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Química del Universo

VIDEO: así nace una estrella, según la NASA

La NASA está a un paso de descubrir cómo nace una estrella gracias a W51, la mayor fábrica de estrellas de la Vía Láctea, una potentísima usina de Rayos X.

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FABRICA DE ESTRELLAS W51. | NASA

Hace 30 años que el telescopio Hubble viene desentrañando los secretos del cosmos, pero el observatorio astronómico Spitzer también navega enviando cada día fotos curiosas. Entre ambos, en algún confín hallaron la nebulosa formadora de estrellas W51, una de las mayores fábricas de estrellas de nuestra galaxia, la Vía Láctea. 

Algunas nebulosas son espirales; otras molinos con aspas. Existen incluso las que parecen pulpos enmarañados y otras que hacen recordar con nostalgia a Vincent Van Gogh. 

La formación de estrellas es uno de los procesos más importantes en la ingeniería del universo. Entenderlo nos sirve para comprender la evolución de las galaxias. Sin embargo todavía hay muchos interrogantes que los astrónomos no pueden responder. Por ejemplo, cómo varía la composición de los linderos estelares según su mapa de gases. 

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Hay incluso un punto en el que la interpretación de todo lo que nos viene del cielo nos deja sin palabras y se contamina con la filosofía presocrática: ¿cuál es la fuerza que impulsa a una estrella a nacer? 

Para dar respuesta a estos interrogantes, los grandes encuestadores del universo ponen todas sus fichas a W 51. Duros, crípticos sin duda, si se tiene en cuenta que ya en 1958 divisaron a W51 en la noche galáctica, a 17 mil años luz de la Tierra. Un denso velo de nubes formadas por polvo interestelar nos separa de ella, pero los telescopios la tienen cercada y con rayos infrarrojos van sumergiéndose en su intimidad.

A simple vista, la nebulosa W51 se ve como una caverna de polvo y gas en donde se formaron miles de estrellas de varios tamaños, un paisaje dramático en el que viven estos seres de luz que paradójicamente nunca vieron la luz visible. En ese interior denso, las estrellas están rodeadas por montañas y valles de gases en un espacio tan inmenso que las distancias entre ellas se miden en años luz. 

“W51ofrece una vista espectacular: su emisión total de rayos infrarrojos es el equivalente de 20 millones de Soles”, se entusiasma Calla Cofield, del laboratorio de Propulsión de NASA.

“La nebulosa de Orion –otra región formadora de estrellas, punto de observación favorito de los astrónomos aficionados- ocupa casi la misma área en el cielo. Sin embargo, W51 en realidad está mucho más lejos de la Tierra que Orion, es mucho mayor y emite 75 veces más luz que Orión. Mientras esta última contiene cuatro estrellas denominadas tipo-O –las más masivas en el universo- W51 contiene cerca de 30”, acredita la experta desde su laboratorio en Pasadena. 

“Se puede saber que el sector derecho de W51 es más viejo por la manera en que el polvo y el gas de la nebulosa están tallados, tanto más si las estrellas que alberga murieron o estallaron como supernovas. El lado izquierdo de W51 es más joven, con estrellas que están naciendo. Aparentemente algunas de estas estrellas jóvenes están en el proceso de formar burbujas de espacio vacío alrededor de ellas”, explica casi enigmática. 

A esta orografía estelar, sumémosle un centro con potentísimas emisiones de rayos X, una energía tan avasallante que sólo es concebible si se piensa en la interacción de dos estrellas jóvenes. “Esta radiación intensa, masiva, debe cambiar la química de las moléculas que rodean el sistema estelar, presentan un ambiente hostil para la formación de planetas”, nos hace pensar Cofield.

¿En el mundo intergaláctico existirá también la supervivencia del más apto?

CP