Poco después que el presidente Nicolás Maduro dispusiera por decreto que a comienzos de octubre "llegó la Navidad a Venezuela", su ministro de Transporte, Ramón Velásquez Araguayán, señaló que el país chavista mantiene la suspensión de vuelos desde y hacia Perú, Panamá, República Dominicana y Chile.
La razón de esa singular medida es, indicó el funcionario chavista, "proteger al pueblo de Venezuela, de la entrada de visitantes desde esos países con intenciones nefastas".
Se sabe que en materia de delirios, el chavismo no reconoce límites, de hecho la disposición de Maduro de anunciar la Navidad en octubre se enmarca en ese desenfreno con el absurdo, pero cuando le preguntaron al titular de Transporte sobre cuales eran los riesgos que aparejaban los viajeros desde Perú, Panamá, Dominicana y Chile, este respondió "estamos trabajando para garantizar una situación de extrema seguridad en Venezuela", y señaló que en ese marco, se ha puesto en vigencia un control estricto sobre cada pasajero que ingresa al país, sean venezolanos o extranjeros.
Velásquez Araguayán no pudo estimar cuando se reanudarán los vuelos hacia esos cuatro países, dos como Perú y Chile recibiendo enormes cantidades de migrantes venezolanos en los últimos años. "Tal vez en un tiempo prudencial podamos reactivar esas rutas", destacó Velásquez Araguayán, que no aclaró cuáles son esos "riesgos de seguridad" detectados por el chavismo.
El funcionario se limitó a asegurar que la prohibición de vuelos desde y hacia Perú, Panamá, Dominicana y Chile "no afectará los lazos comerciales", aunque resulta obvio que la interrupción de esos corredores aéreos tendrá impacto sobre las exportaciones. "El desarrollo de la economía y el intercambio comercial siguen en marcha", puntualizó Velásquez Araguayán.
AFP/HB