Médicos Sin Fronteras (MSF) acaba de anunciar que la violencia desatada en el barrio de Martissant, al sur de Puerto Príncipe, la capital de Haití, los obliga a cerrar definitivamente ese centro de salud.
Lo abrieron hace quince años y en él atendieron a más de 300.000 haitianos que tenían sobre todo urgencias traumatológicas, ginecológicas y obstétricas.
Sin embargo, la violencia que vive la ciudad desde hace dos meses, y particularmente el barrio sureño de Martissant, campo de batalla de las pandillas Grand Ravine y Ti Boi que se enfrentan por el control de la zona, obliga a esta ONG de acción humanitaria a levantar campamente e irse, sin más.
MSF llegó a Haití, el país más pobre de América, en 1991. No habrá sido una decisión fácil para el organismo que en 2019 brindó ayuda humanitaria a 72 países, en 436 acciones concretas.
"MSF sigue albergando la esperanza de volver a Martissant, ya que en 2021 se cumplen 30 años de presencia ininterrumpida en Haití y el centro de emergencias encierra la mitad de esa historia", señala en un comunicado Alessandra Giudiceandrea, directora de la misión de MSF en Haití.
Además de la oficina próxima a Puerto Príncipe, MSF aún mantiene abiertos los centros haitianos de Chardonnières, Port-à-Piment y Côteau.
Hasta la fecha, trabajaron en ellos 1746 personas y Médicos Sin Fronteras destinó 25,2 millones de euros a sus acciones en ese país insular de América Central.
¿Por qué Médicos Sin Fronteras deja Puerto Príncipe?
Según datos que maneja Naciones Unidas, desde junio 13.600 personas dejaron sus viviendas en Puerto Príncipe para huir de los enfrentamientos urbanos. Esto provocó la interrupción del tráfico en la Ruta Nacional 2, que une la capital con otros cuatro departamentos estatales.
El magnicidio de Jovenel Moïse el 7 de julio pasado, cuando el presidente del país se encontraba junto a su familia, en su propia vivienda, recrudeció las dificultades político-económicas del país. El mandatario asesinado, hijo de un comerciante y una modista, provenía de una familia humilde del departamento de Noroeste de Haití.
En mayo, un trabajador de Médicos Sin Fronteras fue asesinado a tiros cuando se dirigía a su casa, luego del trabajo. Fue un intento de robo accidental, no se resistió a los atacantes, pero igualmente lo mataron.
Un mes más tarde, las oficinas de Médicos Sin Fronteras, en el barrio Martissant de Puerto Príncipe, fueron atacadas por un grupo que abrió fuego contra el frente de las instalaciones; no hubo heridos, pero el organismo cerró temporalmente uno de sus hospitales en la ciudad.
"No podía continuar tratando a la población en la zona si eso ponía en peligro a los trabajadores", explicó en su momento Alessandra Giudiceandrea, quien por entonces creía que Médicos sin Fronteras no era un blanco directo de las bandas armadas.
Ahora, en cambio, sí lo cree y ante la constante inseguridad, cerró una de las oficinas.
"En momentos en que deberíamos poder ampliar nuestras actividades debido al covid-19 y otras necesidades, estamos luchando para mantener nuestras estructuras abiertas a pesar de las deplorables condiciones de seguridad", lamentó la directora local.
"Siempre decididos a seguir ayudando a la población haitiana en general y a los más pobres en particular, MSF continúa las conversaciones para reubicar su centro de emergencia en el área metropolitana de Puerto Príncipe", agregó, dejando abierta una esperanza para miles de haitianos que no logran ver la luz.
Médicos que ayudan personas, no a estados
El campo de acción de MSF son los conflictos armados, la violencia, las epidemias los enfermos que han sido olvidados y las víctimas de desastres naturales. El organismo sostiene que su independencia financiera (actúa sin fines de lucro y gracias a la donación de 6 millones de contribuyentes) les permite decidir “a quién atendemos y cómo, y nuestro único interés es el de las poblaciones a las que asistimos”. Sus intervenciones tienen un punto final, concluyen.
Como dice su carta magna “no aspiramos a transformar una sociedad, sino a permitirle superar un periodo crítico: nuestro objetivo son las personas, no los Estados”.
MM / ED
