El 17 de noviembre del 2019, hace dos años, China reconoció el primer caso del coronavirus SARS-CoV-2 que desató la pandemia mundial de Covid-19.
Según registros oficiales, se informó en esa fecha un paciente de 55 años en la ciudad de Wuhan el primer caso oficial de Covid-19. Desde ese momento se reportaron cinco casos nuevos por día. Alrededor del 15 de diciembre, el número total de infecciones fue de 27 personas contagiadas y el 20 de diciembre, el número total de casos confirmados trepó a 60 infectados. Así fue creciendo a pasos agigantados.
Se cree que el virus se originó en los murciélagos. Pero esto, junto con otras teorías sobre si pasó o no a través de otro animal antes de infectar a los humanos, aún no se ha confirmado.
Lo que es seguro es que el SARS-CoV-2 es una enfermedad zoonótica, es decir, un virus transmitido de animales a humanos. Mientras está en el animal, el virus pasa por una serie de mutaciones genéticas que le permiten infectar y multiplicarse dentro de los humanos.
A principios de febrero de 2021, la revista Nature publicó un estudio según el cual el nuevo coronavirus es 96 por ciento idéntico, a nivel de genoma completo, a un coronavirus de murciélago.
A diferencia de lo que sugieren algunos teóricos de “la conspiración”, los investigadores descartan que el virus sea un producto de laboratorio artificial. Hay pruebas contundentes de que el SARS-CoV-2 dio el salto de animal a humano por primera vez en Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en el centro de China.
Aldo Calzolari, Licenciado en Microbiología y Doctor en Biología afirma: “En 2007, un grupo de investigadores coreanos había alertado sobre la inminencia de posibles apariciones de virus de animales exóticos con capacidad para atacar seres humanos”.
“El virus híbrido fabricado en el laboratorio existe desde 2015, hasta es posible (diría casi seguro) que hay modelos mucho más modernos de esos virus de laboratorio”, explica el científico. "China dice que Estados Unidos lo llevó durante las Olimpíadas de militares de octubre 2019, que se hicieron en Wuhan, donde menos de dos meses después empezó la epidemia”, evalúa Calzolari.
“Es difícil imaginar tanta torpeza norteamericana de creer que el virus no iba a generar una pandemia y caerles encima. Estados Unidos sobrepasó a China en número de personas afectadas y personas fallecidas. También es cierto que no es la primera vez que Estados Unidos utiliza estrategias de guerra microbiológica contra sus enemigos”.
El coronavirus llega a todos los países de América Latina por la forma de contagio y existen tres formas principales en las que se propaga:
- Al inhalar estando cerca de una persona infectada que exhala pequeñas gotitas y partículas respiratorias que contienen el virus.
- Al hacer que estas pequeñas gotitas y partículas respiratorias que contienen el virus se depositen sobre los ojos, nariz o boca, especialmente a través de salpicaduras y aspersiones como las generadas al toser o estornudar.
- Al tocarse los ojos, la nariz o la boca con las manos contaminadas con el virus.
Hasta la fecha, se reportaron 254,4 millones de casos de coronavirus en todo el mundo y afecta de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, y corren mayor riesgo de contraerlo quienes viven en entornos superpoblados. Ya son más de 5 millones los fallecidos, según registros propios de la Universidad Johns Hopkins.