En la tierra identificada con la imagen de Maradona y Messi, hay un juego que define la cultura local: el pato argentino, el centenario juego del que poco se habla pero cuya oferta deportiva de casi 50 torneos al año en todo el país se corresponde con el sello de ser el “deporte nacional”.
“Un deporte para gente a caballo, audaz y valiente”: así definen al pato, un deporte autóctono asociado al las tradiciones ligadas al campo que se practica en esta tierra desde el siglo XVII, mucho antes de que la Argentina emergiera como tal.
En tanto, antes de importar el fútbol de los ingleses, el pato se convirtió en el juego más popular surgido desde las raíces de la kilométrica Argentina despoblada y gaucha.
“Es un deporte que sale de nuestras raíces, del campo y de los gauchos. Está muy arraigado a una Argentina que se hizo a caballo”, comentó a PERFIL Guillermo Bracuto, el presidente de la Federación Argentina de Pato y Horseball (FAP) .
Desde el primer registro histórico en 1610, pasando por su suspensión por motivos políticos y religiosos hasta su organización actual, este “patrimonio de todos los argentinos” que evita los anglicismos y reivindica las raíces busca posicionarse con una oferta deportiva a nivel nacional durante todo el año.
El origen del Pato
Se trata del deporte auténticamente argentino nacido en 1610 en el marco de las fiestas por la beatificación de San Ignacio de Loyola, en el que se armaban “corridas” entre cuadrillas de jinetes que se disputaban el cadáver de un pato dentro de un cuero con dos manijas.
Debido a su “su peligrosidad y trágicos resultados”, primero religiosos y luego civiles prohibieron el juego, algo que se consumó en 1822 el gobernador de Buenos Aires, Martín Rodríguez, en decreto refrendado por su ministro de gobierno, Bernardino Rivadavia, y mas adelante en 1852 por Juan Manuel de Rosas.
A pesar de la prohibición absoluta, en la práctica los gauchos siguieron jugando al pato. Tuvo que pasar más de un siglo para que en 1937 Alberto Castillo Posse, “un cultor de nuestras tradiciones”, reviviera el antiguo juego y lo transformara en un deporte organizado, cuya prohibición se levantó finalmente en 1938 luego de la creación de su reglamento.
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Calendario deportivo del pato
La oferta deportiva del pato es amplia y federal, con distintos rendimientos según el nivel de profesionalismo. “Es un deporte que se hace a pulmón, no hay muchos recursos para la logística”, agregó Bracuto.
Cuenta con casi 50 Torneos anuales compuestos por Inter campos, Interprovinciales y Nacionales, Exhibiciones y Muestras, Pato de Picadero, además de que a partir del pato argentino surgió la disciplina Horseball, que se expandió por Europa, América, África y Asia).
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En tanto, son ocho los torneos nacionales que organiza la FAP a lo largo del año, como el Torneo de Novicios, Torneo Estímulo, y el Torneo Remonta y Veterinaria de hace dos semanas en el que se consagró campeón El Parque, un certamen del participaron 18 equipos representantes de Córdoba, La Pampa, Santa Fé y Buenos Aires y contó con más de 20 partidos, 70 jugadores y 300 caballos.
El último evento fue el Torneo Argentino de Baja Ventaja del pasado fin de semana en el que se consagró campeón El Parque La Amistad, mientras que el final del calendario deportivo está marcado por el Final Abierto Argentino de Pato, que se jugará el próximo 12 de diciembre en el Campo de Polo de Palermo, en CABA. Es posible acceder al calendario completo desde la web de la FAP.
Cómo se juega al pato
Según el reglamento, en el pato argentino se enfrentan dos equipos de cuatro jugadores cada uno, numerados del 1 al 4, que buscan apoderarse del pato (una pelota de seis manijas) mediante pases y combinaciones, eludiendo a sus adversarios y encestando en un aro de un metro de diámetro.
A partir de su reconocimiento popular, y luego de algunos intentos por promover al futbol como “deporte nacional”, finalmente el sello se lo llevó el pato, primero por decreto por Juan Domingo Peron en 1953 y finalmente convertido ley en 2017 por el Congreso Nacional, por lo que es considerado “patrimonio de todos los argentinos”.
“Es un juego que representa nuestras raíces y de camaradería. Constituye un evento importante en la localidad donde esté jugando y reúne a 1.500 personas por día todos los fines de semana”, concluyó Bracuto.
cd / ds