Casi en sintonía con el anuncio de que Jeff Bezos cederá en el cotidiano su puesto en Amazon, su empresa generó una noticia judicial. La compañía del hombre más rico del mundo tomó para sí 61,7 millones de dólares en propinas que no le correspondían. Es decir, ese es el monto que los clientes de Amazon había decidido abonar a los repartidores de la empresa que más facturó durante la pandemia.
La empresa de Jeff Bezos dejó de quedarse con las propinas cuando los notificaron que los investigaban.
La empresa de Jeff Bezos dejó de quedarse con las propinas cuando los notificaron que los investigaban.
La Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos es la autoridad que regula en materia de competencia y derechos de los consumidores norteamericanos. La FTC (tal su sigla en inglés) hizo una investigación que determinó la apropiación indebida de Amazon de esos 61,7 millones de dólares.Para dar la cuestión por cerrada, la compañía de Jeff Bezos acordó pagar una multa por esa misma cantidad. Así la FTC devolverá esos 61,7 millones de dólares entre los repartidores que debieron haber recibido ese dinero como propina.
La empresa de Bezos engañó a sus clientes y repartidores
El caso se generó en el programa Flex (flexibilización) de Amazon. Según esta política de la empresa, los repartidores trabajan como personal contratado, es decir, no se los reconoce como de Amazon. Esos repartidores incluso ponen sus propios vehículos. El salario por hora variaba entre los 18 y los 25 dólares la hora y Amazon aseguró tanto a los repartidores como a sus clientes que los primeros recibirían el 100 por ciento de las propinas de los segundos.
"En lugar de transferir el 100 por ciento de las propinas de los clientes a los repartidores, como había prometido hacer, Amazon usó el dinero por su cuenta. Es decir, la empresa de Jeff Bezos se apropió indebidamente", subrayó Daniel Kaufman, el director de la Oficina de Protección del Consumidor de la FTC.
Cómo hizo Amazon para quedarse con las propinas
Según la investigación del ente regulador norteamericano, a finales de 2016 Amazon decidió reducir el salario por hora que ofrecía a los conductores sin decírselo. A cambio, usó las propinas para cubrir la diferencia entre la tarifa antigua y la nueva. La FTC determinó que Amazon no solo "falló intencionadamente" en la notificación de los cambios de sus tarifas, sino que decidió poner barreras a la información de dichas tarifas. Tras el cambio, siguió prometiendo a repartidores y clientes que transferiría el 100 por ciento de las propinas.
Amazon se apropió del dinero de las propinas para cubrir los pagos a los contratistas hasta, al menos, agosto de 2019, cuando la FTC los notificó que se iniciaba una investigación. Desde ese momento, volvió a pagar entre 18 y 25 dólares la hora, más las propinas realizadas.