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Rusia

La pandemia de coronavirus hizo volver a aumentar el consumo de vodka

Por la depresión, el desempleo y la crisis, el consumo de la bebida alcohólica volvió a subir este 2020. Revivió la vieja creencia popular de que cura enfermedades.

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Imagen ilustrativa. En total murieron 42 personas por consumir alcohol adulterado en República Dominicana. | Shutterstock

En los años '90, fueron famosos los videos que mostraban al entonces presidente ruso Boris Yeltsin, copita de vodka en mano, haciendo fondo blanco. Sin embargo, 20 años más tarde, el consumo de esa bebida en la Federación de Rusa dejaba de ser color local para convertirse en una alarma social. Se probó con encarecerla –una botella debía costar como mínimo US$ 3,5-. Y, al asumir en 2012 su tercer mandato presidencial, Vladimir Putin endureció la política comercial con horarios de venta restrictivos mientras, en paralelo, propiciaba la práctica de deportes, poniéndose él mismo como protagonista. 

Algún efecto favorable se produjo ya que en 2016, según Naciones Unidas, ya se consumía 43% menos que en 2003. En los bares, los jóvenes preferían la sidra y la cerveza; y ya dos años más tarde, la expectativa de vida para los rusos se estiraba hasta los 68 años en el caso de los hombres y 78 años, en la población femenina. 

Sin embargo, las estadísticas de merma del consumo deben mirarse con reparo, ya que en 2013, un impuesto al consumo encarecía 33% cada botella (medio litro costaba seis dólares), pero la producción y el consumo continuaron, ilegalmente.

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En 2017, un informe de la Comisión Europea daba cuenta de que un belga consumía 12,6 litros de alcohol (un litro más que un ruso) mientras que un austríaco 12,3 litros por año. Las cifras seguían pareciendo favorables cuando, un año más tarde, International Wine & Spirit Research (IWSR) indicaba un descenso de 2.6% en todo el mundo. Aún así, alertaba: “de cada 10 litros que se consumen en el mundo, cuatro suceden en Rusia, y si Rusia estornuda todo el mercado global pesca un resfrío”. Es decir, el mérito no se debía solamente a la determinación soviética sino a los escollos de la producción y distribución mundial. Lo cierto es que, ahora, el coronavirus vuelve a cambiar el tablero.

En un país con una población de 146.800.000 personas habitando más  de 17 millones de kilómetros cuadrados, el COVID-19 suma 634 mil contagios y casi 400 mil recuperados. Hasta que llegó la pandemia, Rusia registraba 27 mil suicidios por año. 

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En lo que va de 2020, muchos rusos perdieron su empleo o se aburren y el consumo volvió a crecer un 3%. Sin embargo estos números sólo pueden medir las ventas legales, dejando de lado a los minoristas, un mostrador más chico por el que pasan inadvertidas muchas botellas. Elena Danilova, encargada de un local de la cadena Azbuka Vkusa confirma estos hechos a la agencia alemana Deutsche Welle. 

El movimiento activista Rusia Sobria, que fue creado para combatir el consumo desenfrenado, ahora está en alerta. Activistas como Anton Borovsky, van con cámaras ocultas en redadas por supermercados tratando de descubrir si hay puntos de venta ilegal, para pasar esas filmaciones a las fuerzas del orden. Lo que más le preocupa es que el vodka sea el emergente del conflicto social que desencadena la crisis económica. “Es un antídoto para calmarse, pero cuando vuelven a estar sobrios su problema continúa”. Anton continúa armando su lista de locales que transgreden los horarios y restricciones de ventas, una tarea que le esté empezando a parecer interminable, debido a la pandemia. 


Algunos rusos, además ven al vodka como un remedio casero para combatir enfermedades. La creencia popular dice que agregándole sal y pimienta, ayuda a bajar la fiebre, incluso en los pacientes sospechados de coronavirus.

Un preocupado ministro de Sanidad, Mikhail Murashko, pidió a sus compatriotas que se abstengan de automedicarse con alcohol porque “no puede curar el COVID-19 ni evitar que alguien lo contraiga. Intentar tratar todo con alcohol y retrasar el tratamiento médico empeora la situación. Cuando un paciente llega así a un hospital, ya es imposible salvarlo”, dijo públicamente.

El vodka es un aguardiente que se obtiene de la fermentación de granos, pero se ha obtenido incluso de la papa. Está compuesto por agua y etanol, con una graduación alcohólica de 35 y 70 % en volumen. Se cree que fue creado por el inventor de la tabla periódica de los elementos, Dmitri Mendeléyev. 

CP