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prueba de fuego

Marzo "el temible", una olla a presión por inflación, reservas en jaque, el FMI y las tarifas

Hay factores cruciales para tomar al mes próximo como el termómetro de lo que vendrá. Sólo en el primer trimestre los precios acumularían un 10%, hay millonarios vencimientos y un acuerdo con el Fondo aún en veremos.

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El ministro de Economía, Martín Guzmán, el titular del Banco Central, Miguel Pesce, y el “Capitán Frío”, el secretario de Comercio Roberto Feletti, tienen en sus manos encorsetar la inflación, la prueba de fuego para el gobierno del presidente, Alberto Fernández, quien prometió al asumir que los argentinos “vamos a llenar la heladera”. Este año implicaría un fuerte desafío porque las consultoras proyectan un piso de 55% anual. | prensa Economía

Cuando solo falta un puñado de días para que empiece marzo; la dinámica económica de ese mes ya mete miedo y asusta por varias razones.

Para comenzar siempre se trata de un mes en el que, estacionalmente, la economía está caliente y los bolsillos estresados. Sin embargo, este período 2022 en particular está en carrera para convertirse en “marzo, el temible”.

La mayoría de las consultoras privadas preanuncian que los precios podrían escalar entre 4% y 5% únicamente en esos treinta días. La semana próxima el Indec difundirá el ÌPC de enero que estará en torno al 4% y lo mismo pasaría en febrero porque impactará en toda la economía la suba del 9%, en promedio, de los combustibles.  

Es decir, que se calcula que marzo, el temible, estaría por encima de enero y febrero y con ese envión el primer trimestre 2022 tendría un piso de 10%, con alto riesgo de quedarse corto.

Con o sin pandemia el precio de los alimentos está por encima de la media mensual 

No en vano, algunos funcionarios de este gobierno comenzaron a abrir el paraguas en torno a la suba de precios de los alimentos que, en rigor, vienen siendo el talón de Aquiles de varios gobiernos porque ya hace cuatro años que suben por encima de la media mensual y es así con o sin pandemia; con o sin este gobierno.

Pero queda claro que no hay ni una sola buena noticia que el equipo económico pueda capitalizar en materia de precios, al menos hasta ahora. Y la suba del dólar blue especialmente, sobre el que fijan los precios no permite imaginar un horizonte más relajado. Tampoco en torno al nivel de Reservas del Banco Central, otro de los datos calientes del temible marzo porque de esas arcas saldrán los  2.091 millones de dólares que Argentina tendrá que pagarle el 23 de marzo al Fondo Monetario Internacional para no caer en default.

Mientras que para el Banco Central las Reservas Internacionales superan los 37 mil millones de dólares, en el mercado encienden luces naranjas en torno a las reservas líquidas, es decir disponibles en billetes reales. Los más pesimistas hablan de cuatrocientos millones de dólares, una cifra que por supuesto minimizan en el BCRA donde repiten que solo el año pasado la autoridad monetaria engordó 5 mil millones de dólares las Reservas. Apuestan, además,  a acelerar un acuerdo que consideran tan troncal como el que apura el ministro de Economía, Martín Guzmán, con el FMI.

En el Central, conducido por Miguel Pesce, esperan firmar un swap con China por 3 mil millones de dólares. Lo cierto es que dólares no abundan y por eso es crucial tener un cierre de la negociación con el FMI para marzo porque el Gobierno pagará y, casi de inmediato, el Fondo repondría con cosmética financiera esos fondos. Un acuerdo que Guzmán esperaba agilizar cara a cara con la titular del Fondo, Kristalina Georgieva, en la reunión del G20 en Yakarta, pero finalmente se quedará en Buenos Aires para participar únicamente por zoom.

Sí, en cambio viajará el representante argentino ante el FMI, Sergio Chodos. Al funcionario le tocará la difícil misiòn de traducir en el ámbito internacional los coletazos de  la gira presidencial a Rusia y China donde el Gobierno tiró de la cuerda en su relación con los Estados Unidos, el socio con voz más fuerte y voto de fuste dentro del board del FMI.

En paralelo a esa discusión con el organismo internacional cuya letra chica aún se desconoce y corre riesgo de no obtener luz verde en el Congreso, irá la negociación  por la suba de tarifas de luz y gas en el AMBA. En los borradores que el ENRE hizo trascender dejó en claro que será poco el recorte y solo recaerá sobre Capital Federal y el GBA. Hasta ahora en las compañías del sector no hay ninguna comunicación formal de nada y el jueves se realizará la audiencia pública con las eléctricas.

Todas estas subas (reales y potenciales) golpearán en la discusión por las paritarias 2022 que en marzo, también estarán en temporada alta. Desde la cartera de Trabajo, que conduce Claudio Moroni, celebran que las “condicionamientos” del FMI  no pasan por jubilaciones ni reforma laboral y le reprochan al ministro Guzmán que el esquema de aumentos salariales no puede ser anual porque la inflación no cede.

En el BCRA también patalean porque la inflación no cede y eso lentifica la velocidad con la que se puede ir soltando el dólar oficial y comprando dólares para calmar al mercado.

Guzmán no queda al margen tampoco de los dardos que en voz baja le siguen dedicando en la Secretaría de Comercio, donde Roberto Feletti, el “Capitán Frío” ahora depositó su mira sobre alquileres y admitió que la pelea por congelar los precios de los productos frescos se derrite.