A partir de una investigación que comenzó con un aceite de chía, la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) prohibió la comercialización de todos los productos de Tecnobotánica libres de gluten porque todos ellos estaban vencidos desde septiembre de 2018. Este caso fue publicado hoy en el Boletín Oficial mediante la disposición 3234/2020 sobre la compañía que elaboraba alimentos a base de semillas, harinas y granos, que estaban siendo vendidos bajo la marca “Dale Vida”.
Según cuenta la Anmat, el caso se inició por una investigación relacionada con un aceite de chía de la firma Tecbotánica porque “no se encuentra permitido la venta directa del producto 'referenciado para consumo directo'”. Entonces, la agencia nacional resolvió hacer la verificación de registros correspondientes y una auditoría a la empresa, entre otras medidas.
A partir de la auditoría, las autoridades del Anmat fueron descubriendo cada vez más asuntos dentro de Tecbotánica. En primer lugar, se llegó a prohibir la comercialización de semillas de quinoa, libre de gluten, semillas de sésamo, semillas de lino, harina y semillas de chía libre, semillas de amaranto, por consignar en sus rótulos los registros vencidos desde 2018.
La Anmat prohibió la venta de un pañal, un nebulizador y dos productos de depilación definitiva
Además, también se determinó la prohibición de comercialización “en todo territorio nacional y en los sitios de internet de los productos alimento a base de frutas secas, banana y ananá, libre de gluten y alimento a base de frutas secas y pasas de uva, libre de gluten elaborados hasta el 28 de febrero de 2020, por no contar el establecimiento con la dirección técnica de un profesional, según lo requerido en la normativa alimentaria”.
Esta investigación de la Anmat surgió luego de la denuncia de cinco personas que manifestaron sufrir diferentes cuadros clínicos. En todos estos casos se detectó que habían consumido el producto señalado para perder o bajar de peso. Esta ingesta les habría causado distintas alteraciones en la función tiroidea. Finalmente, la Anmat determinó que no era posible extraer datos para identificar la procedencia del producto: se asumió que es importado, por el idioma inglés en su etiqueta, pero tampoco se pudo encontrar a un importador responsable en nuestro país.
SC/FeL