El 26 de diciembre de 2004 un terremoto de magnitud 9,1 el tercero más grande jamás registrado en la isla de Sumatra sacudió el sudeste asiático. No hubo avisos antes de que el tsunami provocado por el seísmo golpeara las costas del océano Índico, cobrandose la vida de alrededor de 230.000 personas en 15 países. Indonesia, Sri Lanka, India y Tailandia fueron los más afectados, pero los efectos también llegaron a lugares tan alejados del epicentro como Somalia.
Olas de hasta 30 metros, el equivalente a un edificio de diez plantas, penetraron varios kilómetros tierra adentro desencadenando una de las mayores catástrofes naturales del planeta. Dos décadas después, el sudeste asiático ha reconstruido su costa, cuenta con sistemas de alerta temprana e intenta no olvidar las lecciones aprendidas.
Sobrevivientes y familiares de las víctimas realizaron distintos homenajes este jueves. En Indonesia, donde murieron más de la mitad de las víctimas totales, cientos de personas se reunieron en la aldea de Ulee Lheue y arrojaron pétalos de flores en las piedras que marcan las tumbas. Muchas personas lloraban y se abrazaban a pesar de que no saben si sus seres queridos están enterrados allí, dado que muchas de las 14.000 víctimas fueron enterradas sin identificar.
A 15 años del monstruoso tsunami asiático, un desastre que conmocionó al mundo
Los homenajes se replicaron en Sri Lanka, con dos minutos de silencio en la estatua del Peraliya Tsunami Memorial; en India, donde se encendieron velas y se realizaron oraciones en el estado de Tamil Nadu, el más afectado por el desastre; y en Tailandia, en la aldea de Ban Nam Khem, donde se llevaron adelante ritos religiosos.