lateral.
Fondo de Cultura Económica
¿Qué es el Fondo de Cultura Económica y cómo hace para que no interfiera en su labor como escritor?
Trabajo 14 horas diarias y luego escribo de noche. Así lo arreglé cuando hablé con Andrés Manuel López Obrador. Le dije, acepto pero te pongo tres condiciones: La primera fue que no iba a dejar de escribir. La segunda, que no iba a moderar mis opiniones políticas. Y la tercera, que soy muy mal hablado; y no voy a impedir de vez en cuando decir 'ese periodista derecha es un hijo de puta' porque no lo puedo, no está en mi habilidad ser funcionario público políticamente correcto.
El Fondo es una empresa con capital social mexicano estatal y capital propio producto de la venta de sus libros, que tienen sedes en 11 países de América Latina y edita un libro y medio diario. Hay en México 115 librerías y otras veintitantas en el resto de América Latina, tiene 12 mil clubes de lectura y librerías móviles que recorren los puntos más alejados del país. Tiene una cadena de Fomento de Debate que dedica un montón de tiempo el debate sobre la historia de México y la historia de América Latina, muy latinoamericanista.
Esto último así lo definí cuando llegué al Fondo, dije que esta es la primera transnacional de izquierda que hay en el mundo. Yo sé que no les va a gustar a muchos, que se jodan, porque hubieran ganado las elecciones. Entonces, que soy guevarista y bolivariano, y un poco ácrata de vez en cuando, me dieron la misión de dirigirla y la voy a dirigir en esta lógica, sin concesiones al neoliberalismo y a la empresa de mercado.
Pero es una editorial que vende libros en el mercado.
Exacto. Entonces tienes que jugar con la empresa y la empresa social simultáneamente. ¿Y qué misiones tienes? Hacer llegar los libros a los que no tienen dinero para comprarlos, hacérselos llegar y bajar el precio de los libros fue la gran batalla que me he echado cuatro años en México y que he ganado. Ahora tenemos que ganarla en el resto de América Latina, es importante bajar el precio de los libros.
CP