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Un problema frecuente

Qué es la ansiedad

Un chico que se come las uñas o un adulto que pierde los estribos con facilidad pueden estar demostrando un trastorno de ansiedad. ¿Cómo darse cuenta?

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ANSIEDAD | AGENCIA SHUTERSTOCK

El miedo es necesario para sobrevivir, pero a veces es exagerado, irracional y, en ese caso, se cataloga como “desorden de ansiedad”; es un trastorno. 

Todos a veces estamos ansiosos, nerviosos, tensos. Pero las personas con trastorno de ansiedad generalizada se preocupan extremadamente. Desde luego, a todos nos inquieta la salud, el dinero, una entrevista laboral, nuestros vínculos. Sin embargo, eso comienza a ser patológico cuando perdura, incluso si hay poca o ninguna razón para preocuparse. O más aún, cuando no se sabe qué lo causa, pero igual aparece

¿Qué es la ansiedad? “Es un estado de inquietud, turbación, y podríamos agregar, un sentimiento o una emoción de desagrado. Una persona es ansiosa cuando quiere que su problema se resuelva ya. El psicoanálisis mirará si esa persona está turbada, inquieta. Para la psiquiatría, tiene más manifestaciones corporales: se acelera el ritmo cardíaco y se transpira, por ejemplo”, explica el Lic. Mosca, Coordinador de Salud Mental Medife Metropolitana.

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Según el Instituto Nacional para la Salud Mental, sólo en EEUU existen 19 millones de personas mayores de 18 años que tienen algún tipo de ansiedad. 


La ansiedad se muestra, se manifiesta físicamente: morderse las uñas, quedarse mudo sin saber qué responder, moverse mucho, estar irritable, sentirse incómodo en cualquier parte, perder el control con facilidad, dificultad para concentrarse, cansancio constante, dolor frecuente de cabeza o de estómago, demorar para quedarse dormido o despertarse muchas veces, tener pesadillas, volverse miedoso o asustadizo, respirar o tragar con dificultad, tener tics, temblores, hormigueos, taquicardia, enrojecerse o empalidecer, transpirar e ir al baño seguido, no poder dejar de pensar en las preocupaciones. Y atraviesa todas las edades: los chicos ansiosos se dan atracones de comida o se paralizan en un examen.


Es lógico que un sostén de familia padezca ansiedad si está preocupado por su salario escaso, el trabajo excesivo o un conflicto. Pero también se manifiesta en las amas de casa (autoexigencia con los hijos y la pareja), e incluso en los jóvenes (el estudio, la aceptación de los pares) o en los deportistas (cumplir con un alto nivel de rendimiento).

Ataques de ansiedad, angustia y temores son las principales consultas en Psicología

La buena noticia es que todo esto tiene solución con ayuda médica o psicológica, pero también puede intentarse un alivio por cuenta propia.

La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos propone varias cosas. En primer lugar, relajarse de verdad. Es decir, no delante de una pantalla sino con la respiración profunda que se practica en tai chi, yoga o meditación. Esta es la que deja efectos físicos sobre la mente: ayuda a relajar un nervio importante que se extiende desde el diafragma hasta el cerebro, que envía un mensaje a todo el cuerpo con la orden de relajación. 
El segundo consejo es comer verduras, frutas, proteínas magras y granos enteros que aportan energía a largo plazo (los breves estallidos de energía con azúcar o cafeína no son duraderos). Otras sugerencias son practicar ejercicio físico (oxigena todas las células del cuerpo), estar en contacto con la naturaleza y hablar con alguien que nos escuche. 

Y si nada de esto nos hace sentir mejor, hay que pedir ayuda a las personas adecuadas.